A partir del uno de enero del 2020, en la Ciudad de México (CDMX) se aplicará la prohibición de uso y comercialización de bolsas de plástico que marca la Ley de Residuos Sólidos de la CDMX, colocando en el banquillo de los acusados al sector empresarial.
La Asociación Nacional de Industrias del Plástico (ANIPAC) y los Industriales de Bolsas Plásticas de México (Inboplast), subrayaron que la contaminación por este producto no es exclusiva de ellos, sino que la propia sociedad, el gobierno y la misma industria son corresponsables de forma tripartita del problema del plástico.
Aldimir Torres, presidente de ANIPAC, declaró que “debemos preguntarnos ¿quién es responsable de la bolsa tirada por todos lados? ¿La persona que la tiró, la autoridad que no recolectó o quienes la fabricaron? La respuesta llega de inmediato: los tres y deberían trabajar en consecuencia”.
Lamentó que no se comparta de manera equitativa la responsabilidad social y ambiental que exige el plástico. “Por este tipo de leyes se nos cataloga no sólo de empresas irresponsables, hasta pareciera que somos delincuentes, cuando sólo somos empresarios».
Denunció que “el gobierno capitalino no acepta su responsabilidad y se ha dedicado a crear anarquía legal y la industria del plástico paso a ser calificada de anarquista irresponsable”.
El «Estudio Comparativo de Bolsas de Plástico Degradables versus Convencionales mediante la herramienta de Análisis de Ciclo de Vida», de la Secretaría de Medio Ambiente federal (SEMARNAT) reveló que todas las bolsas de plástico que son entregadas por los comercios son reusadas y 97% de las familias las reutilizar para el manejo de basura.
Debido a esta futura ley capitalina, se podrían dejar de producir 500 toneladas de plásticos en la CDMX cuyo valor es un dólar por kilogramo de bolsas (pérdida comercial de 500 millones de dólares).
En México, el consumo por año es de siete millones de toneladas, de los que 48.7% se usa para empaque, envase y embalaje, siendo los principales productos los popotes, las bolsas, los platos y las cucharas desechables. Son 3.8 millones de toneladas de plásticos, demanda que rebasa la producción mundial de biomateriales.
El directivo industrial mencionó que el consumo mundial anual de plásticos es de alrededor de 400 millones de toneladas, de las cuales 84.5% proviene del petróleo, 14.5% del reciclaje y 0.5% de biomateriales. Esto significa que sólo alrededor de 2 millones de toneladas son de biomateriales.
Se dio a conocer que estos organismos empresariales solicitaron al Centro de Análisis de Ciclo de Vida y diseño Sustentable (Cadis) un estudio para comparar la huella ambiental de bolsas de supermercado en las ciudades de México, Monterrey, Guadalajara y Querétaro, con el objetivo de tener información veraz, sin especulaciones.
Por su parte, José del Cueto, presidente de la sección de Fabricantes de Bolsas y Películas, explicó que la nueva ley, sólo da opción de los materiales composteables que no son fabricados en México, derivando en más costos económicos al usuario final.
Indicó que el sector empresarial del plástico se compone de 220 mil empleados, -unos 20 mil se ubican en la capital del país- y esta industria con sus derivados tienen un valor de 30 mil millones de dólares (3% del PIB del país).
Sobre el caso de prohibición de bolsas en el municipio centro de Querétaro, relató que dicha entidad registra avances debido a la eficiencia de su sistema de recolección de desechos, sin embargo, persiste la presencia de bolsas de plástico en los tianguis.
Indicó que sigue sin ser implementada la normatividad y reglamento de la ley queretana, por ello, las empresas buscan adecuaciones de la misma.
“Los industriales están a favor de cadenas de reciclaje y estamos dispuestos a darle una finalidad adecuada al producto plástico, no sólo repartir culpas como busca la autoridad capitalina”, puntualizó.
ANIPAC e INBOPLAST rechazaron la estigmatizacion a la industria y se pronunciaron por trabajar con las autoridades de la Ciudad de México y poder ofrecer alternativas a los consumidores que contribuyen a reducir las afectaciones al medio ambiente, no afecten su bolsillo y protejan los empleos.
