El hambre en la Ciudad de México tiene múltiples rostros: la de un niño que no conoce un yogurth; una madre dispuesta a buscar en la basura algo que llevarle de comer a sus hijos o el de una anciana que espera por horas a recibir una despensa a bajo costo.
Estos son algunos de los rostros de las más de 46 mil 100 personas a quienes apoya el Banco de Alimentos “Alimento para Todos” y que han disminuido en un 29 por ciento su consumo de alimentos básicos en los últimos meses, debido a la crisis económica y a que los biocombustibles han encarecido productos como el arroz y el frijol.
La Comunidad San Miguel Teotongo, en Iztapalapa, es una de las beneficiadas con los alimentos que el Banco recibe en donación y después reparte, a bajo costo, entre familias marginadas.
Reforma, Ciudad, p. 6