Por Antonio Tamayo Neyra
La interdependencia y la subsidiariedad, son conceptos que se utilizan con alguna regularidad en un sentido de caridad y en el mejor de los casos de filantropía, pero viéndolos a mayor profundidad su alcance e importancia van más lejos.
Tomemos el caso de la naturaleza: cualquier ser vivo, ya sea una planta, un animal y un insecto, de alguna forma todos están interconectados y necesitan de los demás para sobrevivir; y esta interconexión que existe entre animales y plantas, se realiza de manera inconsciente. Así por ejemplo la abeja en la búsqueda del polen para su propio alimento, influye en la distribución de la semilla de la planta que le ayuda en su reproducción y sobrevivencia; dicho de otra manera, la abeja es responsable sin quererlo del crecimiento de las plantas, mientras busca su propia subsistencia.
Este modelo que se repite en prácticamente toda la naturaleza dentro de todo tipo de criaturas vivientes, implica por lo tanto, una interdependencia y una subsidiaridad, y aunque no exista una conciencia en esa forma de actuar, todos tienen una responsabilidad con el resto de las especies.
Estas ideas que cada vez más tienen una mayor difusión para generar una conciencia ecológica, y que los seres humanos nos demos cuenta de nuestra necesidad de un ecosistema limpio para nuestra sobrevivencia, requieren ser vistas y aplicadas también en la forma como nos comportamos los individuos en el ámbito social.
Y lo anteriormente dicho no es nada nuevo, el mismo Adam Smith lo señalaba cuando hablaba de la posición del carnicero o del panadero con respecto a la sociedad en general, ellos buscaban su felicidad en términos egoístas, pero al mismo tiempo con su trabajo elaboraban un satisfactor para la sociedad, otra vez el concepto de interdependencia.
En términos actuales, dichas personas que realizan los mencionados oficios tienen una responsabilidad social, el hacer un producto adecuado y necesario y cobrar lo justo para subsistencia, y ese cobro si bien es un aspecto monetario, está dentro de una relación social y no al revés como mucho se ha manejado.
Ampliando la idea anterior, las empresas que son entidades creadas por el ser humano y por lo tanto sociales, desarrollan productos y servicios para la sociedad, y por ese sólo hecho aunque no lo quieran, son socialmente responsables, considerando además de su responsabilidad en su comportamiento con su propio personal, proveedores y clientes.
Dicho en otras palabras, la responsabilidad social no es una responsabilidad optativa; y algo similar sucede con todos los individuos en la sociedad, todos somos responsables por la simple convivencia, y por ello requerimos además de cumplir las leyes, el percatarnos que todos requerimos de todos, y que las condiciones de pobreza existente es la responsabilidad social de todos.
Somos una especie para vivir en comunidad y no para estar aislados, y es por ello que necesitamos ser socialmente responsables, pero no por caridad o por filantropía, sino por una conveniencia mutua como lo dijera Adam Smith, y en la medida en que más y mejor la apliquemos nuestra sociedad será cada vez mejor.
Seguiremos platicando …
Blog: http://atamayon.blogspot.com
Antonio Rey Tamayo Neyra
Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. Desde 1991 colabora en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de colaborar en otros medios. Desde el 2002 involucrado en la Responsabilidad Social, escribiendo y realizando proyectos editoriales de este tema, y además documentando las actividades de las empresas (tipo caso)
También es profesor de posgrado e imparte capacitación en relacionales laborales.
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México; su preparación profesional posterior incluye un Diplomado en Responsabilidad Social en el Tecnológico de Monterrey, y un Curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña. Actualmente estudia la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña.
Totalmente de acuerdo con el tema… si todos fuésemos conscientes de nuestra misión en este mundo, no tendrían que existir las organizaciones de la sociedad civil!!