Con 190 líderes mundiales, participantes de la COP27, esta cumbre ha capturado el interés público, primero porque las afectaciones a nuestro planeta son cada vez más notorias y desastrosas, por lo que requieren negociaciones ambiciosas, sobre todo por parte de las naciones más poderosas. Y, segundo por su gran carga geopolítica, derivada tanto de las tensiones mundiales como las del país que la alberga: Egipto.
Esta última situación se ha intensificado debido a la denuncia de espionaje que algunos asistentes han hecho contra el gobierno y la policía egipcia, ya que aseguran que se han sentido vigilados. Según algunos medios, estas acusaciones ya están siendo investigadas por el Departamento de Seguridad de las Naciones Unidas (UNDSS). Sin embargo, podrían estar relacionadas con el caso del activista Alaa Abdel Fattah.
Y es que, tras un encuentro entre la delegación alemana y Sanaa Seif, hermana de Fattah, la comitiva germana señaló el posible espionaje. ¡Te compartimos la información!
¿Quién es Alaa Abdel Fattah?
Como lo detalla la BBC, Alaa Abdel Fattah ha permanecido en prisión por varios años. Es un activista egipcio-británico, programador de software y bloguero, quien tuvo una relevante participación durante la Primavera Árabe. Este nombre lo reciben las protestas sociales que tuvieron lugar en naciones musulmanas entre 2010-2013, y que ocasionaron cambios de poder en varias de ellas.
Desde hace 200 días, Fattah estableció una huelga de hambre para protestar sobre su aprehensión y condena. Puesto que, en 2021, se le impusieron cinco años de cárcel «por difundir noticias falsas», lo que grupos, como Amnistía Internacional, calificaron como un juicio injusto. Con la llegada de los participantes de la COP27, el activista endureció su reclamo, dejando de beber agua. Al mismo tiempo, su hermana y Agnes Callamard, secretaria general de Amnistía, han hecho llamamientos públicos y urgentes.
«Si las autoridades no quieren terminar con una muerte que debieron y pudieron haber evitado, deben actuar ahora. Si no lo hacen, esa muerte estará en cada discusión en esta COP».
Agnes Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.
Y, si bien hasta el primer ministro británico, Rishi Sunak, ha asegurado que la liberación de Fattah es una prioridad para el gobierno y que será abordada en la COP27, lo cierto es que los acercamientos pueden llegar tarde, debido a la condición de salud del activista. Frente a esto, la delegación de Alemania decidió participar en un evento junto a Sanaa Seif, para después informar que sentían que estaban siendo vigilados por la policía.
¿Son vigilados los participantes de la COP27?
De acuerdo con testimonios, los participantes de la COP27 fueron fotografiados y supervisados. Asimismo, tanto el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania como activistas y grupos de derechos humanos respaldaron las denuncias. Lo que propició que el UNDSS aclarara que algunos agentes de seguridad eran parte de la fuerza egipcia, puesto que se necesitaban por la «escala y complejidad de brindar seguridad en un evento a gran escala».
Aunque la UNDSS aclaró que estos elementos estaban bajo su cargo, personajes como Liane Schalatek, directora asociada de la fundación Heinrich Boll Stiftung en Washington, aseguró que se sentía «observada y claramente más incómoda que en cualquier otra COP anterior». Cabe señalar que han existido dudas sobre la confidencialidad desde el inicio, pues incluso se les advirtió a los participantes de la COP27 sobre la app de la cumbre. La cual podría ser una herramienta de espionaje.
Ante ello, Wael Aboulmagd, asesor del presidente de la COP27, ha contestado que lo indicado por la delegación alemana es ridículo. Puesto que se trata de un evento abierto. Además, asegura que este tipo de declaraciones han sido vistas, por otros países en vías de desarrollo, como una cortina de humo de las naciones ricas para evadir los temas centrales de la cumbre.
«Otras delegaciones, especialmente del mundo en desarrollo, dicen que esto parece ser una distracción».
Wael Aboulmagd, asesor del presidente de la COP27.
Separar el tema social del ambiental…
Tanto la organización como los participantes de la COP27 tienen claro que su responsabilidad es mayor que en otras ediciones. Esto porque se acerca la fecha límite para cumplir con el compromiso de mantener el aumento de la temperatura en 1.5 ºC. Meta que se ha debilitado por la pandemia de la COVID-19 y la invasión de Rusia a Ucrania, que ha obligado a muchas naciones europeas a regresar a los combustibles fósiles.
Por lo que se requiere que en Egipto se lleguen a acuerdos estrictos, urgentes y que ayuden a las regiones con menos ingresos. Las cuales suelen ser las más afectadas por el cambio climático. En este sentido, podría pensarse que la prioridad es llegar a estos tratos. Sin embargo, en un momento en el que el mundo árabe está intentando abrirse y expandir su cultura, también se ha convertido en un canal de denuncia para su población que se ha mantenido bajo liderazgos autoritarios.
Así que la balanza entre lo que se busca con la COP27 y las condiciones humanitarias no debería existir. Si bien lo más importante es detener el impacto ambiental, también es relevante mirar hacia cómo se agreden los derechos humanos. Puesto que, para conseguir un desarrollo sostenible, es indispensable mantener un equilibrio entre la sociedad, la naturaleza, la industria y la política.
Quizá más allá de un tema que frene los avances climáticos, gestionar una solución para el caso de Alaa Abdel Fattah dejaría un precedente de que la colaboración internacional y la diplomacia pueden transformar y modificar las malas prácticas.