Por: Emilio Guerra Díaz
En México las organizaciones filantrópicas y partidos políticos son de (desigual) interés público. Nuestro sistema jurídico y político ha definido en el concepto “interés público” la corresponsabilidad del gobierno de dirigir recursos económicos a aquellas actividades que realicen terceros y que beneficien a toda la población sin hacer distinción alguna por credo, raza, posición social, etc. y en cambio para garantizar la igualdad y equidad.
Dentro del espíritu “interés público” algunas actividades que se apoyan en México contrastan en el peso que se le da a ese concepto en dos instancias distintas pero de igual relevancia: la actividad político electoral y los servicios que brindan las organizaciones filantrópicas. Cada sector tiene regulado en su respectiva ley, lo que el Estado define como interés público: Ley General de Partidos Políticos y Ley de Fomento a las Actividades de las Organizaciones de la Sociedad Civil.
Con frecuencia quienes no conocen a fondo cómo funciona el sector filantrópico reaccionan con juicios severos ante el surgimiento y creación de nuevas organizaciones altruistas. Uno de ellos que se repite con mayor frecuencia agrupa más o menos estas palabras: “si no tienes trabajo… ¿por qué no abres tu propia ONG? Así vives de donativos”.
Sin embargo esas personas desconocen tanto las dificultades de operación y administración cotidiana como la falta de cultura filantrópica que se manifieste en el apoyo de la comunidad a esas organizaciones. Por otra parte, la autoridad hacendaria en México ha venido apretando y limitando espacios de maniobra económica para su sustentabilidad y las vías de financiamiento están delineadas y limitadas.
Del régimen calderonista se heredó la desconfianza hacia el sector a tal grado que las disposiciones anti lavado de recursos de procedencia ilícita plantean normas de actuación especial de las organizaciones filantrópicas si éstas reciben donativos superiores a 104 mil pesos o la responsabilidad de notificación inmediata si el donativo supera los 208 mil pesos.
Ahora bien, por otro lado aunque las reformas políticas en materia electoral y partidos políticos han endurecido los criterios para crear nuevos institutos será a partir del próximo ciclo electoral presidencial, es decir, después de las elecciones de 2018, cuanto tengan efecto pero los partidos existentes, sumando los 3 que recién fueron reconocidos, gozan hoy de grandes beneficios y prerrogativas.
Los tres partidos que obtuvieron registro por parte del Instituto Nacional Electoral recibirán de aquí a fin de año los siguientes recursos económicos para los rubros que se anotan:
31 millones 756 mil pesos para su operación
1 millón 429 mil pesos para “actividades específicas”
3 millones 229 mil pesos para franquicias postales y telegráficas
Tiempos oficiales para su promoción
El uso que dan los institutos políticos de los recursos públicos recibidos por “interés publico” despiertan ciertas suspicacias como por ejemplo:
• Los partidos políticos son grandes empleadores, incorporan a familiares, amigos y a todo aquel que actúe o aliente el clan patricio de cada poderoso dirigente
• Nadie les define la magnitud del número de colaboradores asalariados que pueden tener, ni los montos salariales que podrían corresponder a funciones iguales en partidos distintos. Fijar el monto salarial está a su libre albedrío
• Persisten prerrogativas absurdas que sólo revelan la falta de un trabajo pertinente, actualizado y profesional de los legisladores que provienen de esos partidos políticos y en cambio denotan lo obsoleto que resulta el marco jurídico que promueven como ejemplo se tiene el presupuesto destinado a “franquicias telegráficas”
• Persiste la sospecha de contar entre sus miembros la doble militancia, es decir, como sucedió la semana pasada donde el PRD reconoció que tienen afiliados que también están en otros partidos
• En tiempos electorales el dinero que gasta cada partido en propaganda genera un mega volumen de basura electoral, plástico, pinta de bardas, artículos promocionales, etc. y genera una profunda lástima ver el dispendio de recursos que bien podrían dirigirse a proyectos sociales
• Uso gratuito de tiempos oficiales para promoverse
Tan solo estos hechos muestran que el interés publico no es igual cuando se ve el apoyo que reciben las organizaciones filantrópicas.
El monto de recursos para actividad político electoral de 2014 asciende a 4 mil 44 millones de pesos, cantidad asignada desde el Congreso de la Unión. Una de las democracias más caras del mundo. En cambio no hay un criterio presupuestal de política pública para apoyar el desarrollo del sector filantrópico y voluntario.
Gran parte de los recursos públicos que se podrían destinar a fortalecer el trabajo de las organizaciones filantrópicas y los servicios que ofrecen a la población en condiciones de vulnerabilidad, exclusión y marginación se están canalizando a la iniciativa Sin Hambre.
Los recursos públicos destinados a apoyar a este sector de servicios adicionales a los que da el gobierno no alcanza siguiera el 2% del monto destinado a partidos.
Las organizaciones filantrópicas y sus causas no tienen acceso a tiempos oficiales de radio y televisión. Y si lo tuvieran resultaría más caro, para su capacidad económica, el costo de la producción por lo que estas organizaciones mejor dedican sus pocos fondos a la acción directa.
El marco legal respecto los fondos para su operación para las organizaciones filantrópicas es duro y laxo para partidos políticos.
En este contexto jurídico y de política pública las fundaciones en general y las empresariales, en alianza con las organizaciones filantrópicas, movilizan considerables recursos privados con fines públicos pero reciben escaso financiamiento y apoyo público, de gobierno vaya.
Desde el Consejo Directivo
El Presidente del Directorio señaló que la Fundación Grupo México prepara un encuentro filantrópico de alto nivel y de interés para fortalecimiento de las organizaciones participantes. Se trata de Expo Fundación que tendrá lugar los días 13 y 14 de agosto en Expo Bancomer Santa Fe. En el programa preliminar se incluyen temas como Rendición de cuentas a donantes, Relación con medios de Comunicación y difusión de la obra, Voluntariado Corporativo impacto en las OSC’s, Actividades de Procuración de fondos, Mercadotecnia social, Desarrollo Comunitario y Relación de gobierno con empresas.
Bien por la Fundación Azteca que dirige Esteban Moctezuma Barragán al aportar 5 millones de pesos a proyectos inspirados en Grameen Bank de Muhamad Yunus, señaló el Director de la organización, los esfuerzos se dirigen a municipios de alta marginalidad de Oaxaca y que en principio beneficiará a 4 mil 500 mujeres. El micro crédito ha resultado un excelente aliado para resolver problemas inmediatos y cuando se dirige a las mujeres como sujeto de crédito resulta más efectivo que cuando los varones reciben el dinero.
La Secretaria del Consejo señaló que poco a poco se reactiva la Fundación Banorte con la designación de su nueva directora hace unas semanas y pese a que desde el Consejo de Administración se ha elegido una difícil causa que enfrentará varios problemas prácticos y fiscales, reinicia nuevamente la asignación de donativos como el entregado a Fondo para la Paz por 500 mil pesos. Esta donación es resultado de una alianza con Los 40 Principales. La iniciativa también apoyará a Trasplante y Vida y Pronatura México.
El Tesorero de la organización expresó que fue muy gratificante que Telcel haya renovado su alianza estratégica con World Wild Fund, que en México preside Omar Vidal. En esta nueva etapa Kuno Becker será parte de la imagen y seguirán protegiendo ecosistemas estratégicos para conservar la biodiversidad del país.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.
Muy atinado y tristemente veraz resulta tu comentario Emilio; es vergonzoso que aparte de todo el fraude que cometen los partidos políticos, tengan un presupuesto tan alto; no se ve cómo está nuestro país? Cómo hay pobreza a nuestro alrededor y cómo los «programas sociales» gastan mucho más en publicidad e infraestructura burocrática que el programa mismo.
Nos toca a las organizaciones de la sociedad civil remar para el mismo lado, de manera que logremos una auténtica visibilidad y que le den el justo peso que merecen!