Marsh McLennan, firma líder a nivel mundial en riesgos, estrategia y personas invita a la colaboración público-privada para atacar la crisis hídrica en el Valle de México que está afectando a cerca de 23 millones de personas.
El Valle de México es una de las áreas metropolitanas más grandes del mundo y enfrenta una escasez de agua debido a varios factores, uno de ellos es la sobreexplotación de los acuíferos subterráneos. Durante décadas, se ha extraído agua de los acuíferos a un ritmo más rápido de lo que se puede recargar naturalmente, lo que ha llevado a una disminución del nivel del agua subterránea. Esto ha provocado hundimientos en el suelo y la pérdida de capacidad del almacenamiento de agua en los acuíferos.
Además, la contaminación del agua es otro problema importante en la zona. Las descargas de aguas residuales sin tratar y la contaminación industrial han afectado la calidad del agua en los ríos y lagos de la región. Esto limita aún más la disponibilidad de agua potable y de calidad para la población.
El Cambio Climático y la Variabilidad Climática también ha exacerbado la crisis hídrica en el Valle de México. Las sequías más frecuentes y prolongadas han reducido la cantidad de agua disponible, mientras que las lluvias intensas y los fenómenos meteorológicos extremos han causado inundaciones y daños en la infraestructura de agua.
De acuerdo con el Informe Global de Riesgos 2024, reporte creado en conjunto entre el Foro Económico Mundial y Marsh McLennan, se visualiza que como sociedad no estamos llegando a las ambiciones de frenar el cambio climático para el año 2050; incluso se menciona que estamos siendo incapaces para ser resilientes. Esto se traduce en desconocimiento, desconfianza e incredulidad respecto a la actual crisis por falta de agua, además de continuar con el uso irresponsable y desmedido, así como responsabilizar exclusivamente al gobierno.
Ante esta crisis, se han implementado diversas medidas para enfrentar la escasez de agua. Estas incluyen:
- La construcción de infraestructuras para la captación de almacenamiento de agua de lluvia
- La implementación de programas de reutilización y reciclaje de agua
- La promoción de prácticas de conservación del agua en hogares, empresas y agricultura
Sin embargo, es evidente que las inversiones no están siendo suficientes pues especialmente entre los meses de Enero a Mayo, (antes de la época de lluvias, más la presencia del fenómeno «El Niño» y que se pronostican sequías prolongadas y temperaturas más elevadas cada año) la escasez en ciertas alcaldías y municipios del Estado de México es un tema crítico.
La CONAGUA (Comisión Nacional del Agua) y el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX) provee agua al Valle de México por medio de 4 sistemas principalmente, que son: El Sistema Cutzamala, Sistema Lerma, Sistema Lerma-Santiago y Sistema Chalco-Xochimilco.
Solamente el Sistema Cutzamala abastece más del 25% de agua al Valle de México y es alimentado por 4 fuentes (1 en el Estado de Michoacán – Río Cutzamala – y las otras 3 en el Estado de México – siendo presas-), este sistema tiene actualmente una capacidad de abastecimiento del 38% y de las presas algunas estando en niveles críticos de 30% de su capacidad total a la segunda semana de febrero del 2024.
Sin embargo, la crisis hídrica en el Valle de México sigue siendo un desafío importante que requiere una gestión integral y sostenible del agua; siendo una responsabilidad del gobierno, de las empresas, de la sociedad y de cada persona. Vale la pena destacar que este tema no es exclusivo del Valle de México, pues algo similar sucede en regiones como Sonora, Durango, San Luis Potosí, entre otros.
«Es necesario seguir trabajando en la conservación y protección de los recursos hídricos, así como en la mejora de la infraestructura y la eficiencia en el uso del agua. También es fundamental promover la conciencia, educación y la participación de las comunidades en la gestión del agua para garantizar un suministro adecuado y sostenible para todos».
Berenice Negrelos, Líder de Riesgos ESG para Marsh México.
Adicionalmente a que el agua no llegue a las casas, como ya se mencionó, se corre el riesgo de que la industria alimentaria no tenga insumos para producir; esto afectaría social y económicamente tanto en la parte sanitaria como en el incremento de precios para la producción de canasta básica.
Es responsabilidad de la sociedad y del sector privado comenzar a accionar para prevenir este tipo de riesgos, ya que ahora es el agua, pero el cambio climático se comienza a manifestar en el país a modo de huracanes, nevadas «atípicas», olas de calor, entre otros.
«El cuidado del agua va de la mano con pensar de manera sustentable buscando reforestar, separar residuos orgánicos y cómo podemos ayudar al planeta, entre muchas acciones para industrias, recintos públicos y en casa; por ejemplo, como ser energéticamente más eficientes, recopilación y almacenamiento de agua, uso consciente en el tratamiento de materiales contaminantes, entre otros. Este no es un tema reciente, desde la década de los 80´s existió una fuerte campaña por parte de la ahora CONAGUA que decía «gota a gota, el agua se agota» y a más de 30 años lo estamos viviendo» concluyó Negrelos.