Esta columna es patrocinada por CEMEX, impulsando la construcción sustentable.
Existe un moderno sistema de calefacción, que poco a poco se va implementando en las nuevas construcciones y que, además de ofrecer al usuario un ahorro de energía, ofrece una mayor calidad en el aire al interior de los hogares.
Hablamos de sistemas de paredes radiantes por medio de tubos de cobre, y es que es sabido que éste es un material de conductividad térmica, y por mucho, mejor conductor que el plástico. Debido a esto, se ha encontrado en este material una excelente opción como calefactor sin uso de energía eléctrica.
Es por muchos aspectos una opción atractiva en el tema de construcción, ya que a diferencia de otros sistemas, éste no requiere un mantenimiento, pues la resistencia y durabilidad que caracterizan al cobre le ofrece una larga vida útil, además de poder adaptarse a cualquier habitación debido a su flexibilidad, y por ser impermeable al oxígeno y por sus propiedades antimicrobianas, no permite el crecimiento de microorganismos que pudieran obstruir en algún momento el sistema.
Pero ¿Cómo funciona? Hay dos tipos de aplicación, puede ser que se coloquen módulos pre-ensamblados de varios tamaños (dependiendo del espacio), que son fijados a la pared y posteriormente se cubren con un revestimiento, o la otra forma es en la parte posterior de las placas de yeso.
El agua caliente circula por las tuberías y aumenta o reduce la temperatura de la pared, ya que también puede ser utilizado en temporada de verano para enfriar y modular el ambiente.
Debido a que es un modelo que se implementa en las paredes y es invisible, tiene además la ventaja de permitir más espacio libre para utilizar como se prefiera, pues se ahorra también el espacio que ocuparía un radiador así como el sonido causado por el mismo, por lo tanto es más estético.
El aire dentro de la habitación se modula y tiene una mayor calidad, pues no se perciben corrientes, y no hay tanto movimiento de polvo o partículas, ocasionando que el ambiente se vuelva uniforme y estable, por lo tanto es un sistema agradable que genera confortabilidad.
Durante la temporada de invierno mantiene las paredes secas previniendo también la formación de hongos, y en verano elimina la condensación por el agua fría que circula.
Es por su funcionamiento tan práctico que se puede adaptar fácilmente a cualquier proyecto, ahorrando energía, estimándolo entre un 15 y 20% comparado con un sistema de radiador durante la temporada invernal, reduciendo el consumo energético anual.
Este sistema es más utilizado en los países europeos sobre todo en Alemania, debido a las altas temperaturas que manejan, puede ser utilizado también en techos o pisos, en algunos lugares los utilizan para descongelar el hielo de las calles. Una forma prácticamente sencilla y útil del buen uso de los recursos.
Excelente informacion!!