Según Eco Business, el año 2023 quedó marcado por eventos climáticos extremos que pusieron en riesgo a los asistentes de conciertos en todo el mundo, desde granizo del tamaño de pelotas de golf hasta olas de calor mortales. Este período coincidió con el año más cálido registrado hasta entonces, y las predicciones apuntan a un aumento aún mayor de las temperaturas en 2024.
Ante este escenario, expertos en seguridad de multitudes y organizadores de eventos al aire libre se encuentran en una carrera contra el tiempo para encontrar formas de proteger tanto a los artistas como a los fanáticos de la creciente amenaza del clima extremo. ¿Nos quedaremos sin conciertos por cambio climático?
2023: un mal año para la industria de la música
Milad Haghani, un destacado profesor especializado en seguridad pública y desastres en la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia, describe el 2023 como un año particularmente desafiante para la industria musical. Según sus datos, al menos 29 conciertos y festivales de música en todo el mundo se vieron afectados por eventos climáticos, siendo dos de ellos escenarios trágicos de muerte para los espectadores.
Un caso que resonó a nivel internacional fue el de Ana Clara Benevides, de 23 años, quien perdió la vida por golpe de calor durante un concierto de la popular cantante Taylor Swift en Río de Janeiro, Brasil, donde las temperaturas alcanzaron un récord de 59°C.
Según declaraciones del Ministerio de Cultura de Brasil después de la muerte de Benevides, señaló que todo el planeta «está sintiendo los impactos del cambio climático», destacando la necesidad de considerar estos factores al exponer a la población a sus efectos.
Clima extremo amenaza eventos públicos
Entre otros eventos afectados por el clima el año pasado, 17 fanáticos fueron hospitalizados durante un concierto de Ed Sheeran en Pittsburgh debido a incidentes relacionados con el calor, mientras que un espectáculo de Elton John en Nueva Zelanda fue cancelado debido a lluvias torrenciales.
La amenaza del clima extremo, impulsado por el cambio climático, se ha convertido en un problema creciente para todas las actividades públicas al aire libre, desde mítines políticos hasta competiciones deportivas. En un evento de scouts en Corea del Sur, 600 participantes cayeron enfermos debido a una ola de calor, y posteriormente, 40 mil jóvenes scouts fueron evacuados ante la llegada de un tifón.
En este contexto, la industria del entretenimiento se enfrenta a una encrucijada, donde la seguridad de los asistentes se ha vuelto crucial y la adaptación a las condiciones climáticas extremas es imperativa. Serafim Abreu, CEO de la compañía de entretenimiento T4F, que organizó el concierto de Taylor Swift en Brasil, reconoció la necesidad de cambiar estrategias de programación y proporcionar más áreas con sombra para enfrentar los desafíos climáticos crecientes.
Sin conciertos por cambio climático
Kevin Kloesel, meteorólogo de seguridad en eventos de la Universidad de Oklahoma, destaca la importancia de que la industria considere el clima como un factor de riesgo prioritario, equiparándolo a amenazas como ataques terroristas o situaciones de tiradores activos. La contratación de meteorólogos profesionales se vuelve esencial para monitorear amenazas y tomar decisiones difíciles, como cancelar un espectáculo para prevenir lesiones y muertes.
Los organizadores, según Kloesel, deben contar con planes de contingencia rigurosos en caso de que un evento deba posponerse, cancelarse, interrumpirse o evacuarse debido al clima. Esto incluye adaptar los lugares para tener áreas con sombra adecuadas, estaciones de enfriamiento y lugares donde el público pueda refugiarse en caso de emergencia.
«Sabemos que con los cambios climáticos que estamos viviendo estos episodios serán más frecuentes. También sabemos que cada sector debe repensar sus acciones ante esta nueva realidad».
Serafim Abreu, director ejecutivo de la empresa de entretenimiento T4F.
No obstante, testimonios compartidos en las redes sociales por los asistentes al concierto de Taylor Swift en Brasil, donde Benevides murió, describieron cómo se confiscaron botellas de agua en la entrada, mientras en el interior se vendía agua a precios elevados, una práctica común en eventos musicales comerciales en todo el mundo.
Serafim Abreu, director ejecutivo de la empresa de entretenimiento T4F, que organizó el espectáculo Swift, también reconoció en un vídeo publicado en las redes sociales que la empresa podría haber cambiado la hora de inicio de la actuación y añadido más zonas de sombra.
Responsabilidad compartida en eventos masivos
La experiencia de un concierto de Beyoncé en Washington DC ilustra la importancia de una infraestructura adaptada. El evento fue pospuesto durante dos horas debido a una tormenta eléctrica, y aunque se hicieron esfuerzos para proteger a los asistentes de la tormenta, la falta de circulación de aire en las áreas de refugio provocó problemas de salud debido al calor.
La responsabilidad también recae en el público, que desempeña un papel crucial en su propia seguridad. La conciencia sobre los riesgos climáticos, la verificación de pronósticos y la toma de decisiones informadas sobre la asistencia a eventos al aire libre se vuelven imperativas, según Milad Haghani, docente especializado en seguridad pública y desastres en la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) en Australia.
La comunicación transparente y oportuna entre organizadores y audiencia, incluida la divulgación de pronósticos del tiempo y actualizaciones durante el evento, contribuye a mantener la seguridad de todos los involucrados.
Los artistas también tienen un papel relevante en la prevención de tragedias. Milad Haghani sugiere que los artistas pueden contribuir contratando analistas para obtener información sobre el comportamiento de la multitud, así como educándose sobre cómo monitorear y gestionar posibles amenazas durante un evento.
¿Sin conciertos por cambio climático?
Otros eventos al aire libre, como competiciones deportivas, están implementando cambios estacionales y sistemas de advertencia para el calor extremo. La New York Road Runners, por ejemplo, ha establecido un sistema de alarma codificado por colores para las condiciones del curso, permitiendo que los competidores cancelen si se considera demasiado peligroso.
En Melbourne, la ciudad australiana está utilizando pintura reflectante para reducir las temperaturas en instalaciones como canchas de tenis. Además, se ha implementado un sistema de advertencia de calor que incluye anuncios públicos en las calles, así como a través de redes sociales y mensajes de texto.
A pesar de los sólidos planes de contingencia y las medidas de mitigación, los investigadores advierten que la cancelación de eventos al aire libre podría volverse más frecuente debido al cambio climático. La viabilidad de la industria de eventos depende de su capacidad para hacer planes y seguirlos, pero si el clima continúa siendo un factor impredecible e interviniendo constantemente, la existencia misma de esta industria podría estar en peligro.
Ante la pregunta que nos trajo a este tema sobre si: ¿nos quedaremos sin conciertos por cambio climático? La respuesta parece depender de cómo respondamos y nos adaptemos a los desafíos presentados por un clima cada vez más impredecible.
