Por Edgar López
Un Sexenio Resumido en una Frase. Y sí, así imaginé que terminaría, con una frase como esa. Y es que después de haber seguido unas 1,200 de las 1,435 Mañaneras, esa frase me parece el cierre esperado para un presidente que siempre se mostró como inmune e invulnerable, pero al mismo tiempo como una víctima constante de fuerzas externas. Esa última expresión encapsula perfectamente su estilo: un líder que, en lugar de fomentar la responsabilidad social y la sustentabilidad, prefirió desacreditar y confrontar. Fue una despedida que, lejos de dejar un legado positivo, reafirmó su perfil divisivo y polarizador, cerrando su ciclo con la misma actitud desafiante con la que empezó.
Desde Expok cubrimos cerca de 150 de estas conferencias, logrando plantear algunas preguntas sobre la agenda de sostenibilidad en México. Sin embargo, las respuestas que obtuvimos demostraron una clara falta de interés y comprensión del tema. En lugar de promover la colaboración con el sector privado y el tercer sector, el presidente optó por desacreditar cualquier iniciativa que no surgiera directamente de su gobierno, dejando claro que, para él, la sostenibilidad y la responsabilidad social eran temas secundarios, relegados a un plano irrelevante frente a su propia narrativa.
Programas como Jóvenes Construyendo el Futuro, que intentaban involucrar al sector empresarial en la empleabilidad juvenil, se volvieron más impositivos que colaborativos. Las empresas enfrentaban un entorno de desconfianza, donde cualquier acción de inversión social que no controlara el gobierno se percibía como una amenaza a su narrativa de benefactor único. Este clima de hostilidad llevó a muchas organizaciones a mantenerse al margen.
Con el tiempo, comprendí mejor la dinámica entre las grandes empresas y el gobierno en México. Muchas compañías globales, que presumen altos estándares de sostenibilidad, priorizan en realidad su relación con el Poder Ejecutivo cuando operan localmente. Es preocupante ver cómo, en lugar de comprometerse con principios de largo plazo, adoptan estrategias oportunistas para ganar el favor de un gobierno específico. Esto no solo contradice sus valores corporativos, sino que también revela una falta de coherencia y carácter en su actuación local.
Hoy, al mirar atrás, me pregunto cuánto más podría haber avanzado en lo personal y profesional si hubiera dedicado ese tiempo a actividades como el ejercicio, la lectura o el estudio. Sin embargo, seguir de cerca las Mañaneras me permitió ver cómo los principios se desmoronan frente al poder y en el poder; y cómo la vanidad corrompe cualquier intento de liderazgo.
Como dijo C.S. Lewis: “El problema del narcisismo es que la persona se ama tanto a sí misma que no le queda espacio para amar a nadie más.” En este caso, el protagonismo y la obsesión con la propia imagen pesaron más que el compromiso con un futuro sostenible para el país.
¡Ànimo!
R con R, por Edgar López
Edgar López Pimentel, es actualmente Director en Expok, ejerciendo su liderazgo día a día con pasión por la responsabilidad social y el desarrollo sustentable. Su labor ha contribuido significativamente al posicionamiento de empresas líderes en materia de responsabilidad social.
Su formación académica, enriquecida por programas de Alta Dirección de Empresas en el IPADE e IE Business School, así como una maestría en Responsabilidad Social Empresarial en la Universidad Anáhuac Norte, respaldan su liderazgo.