Las Líneas Directrices de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para Empresas Multinacionales (EMN), que establecen recomendaciones a las empresas sobre buenas prácticas y conductas responsables, se han quedado al margen de la discusión global en Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y en rezago respecto de otros instrumentos para medirla, coincidieron desde la unidad encargada de la promoción de estos lineamientos en México.
Y es que estándares como el Global Reporting Initiative (GRI), utilizado para elaborar memorias de sostenibilidad; el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, red corporativa que promueve un decálogo de buenas prácticas; el Distintivo Empresa Socialmente Responsable (ESR), entregado a organizaciones en México que cumplen con indicadores de RSC; e incluso la reciente ISO 26000, guía de responsabilidad social para cualquier organización en el mundo lanzada en el 2010, han logrado colocarse como herramientas válidas a nivel internacional para diagnosticar el grado de avance de una empresa en RSC; incluso tratándose del Distintivo ESR, que aunque es de alcance nacional ha sido buscado por otros países del mundo para replicarlo.
“A nivel internacional hay una aceptación y conciencia de que este instrumento no ha sido difundido como se esperaba y tenemos la obligación de promoverlo con mayor fuerza”, aseguró Alejandra Cisneros, promotora de las directrices en el país desde su cargo de subdirectora de Tratados para Europa y Organismos Internacionales de la Secretaría de Economía (SE).
EL ABC DE LAS DIRECTRICES
Las Líneas Directrices de la OCDE para EMN surgieron como un compromiso derivado de la Declaración sobre Inversión Internacional y Empresas Multinacionales, adoptada por los países miembros de la OCDE en 1976. México se adhirió en 1994.
Las directrices son recomendaciones de gobiernos dirigidas a empresas multinacionales -cualquier empresa que tenga operaciones en más de dos países-, que incluyen conceptos generales, principios y políticas sobre responsabilidad social.
Se han revisado cinco veces desde su surgimiento. La última actualización se dio en el 2011, cuando se incluyeron temas como derechos humanos, cadena de suministro y diligencia debida; es decir, que las empresas auditen continuamente sus operaciones e impacto en materia laboral, ambiental, social, etcétera.
Cisneros dijo que las directrices se difunden entre empresas, cámaras industriales, embajadas, representaciones diplomáticas, sindicatos, organizaciones no gubernamentales y dependencias de gobierno, mismas que a su vez promueven la llegada de inversión a México alineada a los principios que establece el documento, los cuales -agregó- no son obligatorios pero mejoran el clima de inversión en el país al estandarizar criterios laborales, en competencia, medio ambiente, anticorrupción, entre otros.
Su promoción en los países que las adoptan se da desde el Punto Nacional de Contacto (PNC), oficina puente con la OCDE y único requisito que establecen las directrices a los gobiernos firmantes del documento. En México, el PNC está adscrito a la Dirección General de Inversión Extranjera de la SE.
En el marco de su participación en el foro El hoy y el mañana de 6 estándares de RSE y sustentabilidad corporativa, organizado por la consultoría especializada en responsabilidad social Expok, Cisneros explicó que no existe un registro en México ni en ningún otro país de cuántas empresas se suman a las directrices. Sin embargo, se considera que si las compañías cumplen con la legislación vigente en los países donde operan “y aportan un poco más”, actúan de conformidad con los lineamientos.
Al ser recomendaciones, explicó, no son vinculantes -no ameritan sanción ante su incumplimiento-, por lo que las empresas pueden adoptarlas o no. Tampoco generan ninguna obligación para las multinacionales. No obstante, aclaró, resulta de utilidad a las empresas seguir los lineamientos, pues mejoran el clima de negocios y la confianza en el país; promueven la inversión responsable y ayudan a las compañías a evitar riesgos.
Actualmente son 45 los países comprometidos con la promoción e implementación de las directrices: se trata de los 34 países miembros de la OCDE y 11 más adherentes. Se prevé que Costa Rica se adhiera a los lineamientos en las próximas semanas.
Las directrices dictan que las EMN deberán:
Principios generales: contribuir al progreso económico, social y medioambiental.
Divulgación de información: publicar periódicamente informes relativos a su desempeño.
Derechos humanos: respetar las garantías individuales.
Empleo y relaciones laborales: respetar los derechos de los trabajadores y cooperar con organizaciones sindicales.
Medio Ambiente: proteger el medio ambiente, salud y seguridad públicas.
Intereses de los consumidores: actuar siguiendo prácticas responsables de comercio.
Ciencia y tecnología: promover la transferencia de nuevas tecnologías e impulsar el desarrollo de la innovación.
Competencia: actuar de acuerdo con la legislación para evitar que sus actividades generen distorsiones a la competencia.
Cuestiones tributarias: cumplir con sus obligaciones fiscales, absteniéndose de realizar acciones para reducir indebidamente la carga tributaria.
Empresas fallan en derechos laborales y del medio ambiente
MANUFACTURERAS, EXTRACTIVAS Y DE TELECOMUNICACIONES, LAS MÁS SEÑALADAS
El respeto a los derechos laborales, a las garantías individuales y la preservación del medio ambiente son temas sensibles para las multinacionales en México, pues son los temas más recurrentes por los que se presentan quejas en contra de ellas, de acuerdo con Alejandra Cisneros, promotora de las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales en el país y subdirectora de Tratados para Europa y Organismos Internacionales de la SE.
Sobre el tema específico de la corrupción, dijo que han tenido un acercamiento con la organización Transparecnia Mexicana, para analizar vías de implementación de programas éticos y de debida diligencia, en empresas que operan en el país, esfuerzo que anticipan profundizar durante el 2014.
Compartió también que los sectores productivos que suelen recibir más quejas son el manufacturero, el extractivo y el de telecomunicaciones.
Alianzas regionales
ANTICIPAN DAR NUEVO IMPULSO
Ante el rezago en el cual se encuentran las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales respecto de otros estándares para medir la responsabilidad social, se buscará que los Punto Nacional de Contacto de los países que compartan regiones, como América Latina, puedan fortalecer su trabajo de manera conjunta en la resolución de desafíos comunes.
También se impulsarán encuentros que sirvan como plataforma de conocimiento, como el reciente Foro Global de Conductas Empresariales Responsables, que tuvo lugar en París en junio pasado y en el cual se buscó contribuir a la aplicación eficaz de las líneas directrices a través del debate y el intercambio de experiencias.
De acuerdo con Alejandra Cisneros, promotora de estos lineamientos en México, en el Comité de Inversión de la OCDE hay un grupo de trabajo sobre conductas empresariales responsables que ya se encuentra analizando lo que se puede hacer para ampliar la difusión y aplicación de las directrices.
En México, adelantó, se busca crear un comité que apoye al Punto Nacional de Contacto (PNC) en las evaluaciones a empresas, aunque el PNC se mantendrá como el órgano que tome las decisiones finales.
Este comité, dijo, se integraría con representantes de gobierno, academia, iniciativa privada, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil, con el objetivo de que el PNC tenga mayores elementos para tomar sus decisiones en torno a quejas interpuestas contra multinacionales. PNC de otros países, refirió, ya funcionan con órganos independientes de este tipo, lo que se buscaría emular.
Fuente: El Economista.
