Hace 13 años nació el Pacto Mundial como una iniciativa del entonces Secretario General de la ONU, Kofi Annan. La idea es congregar a empresas que, de forma voluntaria, buscan integrar principios universalmente aceptados en su estrategia de negocios y operaciones. Desde entonces y hasta la fecha, más de 10,000 organizaciones se han comprometido con este llamado y han trabajado para integrar en su gestión asuntos relacionados con derechos humanos, condiciones laborales, medio ambiente y anticorrupción.
¿Por qué era importante abrir este espacio para las empresas? Es muy claro que la Iniciativa Privada (IP) se ha convertido en un jugador con un papel muy relevante en el desarrollo. Existen varias empresas multinacionales que por sí solas cuentan con economías más robustas que muchos países. Contamos con organizaciones de las que dependen millones de personas de forma directa e indirecta. Esto provoca que las corporaciones tengan responsabilidades que van más allá de lo económico, ya que su negocio también incide (de forma positiva o negativa) en su entorno social y ambiental. Ese espacio profundo donde confluyen los objetivos de desarrollo de Naciones Unidas con los de sustentabilidad de las empresas es donde existe el Pacto Mundial.
Esta red internacional está diseñada de tal forma que se puedan desarrollar las características de liderazgo de las firmas en materia de sustentabilidad. Éstas pueden tomar diferentes matices y alcances, pero se pueden identificar por lo siguiente: las empresas deben tener un compromiso público ante su sociedad, tener la voluntad de mejorar sistemáticamente su desempeño en sustentabilidad, mostrar apertura al diálogo y finalmente ser transparentes y rendir cuentas de sus acciones.
Los anteriores son asuntos que no se logran de la noche a la mañana y que implican necesariamente el involucramiento de la alta dirección. Por lo mismo, aquellas empresas que erróneamente busquen en el Pacto Mundial un certificado de la ONU o lo vean como un mecanismo de relaciones públicas, se encontrarán con que éste es un espacio de participación muy distinto en el que se requiere liderazgo al más alto nivel.
En la actualidad existe una masa crítica de firmas que reconocen la relevancia de su papel en el concierto internacional de la sustentabilidad. En septiembre se realizará en Nueva York la Cumbre de Líderes del Pacto Mundial. Este evento congregará a más de 1,000 directores de empresas, ONG, Naciones Unidas y jefes de Estado con la finalidad de establecer el escenario para que la IP colabore en la conformación y fomento de la agenda de desarrollo después del 2015. Este momento debe aprovecharse para que las empresas ocupen el espacio de liderazgo que requiere nuestro planeta y trabajen junto con las Naciones Unidas en vías de lograr una economía global más sustentable e incluyente.
Fuente: El Economista