El demócrata John Kerry presentó ayer ante legisladores el esperado plan para el cambio climático, un proyecto de ley según el cual, como desea el presidente Barack Obama, Estados Unidos asuma su papel como “líder mundial en energía limpia”, dijo el senador por Massachusetts y ex candidato presidencial.
La iniciativa, a nombre también del senador independiente Joe Lieberman, tiene lugar después de meses de negociaciones y plantea el recorte de 17% de las emisiones de dióxido de carbono para 2020 y en más de 80% para 20050 frente a los niveles de 2005 mediante la regulación de la energía, la industria y el transporte.
También contempla incentivos para aumentar la generación de electricidad con plantas nucleares. “Finamente podemos decirle al mundo que EU está listo para asumir su papel como líder mundial en energía limpia”, anunció Kerry, cercano aliado de Obama.
“Los desafíos que afrontamos, subrayados por la inmensa tragedia del Golfo de México, son un motivo para redoblar nuestros esfuerzos para reformar las políticas energéticas de nuestro país”, dijo Obama en un comunicado al respaldar el proyecto. “Espero trabajar con los senadores de ambos partidos y que el proyecto de ley se apruebe este año”, añadió.
Aunque los alcances del proyecto exceden el presente mandato, que debe culminar en 2012, el mismo establece un sistema para “limitar y negociar” los derechos de emisiones de carbono (CO2) y otorga incentivos económicos para poder comerciar con los créditos. Los sistemas de “limitar y negociar” son la base de los esfuerzos de Europa para reducir las emisiones de carbono y la base de un proyecto de ley que aprobó la Cámara de Representantes en junio pasado. Pero la propuesta del Senado ofrece que lo que se facture tenga un enfoque sectorial, con determinados niveles según las diferentes partes de la economía.
El proyecto de ley concierne sólo a 7,500 fábricas y plantas de energía en EU, cada una con una producción mayor a las 25 mil toneladas de polución de carbón por año. Conscientes de la inestabilidad económica, el proyecto no requiere detener las emisiones de las manufactureras hasta 2016 y exonera enteramente a los agricultores. El proyecto contempla las exploraciones petrolíferas en alta mar, pero otorga a los Estados costeros la capacidad de vetarlas.
La esperada legislación se revisó en las últimas semanas a raíz del derrame de petróleo en el Golfo de México, que amenaza con convertirse en el peor desastre ecológico de la historia de EU y ha restado apoyo a las exploraciones mar adentro. Además, la división medioambiental del Grupo Pew pidió el martes que se congelaran todas las exploraciones en aguas profundas hasta que se establezcan “robustos y seguros estándares medioambientales” y adujo que lo ocurrido en el Golfo de México muestra “lapsos significativos” en la política estadunidense.
Con ese cuadro como telón de fondo, la legislación incorpora nuevas protecciones frente a los proyectos de exploración petrolífera. El Partido Demócrata, con mayoría en el Congreso, confiaba en que la defensa de las exploraciones petrolíferas le ayudara a recabar apoyo entre la oposición republicana, pero el accidente del Golfo ha alterado de forma radical la situación.
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