Venezuela es uno de los países más afectados por las crisis políticas y económicas en la historia, esto se ve reflejado en su gobierno y sociedad.
A pesar de que el país tiene una de las mayores reservas de petróleo en el mundo, el derrumbe de la economía y las agobiantes sanciones de Estados Unidos, han puesto en la mira otro recurso sumamente apreciado: el oro.
Oro sangriento y corrupción desde Venezuela
Mientras el pueblo venezolano lucha con la escasez alimentaria y los cortes de electricidad, un grupo privilegiado obtiene riquezas, entre ellos, su presidente Nicolás Maduro.
En Venezuela el oro ha reemplazado al bolívar —moneda de curso legal de la República Bolivariana de Venezuela—, que casi no tiene valor. En este país hasta un corte de cabello se paga en oro.
Según CNN, en Caracas, el oro permite que Maduro compre la lealtad de los militares.
Para la extracción de este metal, los mineros tienen que convertir las rocas de las minas en polvo, desde que inicia el día hasta que finaliza. Su trabajo es muy pesado, aunado al peligro que representa una red de pandilleros violentos patrocinados por el estado y militares corruptos, quienes tienen control del territorio.
“Al igual que los diamantes de sangre en África, el oro que se extrae de Venezuela, fuera de cualquier protocolo, es oro sangriento”, contó a CNN el general Manuel Cristopher Figuera, ex jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
En noviembre de 2018, Nicolás Maduro anunció un plan llamado el «Plan de Oro» el cual permitió que Venezuela obtuviera un beneficio de casi 5 mil millones de dólares anuales.
El oro fortalecerá nuestras reservas internacionales y las finanzas nacionales.
Nicolás Maduro
Violencia y corrupción en Venezuela
La violencia que se vive en el país se debe principalmente a la minería, ya que el sector ha atraído a grupos armados, la presencia de los llamados «sindicatos», junto con las acciones letales y violentas de los agentes policiales y militares en el área, dijo el Observatorio Venezolano de Violencia (VOV) en su informe anual de 2018.
Maduro ha dirigido operaciones mineras ilegales en esta región, y otorgado a miles de venezolanos un acceso liberal a las minas con el fin de comprar su lealtad.
Maduro ha podido prevalecer en el poder debido al apoyo de los militares.
Minas dirigidas por bandas criminales
Grupos compuestos por jóvenes luchan entre ellos por el control del territorio y cobran a los mineros por todo lo que extraen. Algunos cobran desde el 30% hasta el 50%, mientras la tarifa de otros es plana, independientemente de lo que puedan extraer los mineros.
En caso de que los mineros no paguen, existen consecuencias graves: «Te cortan, te torturan y a los que hablan los mutilan, los matan y los tiran a los agujeros de las minas».
Sus acusaciones son confirmadas por una fuente militar de alto rango con conocimiento directo de la situación.
«Para sobrevivir en ese lugar, debes llevar un arma”, y agrega que los portadores de armas pesadas, las compran o roban a los militares. “Esto no solía suceder en Venezuela”, afirmó.
Dejar que los funcionarios se beneficien del negocio del oro, ha permitido a Maduro “corromper a los servidores públicos y funcionarios militares en todas las estructuras de poder para perpetuar su Gobierno”, dijo Cristopher Figuera, uno de los generales más confiables del presidente Maduro, quien ya se ha unido al movimiento de oposición.
Cabe mencionar que Estados Unidos acusó al presidente y a su familia de obtener beneficios personales de las operaciones mineras.
En Venezuela, no solo la violencia se ha extendido en todo el país, también la corrupción se ha hecho presente: la mayoría de los sitios mineros operan en condiciones ilegales, con poca consideración por las normas de salud y seguridad, y una total indiferencia por su impacto ambiental.
