Según información de CBS New, durante una reunión encabezada el sábado por el Papa Francisco y conformada por obispos católicos y laicos, se habló de la urgencia de garantizar una participación de mujeres en la Iglesia. Así mismo, el pontífice solicitó que se libere una investigación en el plazo de un año para explorar la viabilidad de permitir que las mujeres ejerzan como diaconisas.
Tras un mes de discusiones a puerta cerrada, la reunión sobre el futuro de la Iglesia católica dirigida por el Papa, concluyó el sábado por la noche con la aprobación de un extenso documento de 42 páginas que aborda una variedad de temas que serán considerados en una segunda sesión el próximo año.
Cabe destacar que los párrafos relacionados con las mujeres y el celibato sacerdotal recibieron la mayor cantidad de votos en contra, a pesar de ello los organizadores consideraron la votación como exitosa, dado que ninguno de los párrafos fue rechazado.
Participación de mujeres en la Iglesia: por un ambiente de inclusión
Hace más de dos años, el Papa Francisco convocó el sínodo como parte de sus esfuerzos de reforma integral para transformar la Iglesia en un espacio de mayor inclusión, donde los laicos tengan una participación más activa en la vida eclesiástica. El proceso, junto con la encuesta de dos años entre los católicos de base que lo precedió, generó expectativas y preocupaciones sobre la posibilidad de un cambio real.
Los progresistas esperaban que la reunión transmitiera un mensaje de mayor acogida hacia las personas LGBTQ+ y se profundizara sobre la participación de las mujeres en la Iglesia; por otra parte, los conservadores enfatizaban la importancia de mantener la fidelidad a la tradición de 2000 años de la Iglesia y advertían que abrir el debate sobre tales temas era como abrir una caja de Pandora.
Como una innovación, el Papa Francisco permitió la participación de mujeres y laicos en la votación junto a los obispos; de esta manera, su voz también contaría en las decisiones de la Iglesia. Esta acción y su llamado a la corresponsabilidad, resonaron entre las mujeres que abogaban por la reintegración de las diaconisas, un ministerio que existía en los primeros tiempos de la Iglesia.
Al final, al contabilizar los votos, la reunión presentó sus propuestas más sólidas en relación a la participación de mujeres en la Iglesia: se resaltó la urgencia de garantizar su participación en los procesos de toma de decisiones y asumir roles de responsabilidad en la vida pastoral y el ministerio.
Igualmente, se mencionó que el Papa Francisco había incrementado el número de mujeres que asumen posiciones de alto rango en el Vaticano, por lo que en dicha reunión se cuestionó si lo mismo debería replicarse en las iglesias locales, incluso si se tuvieran que hacer cambios en el derecho canónico para lograrlo: esta recomendación fue aprobada con un resultado de 319 votos a favor y 27 en contra.
¿Desafíos o problemas?
En una propuesta de seguimiento, con un resultado de 279 votos a favor y 67 en contra, los delegados solicitaron que se prosiga con la investigación teológica y pastoral sobre la posibilidad de permitir la participación de mujeres en la Iglesia como diaconisas; posteriormente, solicitaron que los resultados se publiquen antes de la apertura de la segunda sesión del sínodo en octubre de 2024.
Aunque en el texto final no se abordó la necesidad de una mayor inclusión de los católicos LGBTQ+, sí se señaló que las personas que se sienten excluidas por la Iglesia debido a su situación conyugal, identidad y sexualidad, necesitan ser escuchadas y acompañadas, así como que se defienda su dignidad.
A su vez, los delegados coincidieron en que persisten desafíos relacionados con la identidad de género y la orientación sexual en la Iglesia, catalogándolos de «problemas», como la ética de la inteligencia artificial, un tema que se discute en la sociedad en general.
La inclusión de los laicos como miembros con derecho a voto en la reunión ha suscitado cuestionamientos sobre la legitimidad del encuentro, incluso hay quienes señalan que el Sínodo de los Obispos fue concebido para proporcionar al pontífice las reflexiones de los obispos, quienes son los sucesores de los apóstoles.
Posturas contrarias ante las expectativas de cambio
En una entrevista publicada el sábado en el National Catholic Register, el cardenal Gerhard Mueller brindó una crítica contundente de la reunión, señalando que percibió un ambiente manipulador y carente de profundidad teológica. Afirmó que si bien se presentaba como una obra del Espíritu Santo, en realidad tenía como objetivo desmantelar las enseñanzas de la Iglesia.
«Todo está cambiando, ahora debemos estar abiertos a la homosexualidad y a la ordenación de mujeres. Si lo analizamos, se trata de convertirnos a estos dos temas», expresó el teólogo.
Contrariamente, el reverendo británico Timothy Radcliffe, a quien Francisco solicitó que compartiera reflexiones espirituales durante la reunión, adoptó una perspectiva totalmente distinta. Elogió la inclusión de los laicos como un reflejo genuino del espíritu de un sínodo.
Radcliffe advirtió sobre las expectativas de cambios radicales, expresando que surgirán obstáculos y habrá equivocaciones; no obstante, eso estará bien, porque es parte del proceso de transformación.
La importancia de la participación de las mujeres en la vida eclesiástica: un gran paso para la sociedad
La participación de las mujeres en la Iglesia es relevante por varias razones. En primer lugar, las mujeres aportan una perspectiva única y valiosa a la comunidad religiosa, enriqueciendo la diversidad de opiniones y experiencias.
Si las mujeres desempeñan roles fundamentales en el liderazgo, la enseñanza y el servicio dentro de la Iglesia, contribuirán al crecimiento del bienestar de la comunidad en su conjunto.
Por otra parte, el papel activo de las mujeres promueve la igualdad de género y el respeto por los derechos de todas las personas dentro de la Iglesia.
Impulsar a las mujeres a ocupar roles que históricamente han sido desempeñados exclusivamente por hombres, es esencial para fomentar la igualdad de género y fortalecer el empoderamiento femenino. Si se les motiva a asumir responsabilidades de liderazgo, autoridad y toma de decisiones en el ámbito eclesíastico, se promoverá la diversidad y la inclusión.
En resumen, la participación de las mujeres en la Iglesia es un ejemplo claro de lo importante que es aprovechar el potencial y talento disponibles, sin importar el género.