Debido al prestigio que tiene, muchas personas asocian a París con la capital del amor, o como la ciudad vanguardista que se mantiene siempre bajo las últimas tendencias de moda. Buscando darle la vuelta a este concepto, el visionario arquitecto Vincent Callebaut, desarrolló un proyecto arquitectónico para convertir a esta ciudad en la capital verde hacia el año 2050.
El arquitecto Callebaut proyectó la construcción de 8 torres habitacionales ecológicas, con diseños que mezclan la naturaleza con la arquitectura moderna. Al conjunto de edificaciones que presentó le denominó “Paris Smart City 2050”.
El proyecto arquitectónico urbano, comisionado por el ayuntamiento, surgió de un trabajo de investigación, que buscaba integrar estructuras verticales que pudieran generar energía alterna suficiente para ellas y para construcciones colindantes.
El objetivo principal que se persigue con este plan, es el de reducir hasta en un 75% la emisión de gases nocivos de efecto invernadero en París, integrando estos 8 edificios en distintas zonas emblemáticas de la capital francesa.
De acuerdo al creador, habrá una variedad de edificios que cumplirán distintas funciones en beneficio al medio ambiente, acorde a la zona en la que se encuentren ubicados, respondiendo cada uno a una problemática ambiental específica.
Las Antismog Towers, combatirán el smog, buscando filtrar la contaminación; las Photosynthesis Towers asemejarán el proceso natural de la fotosíntesis. Otro de los inmuebles tendrá una fachada aislante que hará que el edificio produzca su propio biocombustible, además, utilizará la luz solar como fuente de energía para abastecer a todo el edificio.
Se tiene pensado ubicar a alguno de los complejos cerca del río Sena, el cual contará con un sistema térmico con bomba de calor que permitirá transformar la energía hidráulica del río en calefacción para el edificio.
El diseño para estas construcciones se proyecta en forma de panal de abeja, bajo un concepto de “granjas en las alturas”, que permitirá a los habitantes tener su propia producción agrícola.
De acuerdo al desarrollador, París carece de ambición política y sostenible para el futuro, quedándose solo como una ciudad museo. El arquitecto belga de 37 años de edad cuenta con varios premios que avalan su trabajo, además de ser reconocido por desarrollar proyectos de arquitectura sostenible en más de una docena de países.
Fuente: elmundo