En los últimos 15 años, a México se importan en promedio 360 mil toneladas de residuos peligrosos, según información de la Semarnat, pero el País no es siquiera capaz de procesar los desechos que genera la propia industria.
Según datos de Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México procesa al año apenas 7 por ciento de los residuos industriales que genera.
Adicionalmente, de acuerdo con esos registros, el País está entre los países con peores capacidades de reciclaje.
En comparación con Irlanda, Suiza o Alemania, que tienen capacidad para manejar adecuadamente el 70 por ciento de los residuos, el México tiene un desempeño más bien pobre.
Parte del problema del manejo de los residuos sólidos, según las mismas definiciones de la Semarnat, es que estos productos tienen componentes que son potencialmente dañinos a la salud.
Por ejemplo, dentro de las importaciones permitidas están los residuos de plomo, que pueden causar envenenamientos; cadmio, que potencia el cáncer y enfermedades en los riñones; níquel, que afecta al sistema endócrino e inmunológico, y mercurio, que causa daños cerebrales.
Álvaro Núñez Solís, director de REMSA, empresa especializada en manejo de residuos, señaló que dadas las pobres capacidades del País en materia de reciclaje, no es sustentable que se permita la importación de basura industrial a esta capacidad y que por su complejidad tiene múltiples aristas.
Una de ellas es que generalmente se importa más basura de la que se autoriza formalmente, puesto que el Gobierno no tiene la capacidad de monitorear exactamente cuánta entra.
«Quien hace los negocios, es decir quién importa, compra la basura para separar aquellos componentes que pueden ser utilizados o vendidos y el resto sólo se quema o se tira, además que en el momento de revisión, cuando se abren las cajas en aduana, los agentes no necesariamente pueden distinguir adecuadamente qué está entrando», explicó este empresario.
Otro problema es que el Gobierno no tiene la capacidad adecuada para el manejo de los residuos y al tener componentes tóxicos generan daños en la población y contaminación del medio ambiente.
Finalmente, Núñez Solís mencionó que además de los residuos tóxicos, a México entra una gran cantidad de componentes de desecho, bajo la fracción arancelaria de remanufactura, que tampoco es tratada adecuadamente.
«Hay que empezar a etiquetar lo que entra a México, que teóricamente viene clasificado como materia de segunda mano o equipo que se puede vender para remanufactura pero resulta que es basura», precisó este experto.
Fuente: Reforma.com
Por: Ulises Díaz.
Publicada: 20 de junio de 2011.