Fue una de sus promesas durante la campaña electoral y acaba de cumplirla. Barack Obama, el nuevo presidente de EE.UU., presentó sus primeros planes sobre políticas medioambientales de su país.
En otro claro paso por diferenciarse de su antecesor, George W. Bush, Obama prometió que Estados Unidos liderará la lucha mundial contra el calentamiento global.
Si bien precisó que no puede ofrecer «una solución rápida» a estos problemas, sí aseguró que buscará un acercamiento «constante, centrado y pragmático».
Además, aclaró que hace frente a este asunto luego de «heredar una crisis económica cada vez más profunda» y lanzó un dardo a Bush que negó hasta casi el final de su mandato la existencia del cambio climático: «Mi administración no negará hechos. Se guiará por ellos», dijo Obama.
«Le dejaremos claro al mundo que Estados Unidos está listo para liderar» la lucha contra el cambio climático, afirmó el mandatario que tiene por delante otra gran deuda pendiente por saldar: la firma del Protocolo de Kyoto.
Los anuncios de hoy estuvieron vinculados a dos ejes: autos más ecológicos y oficinas gubernamentales energéticamente más eficientes. ¿El objetivo? Disminuir la dependencia del petróleo extranjero en EE.UU.
En un discurso desde la Casa Blanca sobre la energía y la situación económica, el mandatario anunció que permitirá que los Estados impongan sus límites a las emisiones de gases de los vehículos -algo que había sido vetado por Bush- y anunció una serie de medias que obligarán a los fabricantes de autos a producir vehículos de consumo más eficiente a partir de 2011.
El presidente aseguró que para Estados Unidos «ningún asunto es tan fundamental como el de la energía», y prometió trabajar hacia la independencia energética.
Obama afirmó que el país tiene «los recursos para cambiar», pero que se requerirá «coraje y compromiso». Según explicó, la nueva política energética comienza con el plan de unos 820.000 millones de dólares para reactivar la economía propuesto por su gobierno y que actualmente debate el Congreso.
Este plan prevé la creación de «millones» de empleos relacionados con las nuevas energías y el acondicionamiento del 75 por ciento de los edificios gubernamentales que deberán responder a normas energética más severas; y de dos millones de hogares a unos nuevos estándares ecológicos.
Fuente: El Clarín