Todo un equipo de negociadores mexicanos de la cancillería y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos naturales (Semarnat) está trabajando para amarrar acuerdos rumbo a la Cumbre de Cambio Climático (COP-16), de la ONU, que se realizará en Cancún el 29 de noviembre. Paradójicamente las metas nacionales de reducción de gases generadores del efecto invernadero (GEI) y tala inmoderada, van demasiado lento, denuncian organizaciones civiles.
La meta de reducir 30% los GEI para 2020 anunciada por el presidente Felipe Calderón en 2009 “es virtualmente imposible de lograr, nadie sabe cómo alcanzarla, ni siquiera ellos”, dijo en entrevista con Excélsior, Jorge Villarreal, coordinador de programas de la Fundación Heinrich Böll.
Villareal explicó que incluso si el día de hoy se detuviera toda la tala del país y absolutamente nadie volviera a talar un árbol en forma injustificada, y al mismo tiempo no se eliminara ni un metro cuadrado más de bosque para dedicarlo al cultivo o la ganadería, estas medidas lograrían hasta un 18 o 20% de la reducción en emisión de GEI, pero no 30%.
“Pero la política forestal de México no va en esa dirección, que permitiría reducir los GEI; por ejemplo, ProÁrbol no contribuye a esto, porque no es lo mismo sembrar árboles, que conservar un bosque y recuperarlo, son dos cosas muy distintas. México no ha hecho un esfuerzo por conservar y recuperar”, dijo el entrevistado.
Villarreal recordó que 95% del primer lote de árboles que se plantaron con el programa ProÁrbol, que eran un millón de árboles, no se dieron porque no se les dio seguimiento: “no es lo mismo sembrar un árbol que hacer un bosque, son dos cosas muy distintas, lo que captura carbono no es un árbol, es un bosque completo”, explicó.
Por otro lado, sigue habiendo terribles problemas de tala ilegal de árboles en diversas zonas del país y dos ejemplos de ellos son el Ajusco, en el Distrito Federal, y Agostitlán, en Michoacán.
De acuerdo con Villareal, otra estrategia que podría asumir el gobierno federal para alcanzar la meta prometida en reducción de GEI, sería cerrar las plantas carboeléctricas que hay en el país, porque “son las que más contribuyen a las emisiones de GEI que genera el sector de energía eléctrica en México”.
Sin embargo, la política del gobierno es la contraria, el programa de generación de energía aún destinará miles de millones de pesos a las carboeléctricas de aquí a 2017.
Vamos tarde
Sandra Guzmán, del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), explicó que México cuenta con algunos de los mejores expertos en cambio climático del mundo, y hay estudios como el del Centro Mario Molina donde se presentan 144 medidas para reducir emisiones de GEI “algunas de ellas no le van a costar nada y no estamos llevando a cabo esas medidas”.
Eso sucede porque está haciendo falta voluntad política, falta fortaleza en los funcionarios que toman las decisiones en la materia y “ lo que tiene que hacer México es fortalecer el marco jurídico”, señaló.
“México tiene un gran margen de oportunidad y si nosotros no lo aprovechamos en este momento, en que la COP-16 se celebrará en nuestro país, el próximo año empezarán las discusiones para las elecciones presidenciales y entonces el tema de cambo climático será sólo un tema de plataforma políticas, pero no de acciones claras” aseveró.
Urge la acción
La necesidad de actuar es inminente, pues sólo así se podrán salvar vidas y la posibilidad de existencia de las generaciones futuras: “los mapas de estrés hídrico – escasez de agua – señalan que en 2050 sólo va a haber un estado en la República que no va a tener este problemas”, dijo Villareal.
Villarreal y Guzmán coincidieron que lo urgente es lograr una vinculación real entre los compromisos que asume México a escala internacional con las políticas ambientales, porque “no existe el vínculo”.
Fuente: Excélsior – nacional, p. 2
Autor: Georgina Olson
Autor: 1 de agosto 2010