En un contexto donde la mirada empresarial ya no está puesta en la compañía de al lado, sino que en las miles de competidoras emplazadas por todo el orbe, la responsabilidad social empresarial (RSE) cobra una importancia fundamental a la hora de mantenerse en el mercado internacional.
Aspectos como la ética en los negocios, la calidad de vida laboral, la gestión medioambiental y la preocupación por el impacto sobre la comunidad, cobran relevancia en la mirada mundial, donde las empresas más grandes están comenzando a exigir a sus cadenas de valor un alto nivel de comportamiento en todos estos aspectos.
Este concepto emerge con fuerza en un contexto de globalización de los mercados, donde las reglas de la competitividad están asociadas al desempeño social y ambiental de la empresa y no tan sólo a la generación de riqueza para sus accionistas.
Frente a este escenario, la Organización Internacional de Estandarización (ISO) se dio a la tarea de desarrollar una norma que sirva de orientación mundial en este tema. Se trata de la ISO 26000 de Responsabilidad Social, que permitirá unificar la multiplicidad de estándares existentes y facilitar su implementación en las empresas, permitiéndoles mejorar su competitividad y, al mismo tiempo, mejorar la calidad de vida de sus distintos grupos de interés.
Ya ISO ha enfrentado y superado un reto similar, al publicar en 1987 la norma ISO 9000 para gestión de calidad, logrando consensuar los distintos puntos de vista y filosofías que aplicaban los más diversos países; y en 1996, la ISO 14000 para la Gestión Ambiental, que se han constituido en la referencia universal en este tema. Por ello, la ISO 26000 de Responsabilidad Social se constituye en el paso siguiente y en la tercera generación de estándares de calidad. De esta manera, se posiciona la RSE en la gestión de calidad de la empresa y descarta de plano la idea de la RSE asociada únicamente al marketing y a la filantropía.
El desarrollo de esta norma, que estará disponible en el segundo semestre del 2009, es una determinante señal internacional que obliga a las empresas a estar atentas a esta nueva exigencia del mercado y a ser proactivas en la incorporación de la RSE, para asegurar su competitividad.
Proceso participativo
El procedimiento para la elaboración de esta norma es muy diferente al modo de operar tradicional de ISO. Esta vez el proceso se democratizó y flexibilizó sus reglas, incluyendo a diversos sectores de la sociedad, agrupándolos en comités espejos por cada país; y dando mayor voz a los países en vías de desarrollo, lo cual es muy relevante puesto que existe la posibilidad de ajustar la nueva norma al nivel de desarrollo de las empresas de la región.
El proceso de desarrollo de esta norma ha sido rápido, ya que existe consenso entre los distintos países de la necesidad de contar, lo antes posible, con la ISO de Responsabilidad Social para regir las relaciones empresariales en el mundo y, a la vez, dar una señal de que se puede construir una plataforma universal sobre qué significa tener buenas prácticas.
En la última reunión del grupo de trabajo internacional de ISO 26000, realizada en Australia, se determinó que esta norma entregará una guía a todo tipo de organizaciones, sin importar su tamaño o ubicación.
Uno de los principales hitos de esta reunión es que se llegó a una definición de Responsabilidad Social. Esta es “la responsabilidad de una organización respecto de los impactos de sus decisiones y actividades en la sociedad y el medio ambiente, por medio de un comportamiento transparente y ético consistente con el desarrollo sustentable y el bienestar general de la sociedad; considere las expectativas de sus partes interesadas; esté en cumplimiento con la legislación aplicable y sea consistente con normas internacionales de comportamiento; y esté integrada a través de toda la organización”.
También se ratificaron los temas centrales de la norma: gobierno organizacional, medio ambiente, derechos humanos, prácticas laborales, prácticas operacionales justas, temas de consumidores e involucramiento con el desarrollo de la comunidad.
La ISO 26000 está prácticamente lista. Actualmente los grupos de trabajo se encuentran realizando ajustes en los contenidos, para poder llegar a la versión definitiva.
Sin duda que la Responsabilidad Social es un enfoque de negocios que ha cobrado fuerza en el mundo. Con esta norma guía, que en un principio será verificable, se espera incrementar el número de organizaciones que incorporen de manera gradual este estándar, contribuyendo a un desarrollo sostenible y a un aumento de la competitividad de las empresas en el mercado global.
Fuente: RSrevista