Outplacement es reorientar positivamente a los empleados que se desvinculan de una empresa. Se trata de ayudarlos a diseñar estrategias para alcanzar nuevos objetivos laborales adaptables a cada caso individual, que permitan ver el futuro con optimismo.
En el mundo moderno, cambiante y competitivo, cada vez resulta más difícil mantenerse en un mismo empleo durante toda la vida, y si el hecho de perder el trabajo repentinamente no se maneja en forma adecuada, puede producir ansiedad, daño a la autoestima, depresión y deterioro de la confianza; emociones que constituyen un círculo difícil de romper cuando se busca una nueva ocupación.
La pérdida de trabajo se considera uno de los acontecimientos más fuertes y perturbadores en la vida de cualquier persona. De ahí que, en la década de los cuarenta, los psicólogos industriales estadounidenses se esforzaron en desarrollar estrategias de apoyo y orientación que facilitaran la búsqueda inteligente de un nuevo puesto en el menor tiempo posible.
Se trata del outplacement, expresión que no tiene traducción al castellano pero que en el ámbito empresarial suele llamarse desvinculación programada o desvinculación asistida, una herramienta cada vez más conocida y utilizada porque la rotación creciente de empleados, las fusiones, las adquisiciones y la innovación tecnológica obligan a las compañías a despedir personal y a esforzarse por atenuar el impacto negativo que eso trae consigo.
En las circunstancias descritas, la empresa pone a disposición de los trabajadores el servicio del outplacement, que les permite reubicarse en un puesto y una compañía de su satisfacción, que sea acorde con su categoría y su trayectoria en un sentido estricto, y para que tengan la oportunidad de encontrar diferentes opciones de actividades productivas en un sentido más amplio.
Gracias al progreso de esas estrategias, el despido se considera hoy como una parte del ciclo profesional y no como un acto aislado. Así, cuando una empresa decide con responsabilidad social rescindir la situación laboral que mantiene con uno o con varios colaboradores, puede ofrecerles un programa específico que facilite su reincorporación al mundo laboral en forma adecuada.
Y en ese servicio se incluye una gama de niveles profesionales tan amplia como la que demanda el propio mercado. En la escala individual, se cuenta con el programa ejecutivo para consejeros, delegados, presidentes y directores generales de grandes compañías o para personas que, por su trayectoria y por lo que representan para la organización, ameritan una atención individual. En la atención grupal se ubican los talleres para el personal operativo y administrativo como parte de la búsqueda de una nueva actividad laboral.
Una mirada desde la empresa
Para enfrentar los retos del mercado global en forma competitiva, las empresas han tenido que aliarse, fusionarse o rediseñarse. En la transformación, los vínculos con proveedores, clientes y diferentes actores las obligan a cuidar de manera especial la congruencia con los valores organizacionales. Entonces, el proceso de acompañamiento o outplacement les permite transmitir con claridad las nuevas expectativas a todos los niveles y, desde luego, apoyar a los mandos en una clara comunicación de las condiciones de trabajo.
El mensaje que reciben los empleados que se quedan está contenido en la forma en que se trata a los que deben irse. Es como si se reescribiera el contrato psicológico entre empresa y colaboradores, para poder actuar confiadamente ante la incertidumbre.
El proceso trae consigo otras ventajas: mantiene o incrementa la imagen pública de la compañía; demuestra delicadeza en el manejo de esas situaciones; lima asperezas en el proceso de desvinculación; mantiene la moral y la productividad de los que se quedan, y evita el impacto que suele producirse cuando la situación se maneja con poca delicadeza, hecho que a la postre compensa con creces el esfuerzo económico que las organizaciones hacen al optar por el outplacement.
Se dificulta el pensamiento lógico
En nuestra cultura, el empleo constituye una forma de vinculación social y económica de carácter vital. Cuando una persona lo pierde, especialmente si es en forma inesperada, tiene reacciones emocionales negativas que, en casos extremos, le impiden adaptarse a la nueva situación y buscar otro empleo.
Si la separación laboral no se maneja adecuadamente, puede producir respuestas de ansiedad, daño a la autoestima, sentimientos de culpa, deterioro de la propia confianza, síntomas psicosomáticos, hipertensión, tensión, depresión, abandono y, en casos extremos, alcoholismo o adicciones de otro tipo. En el ámbito familiar, cuando el despedido es el jefe de la familia, las relaciones se tornan tensas y frías o distantes y el eventual cambio de roles alcanza incluso a los niños en edad escolar.
Ésas son las razones de que la mayoría de las personas despedidas no esté en condiciones de utilizar con eficiencia el pensamiento lógico de manejar sus experiencias, su capacidad de razonamiento y otras habilidades que la lleven a mantener su bienestar económico, físico y emocional. Esto incrementa la dificultad de proyectarse como alguien valioso para una organización y aleja la posibilidad de obtener un nuevo trabajo. De ahí la importancia del outplacement.
El trabajo de buscar trabajo
El proceso de acompañamiento tiene diferentes etapas: asesoría antes y en el momento en que se le anuncia al trabajador que la relación con la empresa se termina; evaluación del candidato; preparación para la búsqueda de empleo; manejo de las ofertas de trabajo y seguimiento, y asesoría después de la colocación. En este lapso, la persona tiene a su disposición un centro de documentación que hace las veces de oficina y que les ofrece servicios tales como internet, bases de datos, fax, fotocopiadoras, mensajería, teléfono y otros elementos que le permiten desempeñar el trabajo de «buscar trabajo».
Y para que esa labor pueda ser desempeñada adecuadamente, los interesados cuentan con toda la logística necesaria: mantenimiento de la confidencialidad acerca de la nueva situación laboral entre sus vecinos y su círculo de amistades; asesoramiento continuado e incondicional de auténticos profesionales; mantenimiento del estado de ánimo y certeza de éxito en un plazo razonable.
De hecho, una de las primeras acciones del consultor o experto del ouplacement o «recolocación» suele encaminarse a la extinción de las conductas emocionales de angustia y ansiedad, para facilitar el uso del pensamiento racional.
No obstante, el proceso en realidad debe iniciarse mucho antes de que se tome la decisión de desvincular a algunos empleados, porque el hecho afecta a toda la organización y no sólo a los que se van.
Sus objetivos
Los objetivos fundamentales del outplacement consisten en:
Brindar apoyo psicológico individual a la persona desempleada, para superar la situación de crisis que trae consigo la desvinculación.
Contribuir a que el individuo identifique y estimule sus habilidades más importantes.
Orientar sobre la trayectoria laboral y la definición de objetivos personales, y diseñar una estrategia para alcanzarlos, acorde a la situación del interesado y a la del mercado actual.
Dar entrenamiento específico para establecer redes de contacto, construcción del currículum vítae ejecutivo, manejo de entrevistas de selección y canales de acceso al mercado, entre otros.
Ejecutar el plan de desvinculación y atención al personal seleccionado.
Estabilizar la empresa.
El proceso
Toda vez que los generadores del outplacement son el libre comercio mundial y la competitividad en la era de la globalización, las crisis económicas, las privatizaciones, las fusiones, las adquisiciones y las restructuraciones empresariales, el proceso se inicia al planear estratégicamente el rediseño de la organización.
Las otras fases incluyen la sensibilización y la comunicación del cambio; la ejecución del plan de desvinculación y atención al personal seleccionado, y la estabilización de la empresa, fases que normalmente se efectúan mediante la contratación de una consultoría y que tiene beneficios de suma importancia para la organización.
Salgamos de Dudas
Como en todas las novedades, en el caso del outplacement hay una serie de preguntas que con frecuencia surgen entre quienes comienzan a conocerlo:
–¿Qué ocurre cuando el candidato del programa de desvinculación laboral que tiene un tiempo definido no ha encontrado empleo al finalizar el lapso del servicio?
El tiempo deberá estar bien planeado desde la contratación, de acuerdo con la edad y el nivel salarial. Después de recibir la asesoría y el apoyo, las personas ya recuperaron la confianza en sí mismas y conocen las técnicas para continuar con su búsqueda en un mercado abierto.
–¿Se puede garantizar la colocación de los candidatos?
Sería una falacia dar por hecho que en un mercado libre se puede garantizar algo así. No obstante, los programas del outplacement se comprometen a poner los medios más eficaces para asistir a los candidatos.
–¿Se puede rechazar a un candidato?
Según sean las condiciones de la persona, se podrían combinar aspectos de salud y de necesidades personales que sugieran diferentes tipos de apoyo.
–¿Es posible que la organización solicite que no se recoloque al candidato en ciertas empresas o sectores de actividad similar?
Si existe un compromiso legal del candidato con su empresa para no entrar en competencia con ella, durante un tiempo será su obligación atender el acuerdo. Es conveniente, sin embargo, que la empresa consultora que efectuará el programa de ayuda a la recolocación esté al corriente de ese pacto.
Si bien es cierto que el mundo empresarial ha tenido cambios de fondo que llevan a los individuos a pasar por diversas experiencias laborales a lo largo de su vida en lugar de permanecer en un solo empleo, como solía ocurrir en épocas no tan lejanas, también es un hecho que quienes hoy sufren la pérdida del empleo cuentan con los servicios que les permiten superar las consecuencias negativas que el hecho conlleva, y reincorporarse a las organizaciones productivas. Se llama outplacement y es una herramienta cada vez más conocida en México y en el mundo.
Acompañamiento y asesoría
Gracias al progreso de las estrategias del outplacement, el despido de los trabajadores por exigencias del mundo moderno, cambiante y competitivo se considera hoy como una parte del ciclo profesional y no como un acto aislado. En todo el proceso del outplacement, el candidato tiene el acompañamiento de un consultor que hace el seguimiento de su evolución mediante entrevistas regulares y lo asesora de manera muy directa.
Qué NO es Outplacement:
Un gabinete psicológico con propósitos terapéuticos.
Un cursillo de formación sobre cómo encontrar empleo, o cómo establecerse por su cuenta.
Una agencia de colocaciones o una bolsa de trabajo, donde el candidato espera la llegada de «su oferta».
Un centro de reunión de buscadores de empleo, donde pasan su tiempo los candidatos ahora que no trabajan.
Fuente: Istmo.mx
Por: Mauricio Brehm
Publicada: 28 de julio de 2011.