La orden ejecutiva de Biden vs combustibles fósiles ha provocado el nerviosismo de las grandes empresas petroleras, mientras los grupos conservacionistas acogen con satisfacción el paso a la energía limpia.
Es un hecho que recortar las subvenciones a los combustibles fósiles es un paso crucial para alcanzar los objetivos de las energías limpias. Al fin y al cabo, mantener esas subvenciones en un país que pretende ser ecológico significa que Estados Unidos está pagando a las empresas de combustibles fósiles para que contaminen el aire.
Subvenciones fiscales directas e indirectas
De acuerdo con una nota de Inhabitat en la que afirma que según el Instituto de Estudios Ambientales y Energéticos, hay varias subvenciones fiscales directas e indirectas a la industria de los combustibles fósiles, en Estados Unidos, las subvenciones directas a la industria petrolera alcanzan un total de más de 20,000 millones de dólares al año.
Muchas de estas subvenciones pretenden ayudar a los productores estadounidenses de combustibles fósiles a competir con los productores de otras partes del mundo donde la producción de combustible es más barata.
Entre las subvenciones directas está la Deducción de Costes de Perforación Intangibles, que deduce los costes de perforación en Estados Unidos. También se encuentra la subvención por agotamiento que reduce las cantidades gravables, mientras que el Crédito para la Inversión en Carbón Limpio ofrece créditos fiscales para las inversiones en energía.
Además, Estados Unidos también ofrece subvenciones indirectas para la reducción de impuestos y créditos fiscales en el extranjero.
Rechazo a las nuevas directivas
Según un informe de Reuters, algunos líderes de la industria de los combustibles fósiles no se están tomando bien las nuevas directivas. Antes de que se secara la tinta de la orden, la Western Energy Alliance presentó una demanda para impugnarla.
En concreto, la Western Energy Alliance quiere que la orden revierta el arrendamiento de combustibles fósiles en terrenos federales declarados ilegales por los tribunales.
Esta demanda representa parte de la oposición al avance del país hacia las energías limpias. Algunos líderes de la industria ya han lamentado que la decisión hará que Estados Unidos dependa de la energía extranjera, alegando que esto puede poner al país en una situación económica delicada.
De un plumazo, la administración está cambiando el brillante futuro energético de Estados Unidos dando marcha atrás y poniéndonos en la senda de una mayor dependencia de la energía extranjera producida con estándares medioambientales más bajos.
Mike Sommers, presidente del Instituto Americano del Petróleo
A pesar de las quejas de la industria de los combustibles fósiles, los activistas medioambientales han destacado la importancia de esta orden ejecutiva para abordar la crisis climática.
El cambio climático no es una crisis lejana, sino una que ya ha llegado a nuestra puerta y que no puede seguir siendo ignorada. Las comunidades afroamericanas, morenas, indígenas y de bajos ingresos están entre las más devastadas por la crisis climática.
La orden ejecutiva toma medidas para remediar esta carga injusta incorporando la equidad y la justicia en toda la agenda climática.
Angela Anderson, directora del Programa de Clima y Energía de la Unión de Científicos Preocupados.