El papa Francisco dijo el jueves que el calentamiento global es «sobre todo» obra del ser humano, y que espera que su próxima encíclica sobre el medio ambiente inste a los negociadores de una cumbre sobre cambio climático en París a tomar decisiones «audaces» para proteger la obra de Dios.
Francisco ha hablado a menudo sobre la «cultura del desperdicio» que ha puesto en peligro el medio ambiente, y el jueves se refirió a ello durante su vuelo a Filipinas. En su visita al archipiélago, Francisco se reunirá con sobrevivientes del tifón Haiyan de 2013, que el gobierno filipino puso como ejemplo de fenómenos meteorológicos extremos derivados del cambio climático.
«No sé si (la actividad humana) es la única causa, pero sobre todo, en gran parte, es el hombre el que ha abofeteado a la naturaleza en el rostro», afirmó. «En cierto modo hemos invadido la naturaleza».
«Creo que hemos explotado demasiado la naturaleza», añadió el pontífice, citando la deforestación y los monocultivos. «Gracia a Dios, hoy hay voces, muchas personas, que hablan públicamente sobre ello».
Francisco, que el día que asumió el cargo prometió hacer del medio ambiente una prioridad, dijo esperar que su encíclica sobre la ecología se publique en junio o julio. El pontífice dijo que quería que se difundiera con tiempo de sobra para ser leída y asimilada antes de la próxima ronda de negociaciones sobre el cambio climático, que abren en noviembre en París después de que la sesión anterior en Perú no lograse alcanzar un acuerdo.
«Las reuniones en Perú no fueron gran cosa, me decepcioné», dijo. «Hubo una falta de coraje. En un momento dado se detuvieron. Esperemos que en París, los representantes sean más audaces para seguir adelante».
El objetivo de las negociaciones climáticas de la ONU es estabilizar los gases de efecto invernadero a niveles que mantengan el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados (3,6F) respecto a los niveles de la era preindustrial. El mundo desarrollado empleó combustibles fósiles para construir carreteras, ciudades y casas, y las economías emergentes quieren tener las mismas oportunidades de crecer tan rápido como sea posible.
Por su parte, los estados insulares y países situados a baja altitud temen que la subida del nivel del mar anegue sus territorios y piden fondos para adaptarse.
Fuente: El Nuevo Herald