Por Antonio Tamayo Neyra
Es común que de diversas formas, ya sea mediante los medios de comunicación, en la escuela y en casa, se nos hace ver y reitera que como ciudadanos y como seres humanos tenemos ciertos derechos y hay que exigirlos, pero poco o nada se menciona de nuestras obligaciones y por lo tanto tampoco de nuestras responsabilidades.
Haciendo un breve repaso mental se habla de los derechos de la mujer, de los niños, de los discapacitados y de los ancianos, por mencionar solo algunos. Y que es necesario que dichos grupos sociales exijan su atención y cumplimiento, lo que traerá como consecuencia lograr una mejor convivencia social. Lo cual es bueno y necesario.
Pero salvo los discapacitados mencionados, tanto los otros grupos citados como todos los demás, tenemos también una serie de responsabilidades que poco son señaladas y por lo tanto atendidas.
En términos generales me atrevo a decir que socialmente estamos más conscientes de nuestros derechos, tanto como individuos y como empresas, pero no le damos la misma importancia y atención a nuestras responsabilidades.
Y algo que tampoco se atiende y que es imprescindible también destacarlo es que todos los derechos sociales que se tienen no son gratuitos, es decir, tienen como contraparte una obligación y la responsabilidad de cumplir dicha obligación.
Cualquier abogado sabe que todo a todo derecho le corresponde una obligación, es decir, hay o debe haber una obligación que es complementaria al derecho adquirido.
Por lo tanto es importante buscar un equilibrio en la difusión del compromiso de cumplir tanto los derechos como las obligaciones.
Vivir en sociedad no es solamente nuestra unión en un sentido gregario simple o natural, es decir, de vivir juntos porque la naturaleza así nos diseñó, sino implica también nuestra convivencia para el beneficio de todos los involucrados.
Y para que esa convivencia sea social, que la interacción e interrelación de seres humanos sea positiva para todos es necesario establecer derechos y obligaciones comunes; dicho en otras palabras; derechos y obligaciones sociales, y para que estos funcionen cabalmente se tiene la responsabilidad de cumplirlos.
Por lo anterior no es algo opcional para una persona o para un grupo determinado el cumplimento de las responsabilidades.
De alguna forma se habla de esto en la materia de civismo que alguna vez se cursó en los estudios básicos de primaria y/secundaria, pero enfocados a fomentar un nacionalismo que si bien hasta cierto punto es positivo, se queda corto en el sentido de que más que ciudadanos somos seres humanos.
Y de esto último trata la ética, materia que si alguna vez se llevó en la escuela, siempre se manejó de manera etérea y poco practica y aplicada, como si fuera solo necesaria para los estudiantes de filosofía, donde poco o nada se habla de la importancia de la responsabilidad social.
Por lo tanto la responsabilidad social no es un agregado más, sino que siempre ha existido desde que vivimos en sociedad, la diferencia es que ahora ya se pide hacer de manera explícita esta responsabilidad.
Seguiremos platicando …
Blog: http://atamayon.blogspot.com
Antonio Rey Tamayo Neyra
Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. Desde 1991 colabora en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de colaborar en otros medios. Desde el 2002 involucrado en la Responsabilidad Social, escribiendo y realizando proyectos editoriales de este tema, y además documentando las actividades de las empresas (tipo caso)
También es profesor de posgrado e imparte capacitación en relacionales laborales.
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México; su preparación profesional posterior incluye un Diplomado en Responsabilidad Social en el Tecnológico de Monterrey, y un Curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña. Actualmente estudia la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña.