El consumo es el acto más democrático y poderoso que tenemos los ciudadanos, y lo ejercemos todos los días a través de nuestras decisiones de compra (o no compra).
La creciente consciencia sobre este poder ha generado mercados más exigentes que colocan a las empresas ante la disyuntiva de –como dice el conocido refrán– renovarse o morir.
¿Han sabido responder a esta exigencia? En la mayoría de los casos se han quedado cortas. Sin embargo, Natalia Gutiérrez, directora de Estrategia de Tonic, sugiere replantearnos la pregunta hacia cómo contribuimos los consumidores para que esas empresas sigan operando así.
¿Eres un consumidor responsable? ¿Reclamas cuando una empresa no cumple tus expectativas o incurre en marketing engañoso? ¿Has dejado de comprar a marcas envueltas en crisis?
Este tipo de exigencias están definiendo, de acuerdo con la especialista, nuevas tendencias de consumo responsable de las que ninguna empresa podrá escaparse en el corto plazo.
Vida limpia
Cero desechos, decir no a los desechables, preferir las compras a granel y en las pequeñas tiendas son algunas de las formas en que los consumidores están aminorando su generación de residuos y volcándose a una vida más limpia.
Las manifestaciones contra el plástico son de las más conocidas y reivindicadas a nivel global, como las registradas en supermercados de Europa recientemente, donde las personas desempacaban sus compras al interior de las tiendas, llenando los carritos con los desechos y dejándolos ahí para llevarse únicamente los productos.
Los prestatarios
La propiedad privada ha pasado de moda. Ahora, puedes conseguir la ropa para el bebé recién nacido con tus vecinos, en intercambio o trueque. Cada vez hay plataformas y grupos en redes sociales que permiten crear comunidades interesadas en evitar compras innecesarias priorizando el préstamo, intercambio o donación para un sin fin de artículos.
Ejemplo de ello son las plataformas peerby, a través de la cual pides en préstamo artículos como herramientas o mobiliario a personas que viven cerca de ti, o couchsurfing, que permite conectar viajeros con quienes ofrecen un sofá en su casa con la condición de que ellos ofrezcan también su sofá a otro viajero.
“Este cambio en los patrones de consumo es un reto importante para las empresas, pues implica cambiar de ese modelo que es comprar, comprar, comprar”, dice, al participar en el XI Encuentro Latinoamericano de Empresas Socialmente Responsables.
La cultura del reclamo
Entre estas nuevas tendencias de consumo responsable se encuentra la cultura del reclamo. Las redes sociales nos permiten manifestar un reclamo contra una empresa o marca específica de manera rápida y pública, lo cual ha empujado una transformación más ágil en las empresas.
“Hay que reclamar y quejarse ante un incumplimiento o expectativa insatisfecha, es la única forma de ejercer nuestra ciudadanía”, comenta la especialista.
Está en mi ADN, soy tan especial
Otra tendencia que está obteniendo creciente interés es la relación existente entre el ADN o información genética y los productos que consumimos.
¿Hay productos alimenticios o de vestir más adecuados para mí de acuerdo con mi tipo de sangre? Aunque aún hay cierto escepticismo al respecto, en apenas unos años las empresas que realizan este tipo de análisis han pasado de una a cinco, llegando a cualquier lugar del mundo a cambio de 99 dólares.
Así, se prevé que en los próximos años cada vez más personas se interesen en conocer la manera en que su genética puede modular su consumo.
Emprendedores adaptativos
La flexibilidad laboral es altamente valorada por los jóvenes, por lo que muchos prefieren emprender sus propios negocios que someterse a esquemas laborales tradicionales.
Estos emprendedores son un nuevo mercado con necesidades específicas pero también, el hecho de que las nuevas generaciones ya no quieran vivir en oficinas, reta a las empresas a reconfigurar sus esquemas laborales ante el riesgo de perder capacidad para atraer y retener talento con el paso de los años.
Compradores detectives
Los consumidores cada vez más investigan todo lo que pueden sobre un producto antes de comprarlo, como una más de las nuevas tendencias de consumo responsable. Actualmente la información disponible a través de foros web, páginas de internet y redes sociales, permite que los compradores se conviertan en “detectives” y hagan compras más responsables.
En el caso de las empresas, la especialista considera que las empresas están desaprovechando la oportunidad de generar este tipo de contenidos útiles para sus potenciales consumidores.
De acuerdo con Gutiérrez, cuando los consumidores y las empresas responsables convergen se dan las condiciones para crear sociedades más sustentable, en contraste, cuando ni consumidores ni empresas son responsables se da un consumo excesivo y el agotamiento de los recursos naturales.
Las empresas tienen ante sí el reto de anticiparse a estas nuevas tendencias de consumo responsable, empujadas por mercados que cada vez buscan marcas que hacen mejor las cosas, ¿lo conseguirán?