Casi un tercio de los firmantes de una lista de vigilancia de inversión responsable vigilada por la ONU corren el riesgo de ser expulsados del órgano el próximo año.
El año pasado, los Principios de Inversión Responsable (PRI) revisaron a 180 de sus signatarios tras una auditoría anual que sugería que no habían demostrado un nivel mínimo de actividad de inversión responsable.
Los signatarios del PRI, que son propietarios y gestores de activos, se comprometen con seis principios diseñados para integrar consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en la inversión general y hacer que las empresas en las que invierten rindan cuentas en esos aspectos. Para ello deben presentar un informe anual a la organización detallando su progreso.
El PRI les dio a los de la lista dos años para levantar el nivel. El organismo de inversión responsable dijo que 88 signatarios en la lista de vigilancia hizo mejoras y cumplió los requisitos mínimos este año. Está trabajando con 42 signatarios que están en camino de hacerlo para 2020. Sin embargo, 50 no se han comprometido con los esfuerzos y corren el riesgo de ser eliminados. El PRI se negó a dar nombres.
Quizás sea sorprendente que la región con el mayor número de rezagados sea Europa, una zona que normalmente se considera que está a la vanguardia de las inversiones de los ESG. El número refleja el hecho de que Europa tiene la mayor base signataria.
El movimiento se produce en un momento de escrutinio sobre si los inversores están practicando lo que predican cuando se trata de una inversión responsable.
«Todavía tenemos algunos casos que no se han reunido con nosotros«, dijo Fiona Reynolds, directora ejecutiva del PRI, quien dijo que era difícil saber por qué no lo han hecho.
El PRI también exige que al menos la mitad de los activos de un gestor de fondos estén cubiertos por una política de inversión responsable y que haya un compromiso explícito por parte de los altos directivos.