Por: Iraís Bermea es cofundadora de ChinampaMx y jefa de Comunicación e Impacto Social en Fundación FEMSA
En el año 2030, 7 de cada 10 colaboradores serán milenillas. Los jóvenes están convirtiéndose en la mayor parte de la fuerza laboral, y a pesar de esto duran menos de dos años en cada trabajo. La movilidad y la rotación no sería un problema si con este movimiento lograran mejorar la calidad del empleo, pero según el estudio del Banco Interamericano de Desarrollo en 2018 el 84% de los jóvenes que trabajan están en un empleo de igual o menor calidad a su anterior experiencia laboral. Además, como si no fuera suficiente, solo 32% de los jóvenes tiene un empleo formal.
¿Cómo puede la responsabilidad social corporativa (RSC) ser parte de la propuesta de valor para alargar la permanencia en las compañías? además, ¿Cómo puede aprovechar las cualidades que tienen estos colaboradores del futuro?
Las empresas necesitan crear oportunidades para que los colaboradores formen parte del cambio
Según Newsweek México, el 45% de los estudiantes de la Generación Z piensa que inventarán algo que cambiará el mundo. Mientras tanto, en la encuesta anual de Global Shapers del Foro Económico Mundial de 2016, 60% de los milenillas indicaron que la oportunidad para hacer una diferencia en su sociedad, ciudad o país es un factor prioritario en un trabajo.
La mayoría de las empresas han incrementado sus estrategias de voluntariados, dando la oportunidad a sus colaboradores de donar parte de su tiempo en una causa. En 2020, a pesar de la crisis COVID-19, los voluntariados evolucionaron, de acuerdo con un estudio realizado por la Red de Voluntariado Corporativo Voluntare, durante la crisis sanitaria el 62.9% de las empresas aumentó la participación de sus empleados y más del 80% adecuaron sus programas a formatos no presenciales.
Cuando una empresa promueve actividades de RSC como los voluntariados se ha demostrado que el compromiso de sus colaboradores podría incrementar más del 90%. A pesar de estas cifras, queda una pregunta en el aire ¿Qué pasaría si el colaborador forma parte del cambio social en una experiencia permanente en su día a día?
Intraemprendedores sociales: La oportunidad de vivir la RSC en toda la empresa
Segun The League of Social Intrapreneurs el intraemprendimiento social se enfoca en resolver retos sociales a la par que se crea valor para el negocio. Los intraemprendedores son colaboradores que llevan el “gen de emprendedor” a la organización, que retan convencionalismos, crean pensamientos laterales y experimentan nuevas formas de crear valor.
Para impulsarlos hace falta crear un ecosistema que brinde las herramientas necesarias. The League of Social Intrapreneurs comparte en un reporte reciente los cuatro elementos para crear un ecosistema que impulse la innovación social en los colaboradores del futuro:
1) Propósito más allá de la ganancia. El propósito da un norte para que los colaboradores enmarquen decisiones y conecten sus valores personales. Tener un propósito más allá de las ganancias y una serie de principios le permiten conectar sus nuevas e innovadoras ideas con las prioridades de la compañía. La estrategia de RSC debe ser una guía para que los colaboradores desde su campo de acción formen parte de la innovación social de la compañía.
2) Las personas como agentes de cambio. Estudios muestran que los colaboradores son la segunda fuente de innovación para las empresas, después de los consumidores. Sin embargo, estas innovaciones se mantienen en el “bussiness as usual” porque no hay incentivos para romper convencionalismos. Reconocer a los colaboradores como agentes de cambio requiere que la empresa instale estructuras y sistemas que habiliten estas capacidades, desde contratar a las personas considerando las características de intraemprendedor como positivas, generar entrenamientos para ampliar sus capacidades, reconocer los resultados de sus innovaciones sociales, promover el tiempo y apertura para experimentar y equivocarse.
3) El poder del “nosotros”. Es importante romper barreras dentro de una organización. Esto requiere generar espacios de creación e innovación colectivo y para lograrlo se necesita promover la autonomía, libertad para resolver problemas y hacer sus propias decisiones, considerando la innovación como parte de estas, pero sobre todo los tomadores de decisión de la organización deben promover la relevancia de colaborar y apoyar los proyectos de intraemprendedores sociales en la empresa incluso como mentores.
4) Fuente de información generadora: Las buenas ideas de cambio social no vienen solo de los directivos o los especialistas en sostenibilidad, cada uno de los colaboradores son fuente de información que, si les compartimos el propósito, pueden crear junto a nosotros grandes oportunidades para fortalecer el valor social. Pero lanzar un llamado de esta dimensión requiere desarrollar programas y procesos para generar, incubar y escalar la innovación.
Hay que aprovechar la curiosidad y atrevimiento de las nuevas generaciones, canalizarlo a través del intraemprendimiento social para que los colaboradores del futuro conecten su propósito con el de la empresa y sean catalizadores del cambio social.