La extensión de uno de los programas de reducción de la pobreza más populares del Gobierno estadounidense, el crédito tributario a los ingresos, costaría unos 60,000 millones de dólares, una cifra modesta en un presupuesto en el que el presidente tiene 1,014 billones de dólares que distribuir.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, asumirá el martes un tono populista en su plan de presupuesto para el 2015, al proponer ampliar un popular crédito tributario para los más pobres que se financiaría mediante la eliminación de exenciones de impuestos a los más ricos.
La extensión de uno de los programas de reducción de la pobreza más populares del Gobierno estadounidense, el crédito tributario a los ingresos, costaría unos 60,000 millones de dólares, una cifra modesta en un presupuesto en el que el presidente tiene 1,014 billones de dólares que distribuir, dijo la Casa Blanca.
Obama pagaría la extensión del crédito tributario mediante la eliminación de lagunas que suelen ser aprovechadas por gerentes de fondos ricos o empleados de compañías de servicios profesionales del sector del derecho, consultoras o firmas de grupos de presión.
La solicitud del presidente es apenas un 0.2% mayor que su presupuesto 2014 de 1,012 billones de dólares debido a que ambas cantidades fueron establecidas en un acuerdo que alcanzó el Congreso en enero.
Aún así, la recomendación de presupuesto de Obama tiene pocas o ninguna opción de ser aprobada en su forma actual por el Congreso.
Los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes, discrepan sobre las prioridades políticas del presidente, como el invertir dinero del Gobierno en la preparación de trabajadores.
El documento, sin embargo, brindará una agenda para los correligionarios demócratas de Obama en un año electoral y ayudará al presidente a cambiar el debate hacia la reducción de la pobreza y avances para la clase media, desde la reducción del déficit, un tema que ha dominado las luchas de presupuesto en Washington durante los últimos tres años.
Obama también intentará usar el presupuesto para dar un impulso a la clase media, muchos de cuyos miembros luchan por recuperarse de la profunda recesión del 2007 al 2009, mediante la contribución a las cuentas automáticas para la jubilación de los trabajadores que están protegidas de impuestos.
Actualmente, los trabajadores deben decidir que tales contribuciones se realizan a sus cuentas individuales de jubilación, y la Casa Blanca dice que el cambio beneficiará a cerca de 13 millones de trabajadores.
Fuente: Forbes