Inicio Blog Página 4

Dulces gestos, nulo impacto: ¿Dónde está la verdadera RSE de Krispy Kreme?

0

Por aRSEnico

En un reciente comunicado, Krispy Kreme México aseguró que “reafirma su compromiso con la comunidad”, destacando una serie de acciones de responsabilidad social que, en el papel, pretenden fortalecer su papel como empresa solidaria. Pero al leer con detenimiento, surgen más preguntas que certezas: ¿realmente estas acciones reflejan un compromiso serio con la sostenibilidad social? ¿O son solo gestos simbólicos sin impacto real?

La respuesta, lamentablemente, parece inclinarse hacia lo segundo.

Entre el gesto y el compromiso

El comunicado menciona donaciones a bomberos, médicos, estudiantes y organizaciones contra el cáncer de mama. En concreto:

  • 400 donas entregadas a estaciones de bomberos en todo México (sí, en todo un país de más de 120 millones de personas).
  • Unas 300 donas distribuidas en eventos del programa Bécalos.
  • Algunas docenas más entregadas a fundaciones durante el mes de la lucha contra el cáncer.

La suma de todas estas iniciativas, aunque bien intencionada, no resiste una evaluación seria de impacto social. Son gestos simpáticos, de esos que funcionan bien para una foto en redes sociales, pero que no transforman realidades, no resuelven problemas y, mucho menos, pueden considerarse responsabilidad social empresarial en sentido estratégico.

RSE de Krispy Kreme

El riesgo del purpose washing

El problema no es regalar donas. El problema es pretender que regalar donas es suficiente para hablar de compromiso social.

En un contexto donde las empresas enfrentan un escrutinio creciente por parte de consumidores, medios e inversores, este tipo de acciones mal comunicadas pueden caer fácilmente en el terreno del purpose washing: aparentar compromiso con causas sociales sin una base estructural, sin planes medibles ni continuidad.

¿Qué se espera de una empresa realmente comprometida?

La ISO 26000 —guía internacional para la responsabilidad social— establece que una organización debe identificar asuntos relevantes, dialogar con sus partes interesadas, establecer metas medibles y rendir cuentas sobre su desempeño social y ambiental.

Nada de eso está presente en el comunicado de Krispy Kreme.

Tampoco hay referencias claras a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ni a marcos reconocidos como el Pacto Mundial de la ONU, ni a métricas que den cuenta de un impacto real. Estamos, en el mejor de los casos, ante acciones puntuales de marketing con causa.

RSE de Krispy Kreme

Filantropía básica ≠ sostenibilidad corporativa

Es válido —y a veces necesario— tener gestos simbólicos. Reconocer a los bomberos, brindar un momento agradable a pacientes oncológicos o acompañar a estudiantes que parten al extranjero tiene valor emocional. Pero cuando se trata de responsabilidad social corporativa, el estándar es otro.

Las empresas deben ir más allá de lo anecdótico. Se espera de ellas:

  • Estrategias estructuradas de inversión social.
  • Programas con continuidad y evaluación de resultados.
  • Alianzas transformadoras con organizaciones de la sociedad civil.
  • Transparencia y trazabilidad en sus acciones.
RSE de Krispy Kreme

Menos azúcar, más estrategia

Krispy Kreme podría tener un rol más potente si decide asumir con seriedad su papel como actor social. Pero para eso necesita dejar atrás la lógica de la donación de excedentes y adoptar una visión estratégica, medible y transformadora de su responsabilidad social.

La ciudadanía ya no se conforma con dulces gestos. Espera empresas que dejen huella.


aRSEnico es el seudónimo químico de un asesor en RS muy tóxico, solitario, ensimismado y cuasi misántropo, que a través de una propuesta editorial de crítica ácida, expone las circunstancias, a veces inverosímiles, que se presentan en la RSE. La columna, si bien es ficticia se alimenta de eventos de la vida real sin los cuales no sería posible su realización. El objetivo es precisamente, además de provocar la risa forzada de reconocer y reconocerse en ella, señalar dichas circunstancias desde un enfoque cínico e incluso que raya en anti RS, para mostrar finalmente en este radioactivo estilo, el “deber ser” de la RSE.

Mundial 2026: México se enfrenta a su mayor prueba en movilidad y diseño urbano

México recibirá a más de 5.5 millones de turistas que se desplazarán entre Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara para vivir el Mundial 2026 entre junio y julio del siguiente año. Este fenómeno supondrá una presión extraordinaria sobre sistemas de transporte, servicios urbanos e infraestructura turística, impulsando a las ciudades sede a repensar cómo se mueven las personas y cómo operan sus centros neurálgicos. Esta vez, el reto no se reduce a gestionar flujos masivos, sino a garantizar que todo el ecosistema urbano funcione bajo principios de eficiencia ambiental, inclusión social y viabilidad económica.

Ante este panorama se llevó a cabo la conferencia “Movilidad, logística y sustentabilidad rumbo al Mundial 2026”, en la que expertos de Steer, Gensler y JLL coincidieron en que este evento será un parteaguas en la transformación urbana del país. Arturo Bañuelos, director de Proyectos y Desarrollos de JLL Latinoamérica señaló: 

“El Mundial representará mucho más que un evento deportivo. Es una oportunidad para repensar cómo nuestras ciudades se conectan”.

Además, aseguraron que la agenda sustentable deberá ir más allá del torneo para consolidar un legado que permanezca después del último gol.

Mundial 2026

Mundial 2026 y el desafío de la movilidad sustentable

La movilidad será uno de los mayores retos del Mundial 2026, especialmente por el flujo esperado de millones de visitantes y operadores. Silvia Mejía, líder de planeación urbana en Steer, señaló: 

“Mover a millones de aficionados requerirá una coordinación sin precedentes entre gobiernos locales, sector privado y ciudadanía”. 

Esta exigencia obliga a diversificar los esquemas de transporte y favorecer soluciones intermodales seguras, accesibles y bajas en emisiones.

Para México, este reto es también una prueba social: garantizar que los sistemas de transporte público sean funcionales tanto para visitantes como para residentes. Ciudades como Guadalajara y Monterrey deberán fortalecer rutas, ampliar frecuencias y mejorar la señalización universal para asegurar experiencias inclusivas. El transporte no puede fallar, pues la movilidad es la columna vertebral de la experiencia turística y del bienestar local.

Mundial 2026

Desde la perspectiva económica, Javier Gutiérrez de JLL destacó que aeropuertos, hoteles y estaciones deben entenderse como nodos estratégicos para generar valor inmobiliario sostenible. “Cada punto de contacto con el visitante debe pensarse como parte de la experiencia”, afirmó. Esto implica invertir en infraestructura que no solo soporte el torneo, sino que continúe impulsando la actividad económica a largo plazo.

Finalmente, en materia ambiental, la optimización de rutas y la reducción de transportes innecesarios será clave. La recomendación de los expertos es clara: priorizar el transporte público y fomentar vehículos eléctricos o de bajas emisiones. Esto permitirá reducir significativamente la huella de carbono en un momento donde los desplazamientos masivos podrían representar un riesgo ambiental mayor.

Infraestructura sostenible: entre la eficiencia, el diseño y el legado

El Mundial 2026 abre una oportunidad histórica para demostrar cómo la infraestructura puede ser sostenible, rentable y socialmente inclusiva. La FIFA exige que los estadios cumplan con certificaciones como LEED Silver, lo que implica medidas estrictas de eficiencia energética, sistemas ahorradores de agua y manejo integral de residuos. Para Ruth Corona, directora de Servicios de Sustentabilidad de JLL México, “queremos que la sustentabilidad no sea un requisito, sino una práctica cotidiana que trascienda el evento”.

Los estadios están siendo concebidos como “espacios legado”, según Federico Montero de Gensler, quien asegura que las adaptaciones consideran el futuro de las ciudades, no solo el torneo. Estos recintos integran materiales reciclables, tecnología para ahorro de agua y espacios inclusivos como los primeros sensory rooms instalados en estadios mexicanos para personas con neurodivergencia. Esto marca un antes y un después en el diseño universal.

Económicamente, estas adecuaciones representan inversiones que buscan ser rentables más allá del torneo. La implementación de paneles solares, sistemas LEED y soluciones zero waste en hoteles, restaurantes y aeropuertos también contribuye a la eficiencia operativa. Para inversionistas y desarrolladores, este impulso significa un valor agregado de largo plazo que favorece la estabilidad financiera del sector turístico y de infraestructura.

Asimismo, la integración de criterios de economía circular en empaques, residuos y materiales permitirá reducir costos y minimizar el impacto ambiental. Esta visión, respaldada por firmas globales, reconoce que la infraestructura sostenible no solo mejora la experiencia del visitante, sino que contribuye a construir ciudades resilientes.

Mundial 2026

Sustentabilidad integral: la oportunidad de México para liderar

El Mundial 2026 obliga a repensar la sustentabilidad desde una perspectiva social, ambiental y económica. En primer lugar, el reto social implica construir ciudades más inclusivas, accesibles y seguras. Esto significa fortalecer espacios públicos, generar señalización universal y garantizar que la experiencia sea óptima tanto para visitantes como para residentes.

Desde el ángulo ambiental, las estrategias se enfocan en reducir emisiones mediante transporte público eficiente, promover energías limpias y optimizar la logística. La recomendación central de los especialistas es contundente: la movilidad deberá priorizar opciones bajas en carbono y eliminar viajes innecesarios. Este enfoque permitirá disminuir la carga ambiental de un evento que moviliza a millones.

En la dimensión económica, México tiene la oportunidad de consolidar un modelo de inversión sostenible. Los hoteles, aeropuertos, restaurantes y centros de entretenimiento que adopten tecnologías eficientes podrán reducir costos operativos y, al mismo tiempo, ofrecer experiencias de mayor calidad. “La infraestructura turística será clave para que los inversionistas tengan un retorno de inversión positivo”, subrayó Javier Gutiérrez.

Mundial 2026

Finalmente, el diseño urbano se convierte en un eje transversal. Las ciudades se transformarán no solo para recibir turistas, sino para consolidarse como espacios modernos, inclusivos y resilientes. Como apuntan Steer, JLL y Gensler, este momento puede convertir a México en un referente regional en planificación urbana sostenible.

Un legado que debe perdurar

El Mundial 2026 representa un desafío sin precedentes para México, pero también una oportunidad invaluable. La capacidad del país para articular movilidad sostenible, infraestructura inteligente y planificación urbana determinará no solo el éxito del evento, sino el futuro de sus ciudades. La coordinación intersectorial será esencial para garantizar que el torneo se traduzca en un beneficio real y duradero.

Si México aprovecha este momento para impulsar políticas urbanas integrales, podrá demostrar al mundo que es capaz de construir urbes más conectadas, incluyentes y respetuosas con el ambiente. El verdadero resultado del torneo no se medirá en goles, sino en el legado sostenible que deje para las próximas décadas.

¿Qué deben hacer las empresas para no seguir deforestando los bosques?

0

Detener la deforestación se ha convertido en uno de los compromisos climáticos más urgentes para el sector privado, especialmente para aquellas compañías cuya operación depende de materias primas agrícolas y forestales. Sin embargo, el camino hacia cadenas de suministro libres de deforestación sigue siendo complejo: regulaciones cambiantes, metas postergadas y falta de claridad sobre cómo convertir los compromisos en acciones reales han frenado el progreso. En este contexto, la iniciativa del Marco de Responsabilidad (AFi) ha lanzado una nueva guía diseñada para brindar orientación operativa más allá de 2025.

El documento, “Orientación operativa sobre compromisos y vías de progreso”, busca ofrecer a empresas e instituciones financieras una hoja de ruta para cerrar brechas, elevar su ambición climática y cumplir estándares globales. Esto es especialmente relevante considerando que, según el último informe Forest 500, el 60% de las empresas evaluadas aún no cuenta con políticas contra la deforestación. La guía llega, por tanto, en un momento crítico donde la claridad técnica se vuelve indispensable para transformar compromisos públicos en resultados verificables.

La nueva guía de la AFi: una ruta práctica para detener la deforestación

La nueva guía de la AFi ofrece una solución a uno de los mayores desafíos del sector: pasar de declaraciones generales a estrategias concretas para detener la deforestación. El documento proporciona criterios claros para establecer compromisos creíbles, definir plazos, construir indicadores y evaluar el desempeño real de la empresa. A diferencia de otros marcos, este recurso no solo fija expectativas, sino que ayuda a las empresas a determinar el nivel de ambición adecuado con base en su impacto y modelo de negocio.

Además, la guía reconoce que muchas compañías están enfrentando confusión ante los cambios regulatorios globales. Marcos como SBTi y el propio AFi habían establecido 2025 como fecha límite para eliminar la deforestación de las cadenas de suministro, pero el avance real ha sido lento. Ante este retraso, la guía explica explícitamente qué deben hacer las empresas que no cumplieron con la fecha objetivo y cómo pueden reincorporarse a una trayectoria de alineación climática.

Otro elemento clave es que el documento no se limita a las empresas productoras. Instituciones financieras —que compran, financian o comercializan productos como soja, carne, cuero, caucho o aceite de palma— también reciben criterios para evaluar riesgos, exigir trazabilidad y condicionar financiamiento al desempeño ambiental. En un contexto donde los flujos de capital determinan la velocidad del cambio, este aspecto resulta crítico.

detener la deforestación

El contexto regulatorio: entre avances, retrasos y nuevas exigencias

El lanzamiento de la guía coincide con un momento de incertidumbre regulatoria. El reciente retraso del Reglamento de Deforestación de la Unión Europea (EUDR) ha generado preocupación entre actores clave del mercado. Empresas como Nestlé, Ferrero y Mars Wrigley han advertido que aplazar la entrada en vigor del EUDR “pone en riesgo la preservación de los bosques en todo el mundo”. Y aunque el retraso ofrece tiempo adicional, también podría disminuir el sentido de urgencia en algunos sectores.

El EUDR exige que productos derivados de carne bovina, cacao, café, soja, caucho o madera estén libres de deforestación para ingresar al mercado europeo. Esto implica trazabilidad geográfica hasta el origen, verificación de prácticas legales y evidencia de cumplimiento posterior a 2020. Las empresas importadoras son responsables directas, lo que incrementa la necesidad de controles robustos sobre los proveedores.

En este escenario, la nueva guía de la AFi actúa como un puente entre las expectativas regulatorias y la capacidad real de las empresas para cumplirlas. El documento ayuda a traducir requisitos como trazabilidad, monitoreo satelital o evaluación de riesgos en pasos operativos concretos. De esta manera, la guía no solo ayuda a atender el EUDR, sino a alinear a las empresas con regulaciones emergentes en Reino Unido, Estados Unidos y mercados asiáticos.

Recomendaciones clave de la AFi: cómo construir cadenas libres de deforestación

La nueva guía propone acciones estratégicas que pueden elevar el desempeño corporativo y acelerar el cumplimiento de compromisos. Estas recomendaciones representan una oportunidad para que el sector privado lidere la transformación y demuestre que es posible detener la deforestación sin comprometer la rentabilidad.

1. Construir compromisos creíbles y medibles.
La AFi destaca la necesidad de definir objetivos con plazos concretos, métricas claras y rutas de acción verificables. Esto evita que los compromisos se conviertan en promesas vacías sin impacto tangible.

2. Integrar la trazabilidad como eje central.
La guía explica cómo adoptar sistemas de monitoreo satelital, análisis geoespacial y herramientas de identificación de riesgo por región. Para productos de alto impacto como soja, caucho o carne bovina, esta trazabilidad resulta indispensable para anticipar riesgos reputacionales y regulatorios.

3. Exigir transparencia y corresponsabilidad a proveedores.
La AFi recomienda desarrollar políticas de abastecimiento responsable acompañadas de auditorías y procesos de verificación independientes. Un cambio estructural ocurre cuando la responsabilidad se comparte a lo largo de toda la cadena.

detener la deforestación

4. Involucrar al sector financiero.
Instituciones financieras pueden condicionar créditos y financiamiento al cumplimiento ambiental, acelerando la transición hacia cadenas limpias. El capital, usado estratégicamente, puede convertirse en el mayor aliado para transformar sistemas productivos.

5. Garantizar respeto a los derechos humanos.
La guía subraya que detener la deforestación también implica proteger comunidades locales, territorios indígenas y trabajadores agrícolas. La pérdida de bosques suele estar asociada a violaciones de derechos, por lo que la acción corporativa debe ser integral y basada en justicia ambiental.

Una oportunidad histórica para el sector privado

Detener la deforestación requiere más que compromisos: exige una transformación profunda en la forma en que las empresas producen, compran, financian y distribuyen. La nueva guía de la AFi se posiciona como uno de los recursos más completos de los últimos años, pues no solo fija expectativas, sino que ofrece rutas claras para pasar de la intención a la acción. Para las organizaciones rezagadas, este documento representa una segunda oportunidad para alinearse con las metas globales de 2025 y los nuevos estándares del mercado internacional.

El sector empresarial está frente a una decisión histórica. Con regulaciones como el EUDR acercándose, la presión de consumidores y la urgencia climática creciendo, actuar no es opcional. Solo las compañías que adopten prácticas de trazabilidad, compromisos sólidos y un enfoque de derechos humanos estarán preparadas para liderar un cambio real. El futuro de los bosques —y la credibilidad de las empresas— dependerá de estas decisiones.

Abren solicitudes de subvención a nivel mundial del Fondo de Educación de FIFA Global Citizen

0

Por Fabián Muro

Está abierto el periodo de subvenciones del Fondo de Educación de FIFA Global Citizen para organizaciones sin fines de lucro, comprometidas con mejorar las oportunidades educativas de los niños. Las solicitudes de financiamiento estarán disponibles hasta el 31 de diciembre del 2025.

El fondo de Educación de FIFA Global Citizen tiene como objetivo ampliar el acceso a una educación de calidad, la alfabetización y el deporte.

MetLife Foundation es donante fundador tras su contribución a este fondo; además MetLife ha iniciado una alianza de tres años con Global Citizen, en apoyo a la misión de erradicar la pobreza extrema. Esta alianza impulsará un cambio positivo y ayudará a construir comunidades más resilientes.

Las solicitudes estarán abiertas hasta a finales del presente año, para organizaciones comunitarias que trabajan para mejorar la calidad y el acceso de los niños a la educación y el deporte.

Información de la convocatoria dando click aquí.

Acerca de MetLife Foundation

En MetLife Foundation, estamos comprometidos con impulsar la movilidad económica inclusiva. Colaboramos con organizaciones sin fines de lucro y otorgamos subvenciones alineadas con tres áreas estratégicas clave: empoderamiento económico, salud financiera y comunidades resilientes, al tiempo que involucramos a colaboradores voluntarios de MetLife para contribuir al impacto. MetLife Foundation se creó en 1976 para continuar la larga tradición de MetLife de contribuciones corporativas y compromiso con la comunidad. Desde su inicio, MetLife Foundation ha aportado más de 1.000 millones de dólares para fortalecer las comunidades en las que MetLife está presente. Para obtener más información sobre MetLife Foundation, visita:  www.metlife.org

Acerca de Global Citizen

Global Citizen es el movimiento más grande del mundo para acabar con la pobreza extrema. Impulsado por defensores cotidianos en todo el mundo, impulsa la acción a través de campañas y eventos que convocan a líderes en música, entretenimiento, políticas públicas, medios, filantropía y negocios. Desde su inicio, se han desplegado $49 mil millones en compromisos, impactando más de 1.3 mil millones de vidas.

¿Cómo identificar empaques verdaderamente biodegradables?

En los últimos años, la conversación sobre sostenibilidad ha evolucionado de la simple separación de residuos a un análisis más profundo sobre los materiales que usamos todos los días. Sin embargo, entre tantas etiquetas verdes, certificaciones confusas y estrategias de marketing, distinguir qué envases son realmente amigables con el ambiente se ha convertido en un desafío técnico y, al mismo tiempo, ético. Cada decisión en la cadena de valor puede generar impactos invisibles, tanto positivos como negativos.

En este contexto, identificar empaques biodegradables se ha vuelto no solo una necesidad ambiental, sino también un compromiso con la transparencia, la circularidad y la integridad corporativa. Las empresas que hoy apuestan por soluciones más responsables requieren comprender a detalle cómo funcionan los materiales, qué garantías existen y qué prácticas deberían evitarse para no caer en greenwashing. Esta guía ofrece un recorrido claro, profundo para tomar decisiones informadas y estratégicas.

El origen importa: trazar el camino del material

Conocer el punto de partida de un empaque es clave para identificar empaques biodegradables con veracidad. No todos los materiales de origen vegetal son necesariamente biodegradables, y no todos los de origen sintético son dañinos por definición. Lo esencial es comprender los procesos industriales que intervienen en su fabricación.

Muchos empaques que presumen ser “eco” están hechos con mezclas complejas que impiden su degradación real en condiciones naturales. Por ello, la trazabilidad se vuelve un requisito indispensable. Investigar la cadena de suministro, el tipo de polímeros utilizados y los tratamientos posteriores puede revelar si realmente se trata de un material biodegradable y no de una simulación comercial.

identificar empaques biodegradables

Además, las organizaciones que se toman el tiempo de documentar esta trazabilidad fortalecen sus políticas de debida diligencia ambiental. Esto se convierte en una ventaja reputacional y operativa, especialmente en mercados donde la transparencia es cada vez más valorada.

Certificaciones que sí importan

El segundo paso para identificar empaques biodegradables de manera efectiva es revisar las certificaciones que respalden su afirmación. Existen sellos serios y verificables, como ASTM D6400, EN 13432 o las certificaciones OK Compost, que garantizan procesos de descomposición bajo condiciones claramente definidas.

A diferencia de términos ambiguos como “eco-friendly” o “verdes”, estas certificaciones cuentan con parámetros técnicos rigurosos. Además, implican auditorías independientes que disminuyen el riesgo de greenwashing. Sin embargo, es importante entender que no todas las certificaciones significan lo mismo. Algunas avalan compostabilidad industrial, otras degradación domiciliaria y otras simplemente contenido biobasado. Leer la letra fina evita interpretaciones erróneas por parte de consumidores o aliados estratégicos.

Compostable no siempre significa biodegradable

Aunque ambos conceptos suelen confundirse, compostable y biodegradable no son sinónimos. Las empresas que buscan identificar empaques biodegradables deben reconocer que un material compostable requiere condiciones muy específicas —temperatura, humedad, microorganismos— que solo existen en plantas industriales.

En contraste, biodegradable implica la capacidad de descomponerse de forma natural sin intervención tecnológica. Esta diferenciación cambia por completo la estrategia de manejo de residuos y la comunicación externa. Una mala interpretación puede llevar, incluso, a prácticas de disposición inadecuadas.

La clave está en entender los contextos de uso reales. Si un producto se comercializa en regiones donde no existen infraestructuras de compostaje, etiquetarlo como compostable puede ser contraproducente. Un enfoque responsable implica evaluar el ciclo de vida desde el territorio.

Señales de alerta para evitar engaños

En un mercado saturado de términos “verdes”, es crucial desarrollar la capacidad de detectar señales engañosas. Cuando una empresa no proporciona información técnica, resultados de laboratorio o certificados verificables, es probable que el material no sea lo que promete. Estos vacíos complican identificar empaques biodegradables y pueden derivar en riesgos reputacionales.

Otro factor de alerta es el uso de aditivos “oxo-biodegradables”, ampliamente cuestionados porque fragmentan el plástico en microplásticos sin una degradación real. Aunque suenen ecológicos, estos aditivos suelen estar prohibidos o desaconsejados por organismos internacionales.

Por último, es importante analizar la estrategia de comunicación: si la narrativa se enfoca más en el marketing emocional que en evidencia técnica, conviene revisar con mayor profundidad. La sostenibilidad responsable se construye con datos, no con promesas.

Materiales que sí están demostrando eficiencia

Existen materiales con resultados consistentes que pueden integrarse en cadenas de suministro responsables. El PLA, ciertas fibras vegetales, los biopolímeros certificados y algunos materiales de papel de alta calidad son opciones viables para muchas industrias. Su desempeño facilita identificar empaques biodegradables con mayor claridad.

Sin embargo, no todos estos materiales se comportan igual en todos los contextos. La humedad, la temperatura y el destino final del empaque cambian su desempeño. Por eso, realizar pruebas piloto y evaluaciones de ciclo de vida es indispensable para no asumir resultados sin evidencia.

Las organizaciones que combinan conocimiento técnico con innovación suelen tener mejores resultados en sus estrategias de empaque sostenible. Esto no solo reduce impactos, sino que genera aprendizajes que benefician a toda la industria.

El rol de la responsabilidad social en la elección de materiales

Más allá del material en sí, la verdadera diferencia surge cuando las empresas integran criterios de responsabilidad social en su toma de decisiones. Esto significa evaluar impactos ambientales, sociales y económicos considerando todo el ciclo de vida del empaque.

Para quienes trabajamos en sostenibilidad, identificar empaques biodegradables no es únicamente un ejercicio técnico, sino una forma de alinear la operación empresarial con principios éticos. Implica analizar proveedores, condiciones laborales, prácticas de disposición y expectativas de consumidores.

Finalmente, las organizaciones comprometidas con la transparencia saben que la sostenibilidad no se reduce a un sello o un material, sino a la coherencia entre discurso y práctica. Elegir empaques realmente biodegradables se convierte así en un acto de integridad corporativa.

Diferenciar entre promesas y realidades en el mundo de los empaques sostenibles requiere una mirada crítica, técnica y completa. Desde el origen del material hasta sus certificaciones, pasando por advertencias y contextos territoriales, identificar empaques biodegradables es una tarea que demanda rigor y responsabilidad. Las empresas que entienden esta complejidad estarán mejor posicionadas para construir estrategias verdaderamente sostenibles, reducir riesgos de greenwashing y responder a un mercado que exige soluciones ambientales auténticas y comprobables.

Redes sociales deterioran la atención en la infancia: Expertos

0

Durante los últimos años, padres, docentes y especialistas han levantado la voz ante un patrón que se repite: cada vez más niños presentan dificultades para mantener la atención. Aunque el debate suele girar en torno al tiempo de pantalla en general, nueva evidencia apunta hacia una plataforma específica como uno de los principales factores. Lo que antes parecía una sospecha aislada, hoy comienza a respaldarse con datos contundentes.

Un estudio que monitoreó a más de 8,300 niños estadounidenses entre los 10 y 14 años ofrece una nueva perspectiva sobre el impacto de redes sociales en la niñez. Los hallazgos no solo revelan tendencias preocupantes en el desarrollo cognitivo, sino que también proponen un posible vínculo con el aumento de diagnósticos de TDAH. En un entorno donde el consumo digital inicia cada vez más temprano, comprender esta relación se vuelve imprescindible.

El estudio que encendió las alertas sobre el impacto de redes sociales en la niñez

Según The Guardian, la investigación, realizada por el Instituto Karolinska en Suecia y la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón, siguió el desarrollo de miles de niños durante varios años. Los resultados muestran un patrón claro: mientras el uso de videojuegos o televisión no se relaciona con síntomas de TDAH, las redes sociales sí aparecen vinculadas a mayores problemas de inatención.

En promedio, los participantes pasaban 2.3 horas al día viendo videos, 1.5 horas jugando videojuegos y 1.4 horas en redes sociales. Solo esta última actividad evidenció una asociación con síntomas como facilidad para distraerse, dificultad para concentrarse u olvido de tareas. Para los expertos, este hallazgo marca un giro en la comprensión del consumo digital infantil.

impacto de redes sociales en la niñez

Notificaciones constantes: el nuevo ruido que altera la concentración

Torkel Klingberg, profesor de neurociencia cognitiva y uno de los autores del estudio, explicó que la naturaleza misma de las redes sociales podría ser el detonante. Notificaciones, mensajes, interacciones y la expectativa de recibir respuestas generan un ambiente de estimulación fragmentada que interrumpe la atención de forma continua.

La distracción no siempre es visible; a veces basta con que el niño piense en si alguien ya respondió o si hay algo nuevo por ver. Esto crea un ciclo que compite con la capacidad cognitiva para mantener la concentración, incluso cuando el dispositivo no está en uso. Según los investigadores, este patrón podría explicar el aumento de síntomas asociados al TDAH.

Un fenómeno que trasciende lo genético y lo socioeconómico

Uno de los hallazgos más importantes del estudio es que la relación entre redes sociales y TDAH no se ve afectada por factores como el nivel socioeconómico o una predisposición genética. Esto significa que la exposición prolongada a estas plataformas podría tener efectos similares en niños con contextos muy distintos. Además, los diagnósticos de TDAH han aumentado en Estados Unidos: del 9.5 % en 2003-2007 al 11.3 % en 2020-2022.

esta tendencia coincide con un escenario donde el acceso y uso de redes sociales comienza cada vez más temprano, incluso antes de los 13 años, edad mínima establecida por plataformas como TikTok o Instagram.

Impacto de redes sociales en la niñez: un uso que crece sin control

El estudio también documenta un incremento significativo en el tiempo que los niños pasan en redes sociales: de apenas 30 minutos diarios a los nueve años, a más de dos horas y media a los 13. Esta aceleración no solo refleja mayor acceso a dispositivos, sino una exposición temprana a dinámicas digitales que no fueron diseñadas para audiencias infantiles.

Frente a este panorama, los investigadores insisten en la necesidad de reforzar los controles de edad, la verificación de identidad y las directrices específicas para empresas tecnológicas, especialmente aquellas que diseñan plataformas altamente adictivas.

Lo que los expertos recomiendan para proteger el desarrollo cognitivo

Lejos de sembrar alarma, los autores señalan que no todos los niños que usan redes sociales desarrollarán problemas de atención. Sin embargo, advierten que la tendencia general sí puede tener efectos poblacionales importantes si no se atiende a tiempo.

El investigador Samson Nivins enfatiza que estos resultados deben servir para orientar decisiones informadas. Padres, cuidadores, escuelas y responsables de políticas públicas pueden usar esta evidencia para promover hábitos digitales más saludables y garantizar que el desarrollo cognitivo infantil no se vea comprometido por un uso excesivo.

Los datos presentados en este estudio abren una conversación urgente sobre el impacto de redes sociales en la niñez y el papel que estas plataformas juegan en el desarrollo cognitivo. No se trata únicamente de limitar el tiempo de pantalla, sino de comprender cómo cada tipo de contenido afecta a los niños de manera distinta.

En un entorno digital donde la atención es un recurso cada vez más disputado, este análisis invita a tomar medidas preventivas y a construir ecosistemas más seguros para la infancia. Comprender el fenómeno es el primer paso para asegurar que la tecnología acompañe el crecimiento infantil sin comprometer su bienestar.

¿Cómo fortalecer la ética corporativa y ganar la confianza de los grupos de interés?: Corporativo Kosmos responde

En un entorno empresarial cada vez más vigilado, dinámico y globalizado, contar con la confianza de los grupos de interés, se ha convertido en un elemento imprescindible para la sostenibilidad y permanencia de cualquier organización. Clientes, proveedores, colaboradores y autoridades exigen procesos transparentes, cumplimiento riguroso y una conducta ética sólida que garantice la integridad de las operaciones.

Por ello, en el marco del Día Internacional contra la Corrupción —conmemorado cada 9 de diciembre por las Naciones Unidas— es indispensable motivar a las empresas a prevenir prácticas indebidas, mejorar sus sistemas de cumplimiento y consolidar una cultura organizacional basada en la integridad y que hagan de la ética un pilar estratégico.

Corporativo Kosmos, la empresa mexicana de servicios de alimentación más grande del país, se ha posicionado como un referente en este tema luego de que tres de sus filiales —La Cosmopolitana, Serel y Kol Tov—  se posicionaron como las primeras en México en obtener la certificación internacional ISO 37301, un logro que refleja el compromiso del corporativo con la transparencia, el cumplimiento y la adopción de las mejores prácticas globales.

¿De qué manera Corporativo Kosmos ha logrado ganar la confianza de los grupos de interés?

Como empresa socialmente responsable, Corporativo Kosmos cumple con toda la normatividad aplicable a su sector. Sin embargo, la obtención de la certificación ISO 37301 representa un paso más en su estrategia por fortalecer su gobernanza y garantizar prácticas alineadas con estándares internacionales. Esta certificación avala que la compañía cuenta con un Sistema de Gestión de Cumplimiento robusto, diseñado para prevenir faltas éticas, gestionar riesgos regulatorios y asegurar un comportamiento íntegro en todas sus operaciones.

La ISO 37301 establece criterios claros en materia de liderazgo, planificación, controles operativos, evaluación del desempeño y mejora continua, por lo que, al adoptarla, CK envía un mensaje inequívoco a clientes, proveedores, aliados comerciales, autoridades y al público en general: que su compromiso con la ética, la transparencia y el cumplimiento es verificable, auditable y está respaldado por un estándar mundial. Este hecho refuerza la confianza de los grupos de interés de la compañía y la posiciona como un actor responsable y confiable en el sector alimentario.

confianza de los grupos de interés

Las filiales de Corporativo Kosmos certificadas con la ISO 37301

La Cosmopolitana fue la primera filial de Corporativo Kosmos en obtener la certificación ISO 37301, convirtiéndose en pionera nacional en la adopción de este estándar internacional orientado al cumplimiento y la ética empresarial. Su acreditación abrió camino para que el corporativo fortaleciera su compromiso con una operación transparente y alineada a las mejores prácticas globales en materia de integridad.

Posteriormente, Serel se sumó a este esfuerzo al certificarse bajo la misma norma, reforzando la visión de un sistema de cumplimiento común dentro del grupo. Su incorporación demostró la voluntad de Corporativo Kosmos de avanzar hacia un modelo homogéneo de responsabilidad, asegurando que sus procesos respondan a lineamientos internacionales que buscan prevenir riesgos y promover conductas éticas sólidas.

La certificación de Kol Tov consolidó el liderazgo del corporativo, al convertirse en la tercera empresa del grupo y a nivel nacional en cumplir con la ISO 37301. Con las tres filiales alineadas a este estándar, Corporativo Kosmos fortaleció su estructura de gobernanza, elevó su transparencia y reforzó su reputación como un corporativo confiable.

confianza de los grupos de interés

¿Cómo ayuda la ISO 37301 a combatir la corrupción y a fortalecer la confianza de los grupos de interés?

La ISO 37301 es una herramienta clave para construir organizaciones más íntegras y transparentes. Su estructura refuerza la prevención, el control y la mejora continua, elementos esenciales para combatir la corrupción e incrementar la confianza de los grupos de interés.

Entre sus principales aportaciones destacan:

Identificación del contexto y de las partes interesadas, lo que permite detectar riesgos específicos vinculados al cumplimiento.

Liderazgo visible y comprometido, que impulsa una cultura organizacional ética desde la alta dirección.

Evaluación continua de riesgos de incumplimiento, ayudando a anticipar y eliminar vulnerabilidades.

Controles operativos claros y procesos de prevención, que fortalecen la transparencia en cada operación.

Auditorías internas y planes de mejora, que aseguran un ajuste constante y elevan la eficacia del sistema.

Enfoque preventivo, que reduce la probabilidad de sanciones, fraudes y malas prácticas.

Fortalecimiento reputacional, generando mayor credibilidad y reforzando la confianza de los grupos de interés.

confianza de los grupos de interés

Ética, transparencia y rumbo claro

El fortalecimiento de una cultura ética es hoy una condición indispensable para competir en mercados globales. La adopción de mecanismos como la ISO 37301 permite a las empresas consolidar su integridad, elevar su reputación y asegurar una gestión responsable. Corporativo Kosmos es un claro ejemplo de cómo una estrategia sólida y transversal puede convertir a una organización en sinónimo de transparencia y buenas prácticas.

Con sus tres filiales certificadas, la compañía se suma activamente a los principios del Día Internacional contra la Corrupción, demostrando que el compromiso ético no es un discurso, sino una práctica diaria que las empresas deben asumir para generar confianza, fortalecer su gobernanza y construir relaciones responsables con todas sus partes interesadas.

7 prácticas de DEI que sí funcionan y han marcado la diferencia

La conversación sobre diversidad, equidad e inclusión ha evolucionado de simples declaraciones de intención a acciones que transforman culturas completas. En este contexto, identificar prácticas de DEI que sí funcionan se ha vuelto indispensable para impulsar cambios reales dentro de las organizaciones. Hoy, más que nunca, las empresas necesitan enfoques que puedan sostenerse en el tiempo y demostrar impacto medible.

En esta nota exploramos siete estrategias que han demostrado resultados en distintos sectores y geografías — algunas de ellas con evidencia pública en 2024 y 2025. No se trata de listas genéricas, sino de aprendizajes que han surgido de experiencias reales, de errores corregidos y de procesos de escucha profunda con las personas que integran las empresas. Cada una de estas prácticas de DEI que sí funcionan ofrece una ruta clara para fortalecer culturas más justas, seguras y cohesionadas.

7 prácticas de DEI que sí funcionan y han marcado la diferencia

1. Diagnósticos profundos antes de actuar

Antes de desplegar políticas es fundamental conocer la realidad interna de la organización: composición, barreras estructurales, desigualdades de género, discapacidad, brechas salariales, etc. Una empresa que ha demostrado un diagnóstico integral reciente es IKEA / Ingka Group — su reporte de sostenibilidad FY24–25 revela que monitorea de forma sistemática la diversidad de su fuerza laboral en términos de género, discapacidad, edad y otros ejes.

Gracias a ese diagnóstico, IKEA ha logrado cerca de 51.4% mujeres en su plantilla total y equilibrio de género en puestos directivos en muchas franquicias.

Este tipo de diagnóstico — que contempla múltiples dimensiones — permite planear acciones con base real, en lugar de simulacros de inclusión.

prácticas de DEI que sí funcionan

2. Liderazgos responsables y visibles

Para que las iniciativas no queden en palabras, se requiere liderazgo visible, coherente y con compromiso estratégico. Una empresa que sigue apostando por ello es Johnson & Johnson (J&J): su estrategia global de inclusión declara que “todos somos responsables de la inclusión”, con contratación basada en mérito, múltiples “Employee Business Resource Groups (EBRG)” y un enfoque transversal que articula talento, innovación y comunidad.

Ese liderazgo visible impulsa una cultura donde la diversidad no es un apéndice, sino parte del negocio, lo que refuerza la credibilidad interna y externa.

3.Educación continua basada en evidencia

Las capacitaciones de una sola vez son insuficientes. Las organizaciones realmente comprometidas transforman la formación en un proceso continuo, con políticas actualizadas, sensibilización permanente y acompañamiento — lo que permite abordar sesgos implícitos, crear espacios de confianza y generar cambios sostenidos en comportamientos. Por ejemplo, en industrias que reconocen la importancia de representación diversa (género, discapacidad, origen, etc.), incorporar educación continua ha demostrado mejorar el sentido de pertenencia, la retención y el desempeño.

Esta constancia en el aprendizaje convierte a la DEI en parte del ADN organizacional y no solo en una moda pasajera.

4. Métricas claras y rendición de cuentas

La medición objetiva, con indicadores claros, permite evaluar avances y revelar áreas de mejora real. En el caso de Ingka Group — dueña de IKEA — se utilizan KPIs de género, inclusión y diversidad, con datos actualizados al FY24 que evidencian avances concretos: equilibrio de género en plantilla y gerencias, y aumentos en la contratación de personas con discapacidad. Además, de acuerdo con el Foro Económico Mundial, en su modelo de inclusión, la empresa no se limita a declarar valores: reporta cifras, realiza auditorías externas y revisa su estructura para mantener equidad y diversidad.

Sin métricas no hay responsabilidad ni evidencia; con ellas, las decisiones se basan en datos y no en buenas intenciones.

5. Acciones que impactan procesos, no solo narrativas

Modificar procesos estructurales — reclutamiento, accesibilidad, políticas para personas con discapacidad, conciliación, etc. — demuestra que la inclusión no es un slogan, sino un cambio real. En su comunicación pública, Johnson & Johnson afirma que su contratación es “merit-based” y sus EBRGs permiten implementar cambios concretos para asegurar un entorno inclusivo. Por su parte, Ingka Group informa que en sus aperturas recientes (FY24) incorporó criterios de diversidad, inclusión, género, discapacidad y refugiados desde el diseño de tienda hasta operaciones.

Estas adaptaciones estructurales consolidan la inclusión como parte de la operativa diaria — no como un añadido simbólico.

6. Redes internas de afinidad con capacidad de incidencia

Para que la diversidad tenga voz y agencia real, los grupos internos liderados por empleados — con estructura, recursos y canales de participación — son clave. En Johnson & Johnson, los EBRGs constituyen el corazón de su cultura de inclusión, construyendo espacios seguros, promoviendo innovación y conectando a empleados con distintas experiencias.

Este modelo garantiza que las decisiones y los programas no nazcan únicamente desde la alta dirección, sino que se integren desde quienes viven la diversidad día a día. Así, las voces de distintos grupos tienen incidencia real en el diseño y la implementación de políticas DEI.

7. Vinculación con la comunidad y el entorno

Una práctica de DEI con impacto real trasciende los muros de la empresa. Aunque muchas grandes corporaciones recienten presiones en 2025, existen ejemplos de compañías que siguen comprometidas con inclusión social externa. Por ejemplo, algunos rankings actuales de empresas líderes en inclusión laboral en México mencionan a Accenture México como referente por su estrategia integral de diversidad, género, comunidades indígenas y discapacidad.

El compromiso hacia comunidades y cadenas de valor permite que la DEI deje de ser un asunto interno y contribuya a justicia social, equidad estructural y desarrollo sostenible: un verdadero valor compartido.

Las prácticas de DEI que sí funcionan se distinguen por ser intencionales, evaluadas, sistémicas y comprometidas con la realidad actual — no con promesas idealistas. Empresas como Ingka Group (IKEA) y Johnson & Johnson demuestran que con diagnóstico serio, liderazgo visible, métricas claras, y acciones estructurales — sumadas a redes internas fuertes y compromiso con comunidad — es posible convertir la inclusión en parte integral del negocio. Para quienes lideran la agenda de responsabilidad social, estas siete prácticas — validadas hoy por organizaciones activas — constituyen un modelo robusto, replicable y con impacto medible.

Lacoste, Nike y Superdry acusadas de greenwashing: enfrentan retiro publicitario

Este verano, tres gigantes de la moda –Lacoste, Nike y Superdry– se convirtieron en el centro de una discusión que continúa creciendo: la veracidad y transparencia de los mensajes ambientales en la publicidad digital. La Autoridad de Normas Publicitarias (ASA) de Reino Unido identificó que sus anuncios en Google utilizaban términos como “sostenible” de manera ambigua y sin información suficiente para que los consumidores entendieran qué había detrás de esa promesa. El problema no fue la intención, sino la falta de evidencias claras dentro del anuncio mismo.

De acuerdo con un artículo de edie, en un ecosistema donde las audiencias son cada vez más críticas, el uso de términos ambientales sin justificación se ha vuelto un riesgo tanto reputacional como regulatorio. Las decisiones de la ASA no solo generaron titulares: enviaron un mensaje contundente a toda la industria de la moda. Este caso se ha convertido en una referencia clave para comprender por qué la precisión, la trazabilidad y el contexto son esenciales para evitar que las marcas vulneren la confianza del consumidor.

Marcas acusadas de greenwashing: el inicio del conflicto

La revisión de la ASA surge a partir de una iniciativa para rastrear afirmaciones ambientales en el sector minorista de la moda, un sector históricamente señalado por su impacto climático. Los anuncios de Lacoste, Nike y Superdry incluían la palabra “sostenible” como eje central, pero sin detalles accesibles desde el propio anuncio, lo cual fue determinante para el dictamen.

Aunque Google limita los caracteres en los anuncios pagados, la autoridad publicitaria enfatizó que términos absolutos como “sostenible” requieren un nivel alto de justificación.

La mayoría de los consumidores, concluyó la ASA, podría asumir que un producto descrito así no genera impactos negativos a lo largo de su ciclo de vida. Esa ambigüedad fue el detonante para ordenar el retiro de las piezas.

Lacoste: avances reales, comunicación insuficiente

El anuncio de Lacoste promocionaba su ropa infantil con la frase “ropa sustentable”, sin añadir ninguna referencia adicional en el cuerpo del anuncio. Aunque la empresa demostró ante la ASA que sus enlaces dirigían a análisis de ciclo de vida y a sus metas verificadas por SBTi, esa información no estaba visible en el espacio publicitario.

marcas acusadas de greenwashing

La marca ha trabajado para reducir sus emisiones absolutas de Alcance 1 y 2 en un 47 % para 2030, y sus emisiones de Alcance 3 en cinco categorías clave en un 37 % en el mismo periodo. Sin embargo, para la autoridad estos esfuerzos no bastaron para justificar el uso del término dentro de un anuncio que no explicaba claramente el significado de “sostenible”. En consecuencia, se consideró una afirmación vaga y poco transparente.

Nike: materiales reciclados sin una justificación directa en el anuncio

Nike utilizó el lema “saca un as con materiales sustentables de Nike” para promocionar polos de tenis que incorporan materiales reciclados u opciones de fibra de menor impacto. En su sitio web, la marca sí ofrece información extendida sobre composición, clasificación Higg MSI y procesos de fabricación. Pero la pieza pagada en Google no contenía ninguna pista que permitiera a los consumidores comprender ese contexto.

El problema fue idéntico al de Lacoste: una afirmación ambiental absoluta que no se justificaba dentro del anuncio mismo. Para la ASA, esto abría la puerta a confusiones sobre el impacto real de los productos y reducía la capacidad del consumidor de tomar una decisión informada.

Superdry: estilo y sostenibilidad sin claridad suficiente

En el caso de Superdry, el mensaje “estilo sostenible” buscaba destacar que la marca fabrica y vende productos con credenciales ambientales diversas. Su Reporte de Sostenibilidad FY24 indica que el 64 % de sus prendas y accesorios contienen materiales de origen sostenible, lo que respalda el compromiso. Sin embargo, el anuncio no aclaraba qué parte específica de la colección lo era ni ofrecía más contexto.

Aunque cada producto sí incluía información detallada dentro del sitio web, la autoridad concluyó que esto no justificaba una afirmación tan general en la pieza publicitaria. Para la ASA, el mensaje podía interpretarse como absoluto, generando expectativas incorrectas sobre el impacto ambiental del portafolio completo.

Marcas acusadas de greenwashing: un llamado de atención para toda la industria

El caso ha reactivado la discusión global sobre la publicidad responsable y la precisión en las afirmaciones ambientales. Las marcas acusadas de greenwashing no necesariamente mintieron; el problema radicó en la falta de claridad en el formato publicitario y en el riesgo de que el consumidor malinterprete expresiones absolutas como “sostenible”.

La decisión de retirar las campañas envía una señal contundente a la industria de la moda, una de las más observadas en materia ambiental.

Hoy, comunicar sin sustento visible no solo es un error de reputación: es un incumplimiento regulatorio que puede tener consecuencias económicas.

Hacia una comunicación ambiental más transparente

El caso de Lacoste, Nike y Superdry refuerza la importancia de construir mensajes basados en evidencia accesible, contextualizada y fácilmente verificable. Para las marcas, significa un cambio de mentalidad: no basta con tener avances reales en sostenibilidad si el consumidor no puede confirmarlos desde el primer punto de contacto.

Las autoridades, por su parte, demuestran una vigilancia cada vez más estricta sobre el lenguaje ambiental, especialmente cuando se utilizan términos amplios que pueden malinterpretarse. En este escenario, las empresas deberán avanzar hacia estrategias de comunicación más responsables, donde la transparencia sea el centro de la narrativa para evitar sumarse a la lista de marcas acusadas de greenwashing.

La novena edición de HRC Equidad MX reconoce a 189 empresas como “Los Mejores Lugares para Trabajar LGBTQ+ 2026”

La Fundación Human Rights Campaign (HRC) presentó los resultados de la novena edición del índice HRC Equidad MX: Mejores Lugares para Trabajar LGBTQ+ 2026, en la que 240 empresas que radican en México participaron y 189 alcanzaron el 100% de la evaluación, alcanzando la certificación como los centros laborales más inclusivos para personas LGBTQ+ en México.

Desde su lanzamiento, HRC Equidad MX ha consolidado un crecimiento extraordinario de 750% en el número de empresas participantes, lo que refleja la evolución y madurez del compromiso empresarial con la inclusión LGBTQ+ en México. En esta novena edición se integraron 18 nuevas compañías que decidieron asumir públicamente este estándar de equidad, reafirmando que la cultura laboral inclusiva sigue siendo una prioridad para el sector privado.

En total, 934,692 personas son beneficiadas con políticas y prácticas inclusivas implementadas por las compañías evaluadas. De ellas, 19,671 colaboran activamente en los grupos de recursos de empleados LGBTQ+ (ERGs).

Asimismo, la edición 2026 refleja un comportamiento natural de maduración y ciclos del programa. De acuerdo con Fernando Velázquez, Socio Implementador de HRC en México, “esta edición presenta una disminución del 21% en el número de empresas participantes respecto a 2025, derivada principalmente de ajustes en la participación de compañías provenientes de varios países, entre ellos Estados Unidos de América, donde se han registrado cambios recientes en políticas públicas y prioridades corporativas. No obstante, la continuidad de la mayoría de las empresas históricas y la llegada de nuevas organizaciones confirma que la inclusión laboral LGBTQ+ mantiene un avance sólido en México y sigue generando transformaciones significativas en los entornos laborales”.

Las 60 empresas mexicanas incluidas representan el 25% del total. Las 240 empresas participantes mantienen presencia en 18 estados del país y en 35 sectores productivos. Además, gracias al origen global de muchas compañías, la edición 2026 mantiene la participación de organizaciones provenientes de 20 países.

Los Mejores Lugares para Trabajar LGBTQ+

Del total de empresas evaluadas, 70 forman parte de Las 500 Empresas Expansión 2025; entre ellas, 54 lograron el 100% del índice, lo que representa el 77% de este grupo.

“Celebramos el compromiso sostenido de las 240 empresas participantes, quienes mantienen su compromiso público hacia la total inclusión de las personas LGBTQ+ que trabajan para ellas.  Asegurar lugares de trabajo inclusivos para casi un millón de personas en México, nos permite reiterar que en México es no solo una obligación, si no lo esperado ante los crecientes avances educativos, legales y sociales que nos rodean,” comentó Francisco Robledo, socio implementador de HRC Equidad MX.

Un total de 108 empresas certificadas obtuvieron el puntaje máximo en más de dos de los países donde la Fundación HRC opera esta certificación (Estados Unidos, México, Chile, Brasil y Argentina).

Empresas con certificación quíntuple (máximo puntaje en todos los países):

  • Accenture
  • BASF
  • Boston Consulting Group México
  • EY México
  • J.P. Morgan
  • McKinsey & Company

En marzo de este año, HRC Equidad MX, con el respaldo de la firma global de servicios jurídicos, Baker McKenzie y con el trabajo de la empresa de consultoría, ADIL Diversidad e Inclusión Laboral anunciaron con orgullo la actualización del “Manual de Inclusión de Personas Trans en los Espacios Laborales de México”, un recurso esencial para promover la equidad laboral de las personas trans en el país. 

La Fundación HRC y HRC Equidad MX celebran estos logros y reafirma su compromiso de seguir promoviendo la inclusión y la igualdad en los lugares de trabajo en México. Para conocer el reporte anual con el listado completo de las empresas reconocidas, te invitamos a visitar: HRC Equidad MX 2026.

PepsiCo celebra el poder de ser voluntario en México

En el marco del Día Internacional de los Voluntarios, que se celebra este 5 de diciembre, la Fundación PepsiCo México reconoce y agradece a las más de 11 mil 500 voluntarias y voluntarios que, con su tiempo, energía y corazón, impulsan acciones que fortalecen la seguridad alimentaria, la inclusión social y la sostenibilidad en todo el país.

Este año, su labor llegó a comunidades de Ciudad de México, Estado de México, Nuevo León, Yucatán y Coahuila, donde dejaron huella en iniciativas que combaten la inseguridad alimentaria y acompañan a quienes más lo necesitan.

La red de voluntariado de PepsiCo —conformada por personas colaboradoras dispuestas a donar su tiempo para participar y liderar actividades solidarias— registró más de mil acciones y 23 mil horas de trabajo durante 2025. Gracias a ello, se logró llevar alimento y apoyo a familias vulnerables, visitar bancos de alimentos, entregar comidas fuera de hospitales, acompañar comedores comunitarios, recolectar residuos y limpiar espacios verdes y playas en distintas regiones del país.

“Nuestros voluntarios son maravillosos. Cada una de nuestras personas colaboradoras vive una experiencia que sensibiliza, inspira y, al mismo tiempo, impacta de forma real a la comunidad. Las convocatorias siempre se llenan porque en PepsiCo tenemos esta mentalidad de ayudar, de involucrarnos y de estar ahí para los demás”, afirmó Leonor Quiroz, directora senior de Comunicación Corporativa e Impacto Social de PepsiCo Alimentos México.

PepsiCo Voluntariado

Además, la Fundación PepsiCo México colaboró en la clasificación de 8 toneladas de alimentos en dos sedes de la Red de Bancos de Alimentos de México (BAMX) y trabajó junto con la Secretaría de Igualdad e Inclusión de Nuevo Leóny Grupo Coppel en la intervención del Centro Comunitario San Bernabé, donde se pintaron 2,500 metros cuadrados de muro.

También se realizaron labores de mantenimiento en la Cancha Sabritas RePlay en Iztapalapa, Ciudad de México, y a través de su alianza con Gastromotiva México A.C., este año se llevaron a cabo 11 jornadas de voluntariado, logrando entregar más de 3,600 comidas a personas en situación de vulnerabilidad en la Ciudad de México.

Cada acción de las voluntarias y los voluntarios de PepsiCo demuestra que la solidaridad transforma. Su entrega refleja lo mejor de la compañía: una comunidad comprometida con apoyar, sumar e impulsar el bienestar de las comunidades de México.

Lanzan campaña “Dibujando Sonrisas, Regalando Magia”

Fundación Dibujando un Mañana anuncia el lanzamiento de la campaña “Dibujando Sonrisas, Regalando Magia”, una iniciativa que busca recaudar mil juguetes para mil niñas y niños con familias vinculadas a la recolecta de basura del Bordo de Xochiaca, en Nezahualcóyotl, Estado de México.

Esta acción tiene como propósito fortalecer el derecho al juego y llevar alegría a la niñez que vive en situación de vulnerabilidad en esta zona.

La meta principal de la campaña es recaudar $200,000 MXN, monto que permitirá comprar mil juguetes nuevos.

Las personas y empresas interesadas pueden sumarse de dos maneras:

1.      Donando desde $200 MXN, cantidad con la que una niña o un niño podrá recibir su juguete.

2.      Comprando directamente un juguete a través de la Mesa de Regalos en Amazon: https://a.co/hiiq8VE

La campaña estará activa hasta el 6 de enero de 2026, y la entrega de juguetes se realizará el 10 de enero de 2026. Fundación Dibujando un Mañana compartirá el proceso y los resultados a través de sus redes sociales oficiales.

Fundación Dibujando un Mañana

Datos para realizar donativos mediante transferencia bancaria:

·         Nombre: Fundación Dibujando un Mañana, A.C.

·         Banco: BBVA

·         Número de Cuenta: 0450074497

·         CLABE: 012180004500744974

Se recomienda usar como referencia: “Dibujando Sonrisas”.

Donativos vía PayPal:

https://www.paypal.com/donate?campaign_id=5XZL8HB7RBPXG

Para conocer el avance de la campaña y la entrega de juguetes, se invita a seguir las redes sociales oficiales de Fundación:

• Facebook: Fundación Dibujando un Mañana

• Instagram: fFdibujando

• TikTok: @fdibujando

Con Dibujando Sonrisas, Regalando Magia, Fundación Dibujando un Mañana busca involucrar a la sociedad en un gesto de solidaridad que permitirá construir un Día de Reyes lleno de ilusión, juego y alegría para mil niñas y niños del Bordo de Xochiaca.

Voluntariado corporativo: cómo hacer a los colaboradores parte del cambio en comunidades

De acuerdo con la organización Voluntarios México, el 76% de las empresas con programas formales de voluntariado reporta mejoras en el clima laboral. Con esto en mente, muchas compañías se han replanteado sus esquemas de voluntariado, de manera que logran captar la atención e interés de sus colaboradores con causas que les resuenan por el impacto en comunidades y medio ambiente.

Por ello, en el marco del Día Internacional de los Voluntarios, que se celebra cada 5 de diciembre, es relevante poner sobre la mesa esfuerzos como los que realizan actualmente empresas en todo el país y el mundo, para elevar la participación de las personas en acciones que marcan un cambio real.

Un ejemplo es Mondelēz México, que a través de su programa global de voluntariado Mondelēz Changemakers ha sumado a colaboradores de todos sus sitios de trabajo a actividades y causas que contribuyen a una mejora en la calidad de vida de personas en las comunidades.

En lo que va de 2025, mil 287 colaboradores de diferentes áreas han participado en el programa, donde han donado 6 mil 532 horas de trabajo para 24 actividades diferentes que se han realizado en siete estados del país donde la compañía tiene presencia. 

Las actividades se enfocan principalmente en la estrategia de impacto de la compañía, con campañas de reciclaje, reforestación, cuidado y limpieza de cuerpos de agua.  La compañía va más allá y también busca impulsar voluntariados que puedan surgir de la iniciativa de los colaboradores, bajo la visión de crear un cambio duradero en las comunidades con acciones grandes y pequeñas, y con un enfoque en el factor humano que mueve a las personas a sumarse a éstas.

colaboradores parte del cambio

A través de Mondelēz Changemakers, la compañía en México se encarga de ser un enlace con las personas y las comunidades para impulsarlos a ser parte de causas que les son relevantes por su importancia e impacto. Asimismo, se brindan los apoyos logísticos y de recursos para que las actividades sean todo un éxito.   

“Queremos desafiar la visión de que proponer u organizar un trabajo de voluntariado es una tarea sumamente compleja. Al darle a nuestros colaboradores la posibilidad de participar en acciones locales sencillas, como reciclar empaques, limpiar parques y recolectar despensas, los conectamos con el propósito de nuestra compañía e impactar positivamente a nuestras comunidades” señaló Santiago Aguilera,

Ejemplo de estas acciones son las jornadas que han tenido voluntarios de la compañía a lo largo del año para contribuir a preservar cuerpos de agua y sus ecosistemas. De esta forma, ha habido actividades de limpieza en el Río Atoyac, Puebla; en el Lago de Guadalupe y en el humedal en Tlachaloya, Estado de México; y la limpieza en la presa San Antonio en San Luis Potosí. Asimismo, se han reforestado áreas verdes en Nuevo León y CDMX.

colaboradores parte del cambio

Estas actividades buscan elevar también la conciencia ecológica de los colaboradores involucrados. Por ejemplo, a través del “Tapatón”, una iniciativa que surgió en los equipos de ventas de la compañía para apoyar a la organización Banco de Tapitas y que se ha extendido a una campaña nacional que abarca todos los sitios de trabajo y que durante 2025 ha recaudado más de 354 mil tapitas para donación.

Bajo esta visión de amplificar el impacto global a nivel local, la compañía también ha impulsado la colaboración de más de 380 voluntarios de empresas como Oxxo, Grupo Modelo y CHEP, así como de autoridades del gobierno federal, estatal y municipal en sus actividades de voluntariado.

De cara a 2026, Mondelēz México buscará amplificar su programa de Changemakers para realizar actividades de voluntariado en todos sus sitios de trabajo a nivel nacional, incluidas sus ocho plantas de producción y todos sus Centros de Ventas (CEVES) y de Distribución (CEDIS). 

EE.UU. modifica las reglas de eficiencia vehicular: esto anunció la Casa Blanca

0

Lo esencial del “reset” a la eficiencia vehicular en Estados Unidos

El gobierno de Estados Unidos publicó un comunicado anunciando el reset de los Corporate Average Fuel Economy Standards (CAFE), las reglas que establecen la eficiencia mínima de combustible que deben cumplir los fabricantes de automóviles en ese país.
El mensaje explica los motivos del cambio, los nuevos niveles propuestos y los efectos esperados para consumidores e industria. A continuación, lo más relevante según el anuncio oficial.

¿Qué son los estándares CAFE?

De acuerdo con la Casa Blanca, los estándares CAFE existen desde hace décadas para mejorar la eficiencia de los vehículos vendidos en Estados Unidos.
Cada fabricante debe cumplir un promedio de millas por galón (mpg) para su flota combinada de autos y camionetas livianas.
El incumplimiento puede resultar en multas o en la obligación de comprar créditos de eficiencia.

¿Qué cambia con el “reset”?

El comunicado detalla tres modificaciones principales:

A) Nuevo nivel de eficiencia

El gobierno fija un objetivo promedio de 34.5 millas por galón (mpg) para el año modelo 2031, reemplazando estándares anteriores que la administración considera demasiado estrictos.

B) Eliminación de incentivos regulatorios

La Casa Blanca anuncia que se eliminarán herramientas y mecanismos que, en su opinión, creaban incentivos artificiales para la producción de vehículos eléctricos, como:

  • sistemas de créditos por superar metas;
  • reglas que otorgaban ventajas a vehículos eléctricos e híbridos en el cálculo de eficiencia.
reglas de eficiencia vehicular

C) Ajustes para evitar aumentos de precio

Según el comunicado, mantener la regulación previa habría incrementado el precio promedio de un automóvil nuevo en casi 1,000 dólares.
La administración afirma que el reset evita ese aumento y reduce costos de cumplimiento para los fabricantes.

¿Por qué se hace este cambio? (según la Casa Blanca)

El anuncio explica tres razones centrales:

1.Reducir costos para los consumidores
La administración argumenta que los estándares previos encarecían los vehículos y afectaban especialmente a los compradores de ingresos medios.

2. Evitar un “mandato indirecto” para vehículos eléctricos
El comunicado sostiene que la regulación anterior era tan exigente que obligaba a las automotrices a electrificar sus portafolios más rápido de lo que el mercado demandaba.

3. Restaurar la libertad de elección del consumidor
La Casa Blanca afirma que el nuevo estándar permitirá mantener una oferta amplia de vehículos a gasolina y diésel, sin restricciones regulatorias que limiten opciones.

reglas de eficiencia vehicular

Efectos previstos

De acuerdo con el Fact Sheet, el reset tendrá los siguientes efectos:

  • Autos más accesibles, debido a menores costos regulatorios para la industria.
  • Mayor disponibilidad de modelos con motor de combustión, al reducirse la presión hacia la electrificación.
  • Mayor estabilidad para los fabricantes, al eliminar lo que consideran una carga regulatoria excesiva.
  • Costo de producción más manejable para camionetas, SUVs y vehículos grandes, segmentos clave del mercado estadounidense.
Fuente oficial

Casa Blanca (The White House), Fact Sheet: President Donald J. Trump Announces the Reset of Corporate Average Fuel Economy (CAFE) Standards, publicado el 3 de diciembre de 2025. Disponible en: https://www.whitehouse.gov/fact-sheets/2025/12/fact-sheet-president-donald-j-trump-announces-the-reset-of-corporate-average-fuel-economy-cafe-standards/

Tres hechos que revelan más del futuro de la sostenibilidad que cualquier discurso

Por Edgar López

Durante mucho tiempo, la sostenibilidad corporativa fue presentada como un acto de voluntad. Quien escuchara a las empresas pensaría que todo dependía de convicción, de cultura, de valores: reducir emisiones porque es lo correcto, cuidar la cadena de suministro porque así debe ser, integrar la diversidad porque es lo justo.

Pero, en los últimos años —y cualquiera que trabaje cerca del tema lo sabe—, la sostenibilidad dejó de sentirse voluntaria. Se volvió normativa. Las reglas europeas crecieron en complejidad, los marcos de debida diligencia se multiplicaron, y el mundo financiero empezó a exigir evidencia por razones de riesgo más que por razones de propósito. Las empresas respondieron construyendo un aparato de cumplimiento tan grande como el marco que lo originó.

Y, en cuestión de semanas, tres eventos recientes terminaron coincidiendo en el calendario. No transforman el panorama, pero sí ofrecen indicios interesantes sobre el lugar en el que realmente nos encontramos.

Europa movió la primera pieza. El Parlamento aprobó un ajuste que aligera de manera significativa la obligatoriedad para miles de empresas pequeñas y medianas. La CSDDD ya no aplicará a compañías por debajo de los nuevos umbrales europeos (tamaño, facturación y número de empleados), lo que excluye a miles de pymes del cumplimiento estricto. Además, desaparece la sanción automática del 5 % de la facturación global y se eliminan obligaciones duplicadas —como presentar un plan de transición climática adicional cuando ya existían varias normas que pedían lo mismo.

No fue un giro ideológico, sino un acto de realismo administrativo. Bruselas mantiene el objetivo, pero reconoce que había construido un andamiaje demasiado pesado para empresas que no pueden sostenerlo. El marco sigue en pie, solo que ahora es más corto, más manejable y —al menos en teoría— más útil.

En Estados Unidos, la señal fue distinta. Cuando la administración Trump anunció que flexibilizaría las reglas que obligaban a los autos nuevos a ser cada vez más eficientes en combustible —en pocas palabras, menos presión para hacer coches que gasten menos gasolina o que sean eléctricos— el mercado lo entendió de inmediato: habría menos riesgo de multas, menos inversiones obligatorias y más espacio para seguir vendiendo los modelos grandes que dominan el mercado estadounidense. La reacción fue inmediata: Porsche +5,25 %, Renault +5,7 %, Stellantis +4,8 %, Mercedes +3,9 %, Volkswagen +3,2 % y Volvo +2,5 %. Las empresas no movieron un dedo; lo único que cambió fue la expectativa regulatoria.

En Detroit, la señal vino del consumidor. Al expirar el crédito fiscal federal de 7 500 dólares para autos eléctricos, las ventas de EV de Ford cayeron 61 %, mientras que las de híbridos aumentaron 147 %. No fue un cambio de convicción: fue un ajuste al precio real.

Para Ford, el efecto es tangible. La compañía ya evalúa cancelar la versión eléctrica de la F-150 Lightning, y GM y Stellantis analizan ajustes similares. No porque la electrificación haya dejado de importar, sino porque sin incentivos la ecuación económica deja de cerrar.

El mensaje es simple: cuando cambia el incentivo, cambia la demanda; y cuando cambia la demanda, la industria recalibra.

Son hechos independientes. Pero, puestos uno al lado del otro, dejan ver algo que conviene reconocer con más calma: la sostenibilidad corporativa ha estado orbitando alrededor del regulador y de los criterios de riesgo durante más tiempo del que a veces admitimos.

En Europa, esa órbita produjo sistemas, reportes, matrices, proveedores, metodologías, auditorías y equipos enteros cuya razón de ser era cumplir. Un ecosistema que ahora, con una regulación aligerada, tendrá que justificar su tamaño, su forma y su propósito.

En Estados Unidos, la moderación regulatoria se tradujo de inmediato en valor bursátil. Y en el caso de Ford, la ausencia de incentivos reorganizó la demanda de un día para otro.

No es que las empresas hayan cambiado de postura. Es que el entorno cambió alrededor de ellas, y eso siempre altera el mapa.

¿Qué viene entonces? Probablemente una etapa en la que parte del aparato creado para cumplir se ajuste, se reduzca o se integre en otras funciones. No por desinterés, sino porque ya no estará sostenido por la misma presión normativa.

Y, al mismo tiempo, queda abierta una oportunidad para que la sostenibilidad recupere su dimensión estratégica —la que había quedado opacada por la avalancha de requisitos, matrices y plataformas—: la de leer riesgos, anticipar tendencias, entender al consumidor, interpretar señales del mercado y adaptarse a tecnologías que transforman industrias completas.

El regulador podrá subir o bajar el volumen. Los incentivos podrán cambiar. El mercado podrá moverse. Pero los riesgos —ambientales, sociales, tecnológicos, reputacionales— seguirán ahí.

Y, tarde o temprano, la sostenibilidad tendrá que vivir donde siempre debió vivir: en la inteligencia estratégica, no solo en el cumplimiento.

A veces, lo único que hace falta es que el regulador baje un poco la voz para ver el horizonte con más claridad. Como cuando uno enciende el limpiaparabrisas.

Y para quienes trabajamos en este campo, la señal es nítida: este es un buen momento para recordar dónde está el trabajo que realmente importa.


Edgar López Pimentel, es actualmente Director en Expok, ejerciendo su liderazgo día a día con pasión por la responsabilidad social y el desarrollo sustentable. Su labor ha contribuido significativamente al posicionamiento de empresas líderes en materia de responsabilidad social.

Su formación académica, enriquecida por programas de Alta Dirección de Empresas en el IPADE e IE Business School, así como una maestría en Responsabilidad Social Empresarial en la Universidad Anáhuac Norte, respaldan su liderazgo.

Recortes en salud podrían disparar la mortalidad infantil por primera vez en décadas

Durante 25 años, el mundo celebró un avance histórico: la reducción sostenida de muertes infantiles por enfermedades prevenibles. Parecía que el progreso era imparable, un testimonio del poder de la cooperación internacional, las vacunas y la atención primaria. Sin embargo, hoy ese logro enfrenta una amenaza sin precedentes. Modelos recientes advierten un aumento de mortalidad infantil que podría borrar décadas de trabajo, inversión y esperanza.

El informe Goalkeepers de la Fundación Gates revela una realidad inquietante: 200,000 niños adicionales menores de cinco años podrían morir este año por causas que la medicina moderna sabe prevenir. La razón principal es devastadoramente simple: los recortes globales en salud. En un mundo más rico que nunca, las naciones donantes están destinando menos recursos precisamente al sector que más vidas salva. Para quienes trabajamos en responsabilidad social, esta tendencia no solo es alarmante: es un llamado urgente a actuar.

El punto de inflexión: cuando el progreso se detiene

De acuerdo con un artículo con Time, después de un cuarto de siglo de avances, diversos factores económicos y geopolíticos están revirtiendo la curva positiva. Entre ellos, el recorte del 27% en la ayuda internacional a la salud destaca como uno de los impactos más inmediatos. Este descenso no es meramente contable; representa clínicas sin insumos, vacunas que no llegan y comunidades aisladas sin atención primaria.

De hecho, si las reducciones alcanzan el 30%, el modelo proyecta que 16 millones de niños más podrían morir por causas prevenibles antes de 2045. Esta tendencia tiene el potencial de consolidar el aumento de mortalidad infantil, un fenómeno que afecta especialmente a regiones ya vulnerables como el África subsahariana, donde los sistemas de salud dependen profundamente de fondos internacionales.

aumento de mortalidad infantil

Aumento de mortalidad infantil: cómo los recortes desatan un efecto dominó

Bill Gates lo expresa claramente: “Es una tragedia que el mundo sea más rico y, sin embargo, debido a recortes desproporcionados al dinero que ayuda a los niños más pobres, más de ellos están muriendo”. El impacto de cada dólar retirado se multiplica en países con sistemas de salud frágiles, donde incluso pequeñas reducciones pueden provocar una caída drástica en cobertura de vacunación y nutrición.

Este efecto dominó impide que los países construyan sistemas sostenibles, perpetuando ciclos de pobreza y vulnerabilidad. Gates advierte que no es probable que esta tendencia se revierta pronto, lo que podría prolongar el aumento de mortalidad infantil durante los próximos años si no se toman medidas contundentes.

La ventana de oportunidad: inversión estratégica y atención primaria

Aunque el panorama es grave, existe una oportunidad real para corregir el rumbo. Gates recuerda que para los países ricos, mantener la ayuda internacional representa menos del 1% de su presupuesto. En contraste, el beneficio para las comunidades receptoras es enorme: asegurar vacunación, nutrición y atención prenatal de calidad reduce de manera drástica enfermedades y complicaciones prevenibles.

Reforzar la atención primaria es clave. Este nivel del sistema de salud previene problemas más graves y costosos, y es el primer punto de contacto para madres y niños. Sin estos servicios, se fortalecen las condiciones que alimentan el aumento de mortalidad infantil y se debilita la capacidad de respuesta ante emergencias sanitarias.

Innovación y esperanza: nuevas tecnologías para salvar vidas

A pesar de los desafíos, la innovación médica presenta un rayo de esperanza: vacunas contra el VSR, avances en tratamientos para malaria y tuberculosis, e incluso programas basados en IA que potencian la atención en zonas con escasez extrema de personal médico. En África, donde millones de personas pueden pasar la vida sin ver a un médico, la tecnología puede marcar la diferencia.

La Fundación Gates ya está probando sistemas que monitorean a mujeres embarazadas y pacientes con VIH mediante IA, guiándolos cuando necesitan atención presencial. Sin embargo, el impacto real de estas herramientas dependerá de algo fundamental: la continuidad del financiamiento. Sin recursos, la innovación no llega a quienes más la necesitan.

El posible repunte de muertes infantiles por causas prevenibles no es solo una cifra en un informe: es el síntoma de un sistema mundial que está fallando precisamente donde más podría transformar vidas. Para quienes trabajamos en responsabilidad social, este momento demanda liderazgo, articulación y defensa activa de la inversión global en salud. La tendencia puede revertirse, pero no sucederá sola.

El desafío es claro, pero también lo es la oportunidad. Con financiamiento sostenido, innovación médica y sistemas de salud fortalecidos, aún es posible recuperar el rumbo y evitar un aumento de mortalidad infantil que marcaría a una generación entera. La historia nos ha demostrado que cuando la voluntad colectiva se combina con acción estratégica, millones de vidas pueden salvarse. Hoy, ese compromiso vuelve a ser urgente.

¿Pueden las empresas realmente ser neutrales en carbono? Mitos y realidades

0

En los últimos años, el concepto de neutralidad en carbono se ha convertido en un estándar aspiracional dentro del mundo corporativo. Sin embargo, la pregunta que muchas personas expertas en sostenibilidad se hacen es si realmente es posible que existan empresas neutrales en carbono, no solo en discurso, sino en la práctica. El debate sigue creciendo y, con él, la necesidad de entender qué hay detrás del término.

La neutralidad no es un destino sencillo. Implica decisiones complejas, inversiones millonarias y una transformación profunda de procesos, cadenas de valor y modelos de negocio. Esta nota busca aclarar los mitos más extendidos y aterrizar las realidades que, en ocasiones, quedan fuera de la narrativa empresarial.

Mito y realidad: lograr empresas neutrales en carbono solo requiere compensar emisiones

Mito: Existe la idea muy extendida de que una empresa puede declararse “neutral” únicamente comprando créditos de carbono. Si bien los offsets pueden ser parte del camino, reducir la conversación a esta acción simplifica en exceso el reto. La neutralidad no se compra: se construye con cambios internos profundos.

El discurso corporativo ha contribuido a esta percepción al presentar las compensaciones como una solución rápida y accesible. Pero en el fondo, esta narrativa invisibiliza la responsabilidad real: transformar procesos que llevan décadas funcionando de la misma manera. Ninguna organización sería creíble si basa toda su neutralidad únicamente en compensaciones.

Realidad: Las metodologías científicas son claras: primero se reducen emisiones dentro de la operación y luego, solo cuando ya no es técnicamente posible disminuir más, se recurre a compensaciones. La neutralidad auténtica exige innovación, eficiencia energética, inversión y reconfiguración de la cadena de valor. Esa es la base que distingue a las empresas neutras de las que solo aspiran a serlo.

Mito y realidad: todas las industrias pueden ser empresas neutrales en carbono al mismo ritmo

Mito: A menudo se presupone que la neutralidad es un objetivo homogéneo. Se cree que todas las industrias, desde la aviación hasta el comercio electrónico, pueden avanzar al mismo tiempo, bajo los mismos estándares y con las mismas tecnologías. Esta idea ignora por completo las enormes diferencias operativas entre sectores.

Industrias como alimentos, bebidas o servicios tienen procesos más electrificables y, por lo tanto, la neutralidad puede estar más cerca. En contraste, sectores como el cemento o el acero aún dependen de tecnologías con alta intensidad energética y pocas alternativas a gran escala. Exigir el mismo ritmo para todos es poco realista.

Realidad: Cada sector requiere su propia hoja de ruta, con metas específicas y soluciones tecnológicas adaptadas. Algunas industrias alcanzarán la neutralidad antes; otras necesitarán más tiempo porque sus procesos dependen de avances que aún están madurando. La verdadera responsabilidad consiste en avanzar con rigor científico, no en competir por quién llega primero.

Mito y realidad: la neutralidad es un punto final y permanente

Mito: Muchas personas creen que una vez que una empresa logra la neutralidad, el trabajo termina. Esto convierte la meta climática en un certificado permanente, como si no existieran cambios operativos, regulaciones nuevas o actualizaciones científicas que obliguen a recalibrar la estrategia. Esta visión estática limita la comprensión del reto.

Las compañías suelen presentar la neutralidad como un logro definitivo y no como un proceso continuo. Sin embargo, las emisiones cambian año con año: nuevos proveedores, expansiones de negocio o modificaciones en la demanda. Nada permanece igual en escenarios reales de operación.

Realidad: Ser parte de las empresas neutrales en carbono implica monitorear, actualizar inventarios de emisiones y ajustar estrategias de manera permanente. La neutralidad se verifica, se recertifica y se reevalúa. Es un esfuerzo de mejora constante, no un trofeo. La credibilidad se mantiene justamente cuando las empresas reconocen que no existe tal cosa como “neutralidad eterna”.

Mito y realidad: la gobernanza no influye en alcanzar la neutralidad

Mito: Existe la percepción de que la neutralidad depende únicamente de acciones técnicas como cambiar maquinaria, electrificar procesos o instalar paneles solares. Bajo esa mirada, la gobernanza se ve como algo accesorio y no como el corazón de la estrategia climática. Pero esa idea reduce la sostenibilidad a un enfoque puramente operativo.

Muchas empresas intentan avanzar sin incluir al consejo directivo, sin crear comités especializados o sin integrar métricas climáticas en la toma de decisiones. Esto hace que las iniciativas pierdan fuerza, presupuesto y continuidad. Una estrategia sin gobernanza es solo una buena intención.

Realidad: Las empresas que avanzan hacia ser empresas neutrales en carbono suelen tener modelos de gobernanza robustos. Esto incluye liderazgo comprometido, procesos de evaluación, metas claras y mecanismos de rendición de cuentas. Sin esta base, cualquier esfuerzo técnico es insuficiente. La gobernanza es el motor que hace posible la neutralidad.

Mito y realidad: la cadena de valor no es parte del desafío

Mito: Algunas organizaciones creen que basta con reducir las emisiones propias para alcanzar la neutralidad. Sin embargo, hasta el 90% de la huella climática de muchas empresas proviene de su cadena de valor: proveedores, logística, uso del producto y fin de vida. Ignorar estos alcances es ignorar la mayor parte del impacto real.

Quedarse en emisiones operativas puede generar una falsa sensación de avance, cuando en realidad los impactos más importantes siguen sin atenderse. En sectores como moda, electrónica o alimentos, la mayor parte de las emisiones se genera fuera de la planta o las oficinas.

Realidad: Las empresas que realmente avanzan hacia la neutralidad lo hacen construyendo ecosistemas, no solo acciones internas. Esto implica desarrollar proveedores, compartir tecnología, generar incentivos y fomentar una cultura de transparencia. La neutralidad real es imposible sin una cadena de valor alineada.

Mito y realidad: comunicar la neutralidad es solo un tema de marketing

Mito: A veces se cree que comunicar metas climáticas es únicamente una tarea del área de marketing, centrada en construir una narrativa atractiva para el consumidor. Esta visión ha alimentado la desconfianza y, en muchos casos, ha derivado en acusaciones de greenwashing. La comunicación superficial puede herir más que ayudar.

Cuando las empresas anuncian resultados sin contexto, sin metodología o sin evidencias verificables, generan dudas legítimas. Las audiencias especializadas exigen precisión, coherencia y transparencia. La comunicación no puede ser un adorno al final de la estrategia.

Realidad: La comunicación responsable es parte integral del avance hacia empresas neutrales en carbono. Implica explicar límites, detallar avances y reconocer desafíos. Cuando las organizaciones comunican con rigor, construyen credibilidad y fortalecen su reputación. La claridad no solo informa: también moviliza al ecosistema.

La pregunta no es si las compañías pueden ser neutrales, sino si están dispuestas a transformar su estrategia desde la raíz. Las empresas neutrales en carbono no se construyen con discursos, sino con gobernanza sólida, innovación, alianzas y seguimiento continuo. Entender los mitos y abrazar las realidades es el camino más honesto para avanzar hacia una economía baja en emisiones y hacia la responsabilidad climática que el contexto actual exige.

60 mil pingüinos murieron de hambre como consecuencia de la crisis climática

0

Durante años, el litoral sudafricano fue refugio de una de las especies más emblemáticas del hemisferio sur: el pingüino africano. Sin embargo, un nuevo estudio ha revelado que más de 60.000 pingüinos murieron de hambre debido a la desaparición de su principal alimento, las sardinas, un hecho que expone una emergencia silenciosa pero devastadora. Este hallazgo no solo reconfigura la narrativa ambiental de la región, sino que obliga a replantear la responsabilidad humana en el colapso de los ecosistemas marinos.

De acuerdo con The Guardian, la tragedia de estas colonias es el síntoma de un problema mayor: la crisis climática y la sobrepesca han alterado profundamente el equilibrio entre especies, rompiendo cadenas tróficas que antes parecían inquebrantables. Para quienes trabajamos en responsabilidad social, este fenómeno es un recordatorio contundente de cómo la acción —o inacción— humana puede desencadenar pérdidas masivas que impactan tanto a la biodiversidad como al futuro de las comunidades costeras.

Cuando los pingüinos murieron de hambre: señales de un ecosistema en colapso

Entre 2004 y 2012, más del 95% de los pingüinos africanos de dos colonias clave —la isla Dassen y la isla Robben— desaparecieron. Los investigadores concluyeron que muchos de estos pingüinos murieron de hambre durante la etapa de muda, un periodo crítico donde las aves deben permanecer en tierra y dependen completamente de las reservas acumuladas previamente.

El estudio advierte que la biomasa de sardina, su alimento esencial, cayó al 25% de su abundancia histórica. Sin acceso a este recurso, la supervivencia se volvió casi imposible. Los cuerpos no aparecieron en la costa; los científicos creen que simplemente se hundieron en el mar, silenciando aún más la magnitud del desastre.

Las sardinas desaparecen: crisis climática y sobrepesca

La drástica disminución de la sardina Sardinops sagax no se debe a un solo factor. Los cambios de temperatura y salinidad de las aguas, impulsados por la crisis climática, han afectado el desove de la especie. Sumado a ello, la pesca industrial se mantuvo en niveles elevados, incluso cuando las señales de estrés ecológico eran evidentes.

Esta combinación letal demuestra los riesgos de ignorar los límites del océano. Para las organizaciones dedicadas a la sostenibilidad, el caso representa un ejemplo claro de cómo las malas prácticas pesqueras y la falta de regulaciones basadas en ciencia afectan no solo a una especie, sino a toda una red ecológica interdependiente.

Cuando los pingüinos murieron de hambre: una especie al borde del abismo

En 2024, los pingüinos africanos fueron clasificados en peligro crítico de extinción, con menos de 10.000 parejas reproductoras restantes. Lo ocurrido en Sudáfrica no es un evento aislado: se estima que la población ha disminuido casi un 80% en los últimos 30 años, lo que convierte a esta especie en un símbolo urgente de conservación.

Durante la muda, los pingüinos necesitan engordar para sobrevivir 21 días sin poder alimentarse. Con menos peces disponibles antes y después del ayuno, su vulnerabilidad se disparó. La crisis demuestra cómo un cambio en un solo eslabón de la cadena alimenticia puede derrumbar por completo la capacidad de resiliencia de una especie.

Acciones urgentes: del manejo pesquero a la innovación en conservación

Sudáfrica ha implementado medidas para mitigar el daño, incluyendo la prohibición de pesca con red de cerco en seis colonias clave. Esta regulación busca garantizar que los pingüinos tengan acceso al alimento necesario durante sus periodos críticos de vida. Es un paso en la dirección correcta, aunque insuficiente si no se acompaña de políticas de manejo pesquero sostenible a largo plazo.

Organizaciones conservacionistas también están interviniendo directamente en el terreno: construyen nidos artificiales, monitorean depredadores y rehabilitan a polluelos y adultos debilitados. Aunque estas acciones aportan resiliencia, expertas como la bióloga marina Lorien Pichegru señalan que la raíz del problema —la escasez extrema de peces pequeños— requiere acciones más profundas y urgentes.

La historia de los pingüinos murieron de hambre no es solo un relato de pérdida, sino un llamado a replantear cómo gestionamos los océanos y nuestra relación con los recursos naturales. La tragedia ocurrida en Sudáfrica muestra que la crisis climática y la sobrepesca no son amenazas abstractas: tienen consecuencias directas, medibles y devastadoras en la biodiversidad global.

Para el sector de responsabilidad social, este caso es un recordatorio de que la sostenibilidad no puede ser un concepto aspiracional, sino una estrategia activa que integre ciencia, regulación y participación comunitaria. Lo que está en juego no es únicamente la supervivencia de una especie, sino la salud de ecosistemas enteros y la capacidad de las sociedades para convivir con ellos sin destruirlos.

10 formas en que el consumismo está afectando a las comunidades

En las últimas décadas, el modelo económico predominante ha impulsado un ritmo de consumo cada vez más acelerado, moldeando no solo nuestras decisiones individuales, sino también la manera en que las comunidades conviven, se relacionan y enfrentan sus propios desafíos. Aunque a menudo se analiza este fenómeno desde la perspectiva ambiental o económica, menos se habla del impacto profundo y silencioso que tiene en los entornos sociales. Hoy, entender cómo el consumismo está afectando a las comunidades ya no es opcional: es una responsabilidad compartida.

Las organizaciones, las empresas y los profesionales de la responsabilidad social enfrentan un dilema complejo: ¿cómo equilibrar la dinámica de mercado con la necesidad de construir comunidades resilientes, cohesionadas y sostenibles? En este contexto, explorar de forma crítica las maneras en que el consumismo está afectando la vida colectiva abre la puerta a conversaciones más informadas, a mejores políticas corporativas y a una ciudadanía más consciente. Esta nota aborda ese impacto desde diez dimensiones clave que suelen quedar fuera de la narrativa convencional.

10 formas en que el consumismo está afectando a las comunidades

1. Fragmentación del tejido social

La primera forma en que el consumismo está afectando a las comunidades es a través de la fragmentación social que genera cuando el valor de las relaciones humanas se subordina al valor de mercado. En comunidades donde predomina la lógica de “tener” sobre “ser”, la cohesión social se debilita y las conexiones solidarias se vuelven más superficiales.

Además, la competencia por adquirir bienes o estilos de vida aspiracionales crea brechas invisibles, pero profundas, entre quienes pueden acceder a ellos y quienes no. Esta erosión de capital social hace más difícil construir proyectos comunitarios compartidos y resta fuerza a la participación colectiva.

2. Pérdida de identidad cultural

Otra forma es la homogeneización cultural. El consumo masivo desplaza tradiciones locales, artesanías y expresiones comunitarias que no pueden competir con productos industrializados de bajo costo pero alta disponibilidad.

Cuando las comunidades reemplazan sus prácticas culturales por mercancías globalizadas, se debilitan sus raíces identitarias. Esto no solo afecta a las nuevas generaciones, sino a la capacidad del territorio para sostener dinámicas de desarrollo propias, diversas y auténticas.

3. Desigualdad económica ampliada

Una de las consecuencias más visibles es cómo el consumo aspiracional profundiza las desigualdades existentes. Las familias sienten presión por acceder a bienes que muchas veces están fuera de su presupuesto, lo cual genera endeudamiento, estrés financiero y, a largo plazo, ciclos de pobreza.

La desigualdad no solo se expresa en lo económico, sino también en el acceso a oportunidades, servicios y redes. Este escenario crea comunidades divididas donde el sentido de justicia social se ve erosionado, debilitando la confianza colectiva.

4. Aumento del estrés y deterioro de la salud mental

La presión constante por “estar al día” con lo nuevo —desde tecnología hasta moda— genera ansiedad, sensación de insuficiencia y comparación permanente. Las comunidades comienzan a normalizar un ritmo de vida acelerado y poco sostenible.

El impacto emocional colectivo afecta cómo las personas se relacionan entre sí, disminuye la empatía y fortalece dinámicas individualistas. Esto deteriora la salud mental comunitaria y afecta el bienestar general.

5. Cambio en los patrones de convivencia

El consumismo redefine los espacios donde las personas conviven: centros comerciales, plataformas digitales y zonas de ocio orientadas al gasto sustituyen los espacios públicos tradicionales. Esto transforma la manera de interactuar y limita encuentros espontáneos.

Cuando la convivencia depende de la capacidad de compra, se excluye a quienes no pueden participar en estas dinámicas. La comunidad deja de ser un espacio común y se convierte en un espacio condicionado por el consumo.

6. Saturación de residuos y deterioro ambiental local

Aunque suele entenderse a nivel global, también es crucial analizar cómo la acumulación de residuos afecta directamente a barrios y municipios. El aumento de desechos genera problemas de salud, contaminación y deterioro de áreas habitables.

Esto, a su vez, reduce la calidad de vida y genera tensiones entre pobladores, autoridades y empresas. La gestión ineficiente de residuos se convierte en un problema comunitario que se agrava con cada hábito de consumo desmedido.

7. Desaparición del comercio local

El crecimiento del consumo digital y de grandes cadenas ha desplazado a pequeños comercios que históricamente han sido pilares económicos y sociales de las comunidades. Con su desaparición, se pierde un punto de identidad y pertenencia.

Además, se reduce la circulación de ingresos dentro del propio territorio, debilitando la economía local. Esto limita oportunidades laborales, incrementa la dependencia hacia actores externos y fragiliza la resiliencia comunitaria.

8. Impacto en la niñez y adolescentes

El consumismo modifica la manera en que nuevas generaciones construyen su identidad. Niños y adolescentes adoptan referentes basados en marcas, apariencias y posesiones en lugar de valores comunitarios.

Cuando lo material se convierte en un indicador de valor personal, la autoestima depende del acceso al consumo. Esto crea brechas en el aula, fomenta dinámicas de exclusión y perpetúa desigualdades desde edades tempranas.

9. Reducción de la participación comunitaria

El tiempo y recursos destinados al consumo desplazan actividades colectivas como voluntariados, asambleas, celebraciones culturales o intervenciones comunitarias. La energía social disponible para participar disminuye.

La baja participación afecta la capacidad de las comunidades para resolver problemas comunes, organizarse y sostener iniciativas de desarrollo. El desinterés colectivamente incubado debilita la estructura social desde dentro.

10. Dependencia de modelos económicos externos

Finalmente, una forma crítica en que el consumismo está afectando a las comunidades es la dependencia que genera hacia modelos globalizados que no consideran realidades locales. El territorio pierde autonomía para decidir cómo quiere crecer o transformarse.

Esta dependencia también limita la innovación social, ya que los esfuerzos se alinean con lo que el mercado dicta, no con lo que las personas necesitan. Esto pone en riesgo la sostenibilidad, la justicia y el equilibrio territorial.

Comprender cómo el consumismo está afectando a las comunidades es fundamental para quienes trabajamos en responsabilidad social y buscamos impulsar transformaciones genuinas. Más allá de las estadísticas, estamos frente a un fenómeno que redefine relaciones, aspiraciones y modos de vida. Reconocer estas diez dimensiones es un paso clave para construir estrategias integrales que restauren la cohesión social, fortalezcan la identidad comunitaria y promuevan un desarrollo verdaderamente sostenible. El reto es grande, pero las oportunidades de cambio también.

Reforma de 40 horas: lo que ahora podría considerarse explotación laboral

0

La discusión sobre las jornadas laborales en México ha dado un giro histórico: por primera vez se está definiendo con claridad cuándo una extensión del horario de trabajo deja de ser un acuerdo entre partes y pasa a convertirse en explotación laboral. La Reforma de 40 horas no sólo busca reducir el tiempo semanal de trabajo, sino establecer límites precisos para evitar que la flexibilidad se convierta en abuso, un tema urgente en un país donde la ambigüedad ha permitido prácticas inhumanas durante décadas.

Este cambio legislativo llega en un contexto donde especialistas en derecho laboral, empresas y organizaciones enfocadas en responsabilidad social buscan respuestas claras: ¿qué implica trabajar más de lo razonable? ¿dónde termina la productividad y empieza el riesgo? La Reforma de 40 horas se presenta como un parteaguas que redefine la protección hacia las personas trabajadoras, introduciendo parámetros jurídicos que antes eran inexistentes y que ahora permitirán distinguir entre horas extra, exceso y delito.

Reforma de 40 horas: el nuevo límite al tiempo extraordinario

De acuerdo con El Economista, la iniciativa plantea reformar la Constitución y la Ley Federal del Trabajo para fijar un máximo de 12 horas extraordinarias semanales, pagadas al 100% adicional. Esto significa que el tiempo extra ya no podrá ser un recurso ilimitado ni discrecional, sino un esquema regulado bajo parámetros transparentes. Además, solo podrán trabajarse hasta cuatro horas diarias, durante cuatro días a la semana.

Por primera vez también se incorpora un límite a las llamadas “horas triple”, que corresponden al tiempo que supera las horas extra permitidas. La propuesta establece un máximo de cuatro horas triple por semana, pagadas al 200%. Este tope, incluido en la Reforma de 40 horas, abre la puerta a una categorización clara del abuso laboral que hasta ahora quedaba en un limbo jurídico.

Cuando las horas extra se vuelven explotación laboral

La reforma a la Ley de Trata de Personas ya contemplaba la explotación laboral como delito cuando se sobrepasaban las horas legales, pero faltaba un umbral que definiera con precisión ese límite. El abogado Diego García Saucedo remarca que el avance es sustancial: ahora será posible distinguir cuándo las horas extra son legítimas y cuándo constituyen explotación.

Sin la reforma, la lógica era confusa: si la empresa pagaba las horas extra, se asumía que no existía delito, aunque la persona trabajadora acumulara 10 o más horas adicionales por semana. Ahora, el parámetro es tajante: rebasar las 12 horas extra semanales es explotación laboral, independientemente de si están pagadas o no. Este enfoque reconoce que el abuso también se expresa en la carga excesiva e inhumana de trabajo, no solo en la falta de compensación económica.

Tiempo extraordinario: entre el bienestar y la productividad

La iniciativa subraya que establecer límites al tiempo extraordinario es un acto de justicia social y un paso clave para mejorar la calidad de vida. Contar con más tiempo libre abre dos caminos: aceptar voluntariamente horas extra dentro del marco legal o invertir ese tiempo en fortalecer la vida familiar y social, un elemento fundamental para la reconstrucción del tejido comunitario.

Este cambio también propone ajustes al artículo 132 de la LFT, que obligarán a los empleadores a registrar con precisión entradas, salidas y horas trabajadas. Esta medida busca transparencia y trazabilidad para que la autoridad pueda verificar si se respetan los límites. Además, la implementación será gradual: 9 horas semanales en 2026 y 2027, 10 en 2028, 11 en 2029 y 12 en 2030.

El impacto en las empresas y la necesidad de criterios judiciales

Si bien el cambio favorece a las personas trabajadoras, también implica ajustes para el sector empresarial. De acuerdo con García Saucedo, la gradualidad permitirá una adaptación adecuada, aunque es innegable que aumentarán los costos laborales, ya sea por el pago de horas extra o la contratación de nuevos turnos. Es un cambio estructural que transformará la forma de gestionar el capital humano.

No obstante, aún será necesario que la Suprema Corte emita criterios que doten de mayor precisión a la definición de explotación laboral. La Reforma de 40 horas marca el punto de partida, pero se requiere jurisprudencia que permita interpretar con claridad los escenarios reales, considerando sectores, condiciones y modelos productivos.

Un nuevo capítulo para la responsabilidad laboral en México

La reducción de la jornada y la definición de límites explícitos al tiempo extraordinario representan un avance histórico para México. Más allá de cifras y porcentajes, esta reforma abre un debate profundo sobre dignidad, bienestar y responsabilidad empresarial. Por primera vez, se reconoce que el exceso de trabajo, incluso cuando se paga, puede ser una forma de explotación.

Para quienes trabajamos en responsabilidad social, la Reforma de 40 horas es una oportunidad para impulsar modelos laborales más humanos y sostenibles. La claridad jurídica será clave para que las empresas puedan adaptarse, pero también para que las personas trabajadoras cuenten con protección real. Este es solo el inicio de una transformación que podría redefinir la cultura laboral en el país durante las próximas décadas.