Doce activistas de Greenpeace disfrazados de osos polares han entrado en la Feria del Automóvil de Bruselas (Bélgica) para quejarse por la destrucción del Ártico y, en particular, exigir a la empresa Volkswagen que abandone la fabricación de vehículos contaminantes y que «deje de presionar para evitar una normativa de reducción de emisiones más ambiciosa» que busca reducir las emisiones de CO2 permitidas en vehículos nuevos.
Durante la acción de protesta, cuatro escaladores de Greenpeace han desplegado una pancarta en el interior de la Feria con el mensaje «Stop Volkswagen destroying the Arctic» («Volkswagen deja de destruir el Ártico»).
La ONG se ha centrado en Volkswagen porque es el mayor fabricante de coches de Europa y el segundo del mundo, y porque fabrica vehículos contaminantes, cuyas emisiones contribuyen a la destrucción del Ártico. Además, Greenpeace acusa a la empresa está presionando para rebajar los objetivos de la nueva normativa europea que podría obligar a fabricar coches más limpios y eficientes.
En este sentido, considera que la presión de la compañía está dañando el actual mercado creciente de coches de bajas emisiones y contribuyendo a prolongar la dependencia del petróleo. De hecho, añaden que, con esta política, Volkswagen, está «fomentando la extracción de petróleo en ecosistemas frágiles como el del Ártico, donde un vertido tendría un impacto devastador».
Concretamente, la ONG estima que los fabricantes de coches pueden y deben desarrollar flotas de vehículos que, de media, no emitan más de 80 gramos de CO2/km en 2020. Y que para 2025 la normativa debería fijar el límite de emisiones en 60 gramos.
«Pueden fabricar uno o dos modelos bajos en emisiones pero no es más que lavado de imagen para ocultar el torrente de vehículos sucios e ineficientes. Sus vergonzosas prácticas de lobby, si tienen éxito, potenciarán la búsqueda de petróleo en áreas como el Ártico, donde un vertido sería catastrófico», ha denunciado el portavoz de Greenpeace Rodrigo Marcos.
Finalmente, Marcos ha insistido en que disponer de vehículos más eficientes que emitan menos CO2 es bueno para las empresas, para los conductores, para la lucha contra el cambio climático y para mejorar la calidad del aire de las ciudades.
Fuente: Europapress.es
Publicada: 12 de enero de 2012.