El patrocinio de Coca-Cola en la COP27 —la cumbre climática que reúne a los líderes mundiales para abordar los principales desafíos ambientales que se viven actualmente— ha generado reacciones violentas en diversas plataformas sociales y una serie de preocupaciones más amplias sobre el cabildeo y la influencia corporativa, de acuerdo con AP News.
Este año, las negociaciones que se buscan en la COP27 son relativamente importantes para el futuro de la humanidad, ya que, además de basarse en lo acordado en la COP26, se intentarán tomar medidas sobre una serie de cuestiones críticas para abordar la emergencia climática.
Emergencia climática
Desde la reducción urgente de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), la creación de resiliencia y adaptación a los impactos inevitables del cambio climático, hasta el cumplimiento de los compromisos de financiar la acción climática en los países en desarrollo, serán parte de la conversación en esta cumbre climática a celebrarse en la ciudad costera egipcia de Sharm el-Sheikh.
Frente a una creciente problemática energética, concentraciones récord de GEI y el incremento de eventos climáticos extremos, la COP27 tendrá que construir una solidaridad renovada entre los países para cumplir con el histórico Acuerdo de París, en favor del futuro. No obstante, el patrocinio de Coca-Cola en la COP27 parece estar empañando los esfuerzos.
Coca-Cola en la COP27: ¿Greenwashing corporativo?
De acuerdo con los organizadores, para Coca-Cola reducir las emisiones de GEI y el enfoque clave en el clima son una prioridad. «El clima es un área clave de enfoque a medida que The Coca-Cola Company trabaja para lograr su objetivo basado en la ciencia para 2030 de una reducción absoluta de emisiones del 25% y su ambición de ser cero emisiones netas de carbono a nivel mundial para 2050».
Por lo que, durante la presentación del patrocinio de Coca-Cola en la COP27, el Embajador Achraf Ibrahim, coordinador general de aspectos organizativos y financieros de la cumbre climática, aprovechó para destacar el importante papel del sector privado en la promoción de modelos de negocios sostenibles y el apoyo a los objetivos climáticos acordados.
Además de asegurar que un planeta en calentamiento es un gran desafío para la sustentabilidad, y con las circunstancias del cambio climático, es más difícil encontrar recursos sustentables. Ante el anuncio, las reacciones no se hicieron esperar, los activistas aprovecharon las redes para señalar el papel descomunal que tiene y ha tenido Coca-Cola en la generación de la contaminación plástica, y enjuiciaron el acuerdo como un claro ejemplo de greenwashing corporativo.
Piden excluir empresas contaminantes participar en la COP27
Pero las protestas no han parado ahí. Una petición en línea alude a que se elimine a Coca-Cola como patrocinador, obteniendo hasta el momento más de 228 mil firmas a favor de la iniciativa, mientras que cientos de grupos de la sociedad civil firmaron una carta abierta exigiendo que se prohíba a las empresas contaminantes financiar o participar en conversaciones sobre el clima.
Los críticos también han salido a enunciar que la participación empresarial va en contra del espíritu de las reuniones, donde decenas de miles de delegados de todo el mundo se reúnen para elaborar acuerdos globales sobre la lucha contra el cambio climático para evitar que la Tierra se caliente a niveles peligrosos.
«La presencia corporativa es enorme, por supuesto, y es una campaña de marketing ingeniosa para ellos».
Bobby Banerjee, profesor de gestión en la Escuela de Negocios Bayes de la Universidad de la Ciudad de Londres.
A lo largo de los años, las reuniones parecen haber evolucionado de manera similar a ferias comerciales, con grandes corporaciones, nuevas empresas y grupos de la industria que instalan puestos y pabellones al margen para cabildear y charlar, lo que ha provocado que un número creciente de corporaciones quiera participar en el evento, a medida que el cambio climático se convierte en una mayor prioridad global.
Contaminantes patrocinan cumbre climática
Aunque otras corporaciones se han sumado a los patrocinios —por ejemplo, IBM, Microsoft, Boston Consulting Group y Vodafone— han recibido menos críticas por su participación que Coca-Cola. Al respecto, la oficina de prensa de Cambio Climático de las Naciones Unidas remitió las peticiones a los organizadores, diciendo que era un asunto entre ellos y la empresa.
Por su parte, Georgia Elliott-Smith, consultora de sustentabilidad y activista ambiental que creó la petición en línea, está pidiendo a la ONU que “deje de aceptar el patrocinio corporativo para estos eventos, lo cual simplemente no es necesario, y deje de permitir que estos grandes contaminadores realicen greenwashing de sus marcas, aprovechando estas conversaciones climáticas realmente críticas”.
Mientras los grupos ambientalistas indican que es una paradoja permitir el patrocinio de Coca-Cola en la COP27, a sabiendas que es uno de los mayores productores de plásticos y uno de los principales contaminadores del mundo. De acuerdo con ellos, la fabricación de plástico con petróleo emite dióxido de carbono y muchas de las botellas de un solo uso se venden en países con bajas tasas de reciclaje, donde terminan ensuciando los océanos o se incineran, agregando más emisiones de carbono a la atmósfera.
Así responde Coca-Cola ante las peticiones de su retiro de la COP27…
En un comunicado, la empresa embotelladora afirmó compartir el objetivo de eliminar los desechos del océano y agradeció los esfuerzos por crear conciencia sobre el desafío que implica. El empaque representa alrededor de un tercio de la huella de carbono de Coca-Cola, y la compañía ha asegurado que tiene «objetivos ambiciosos», que incluyen ayudar a recolectar una botella o lata por cada botella que vende, independientemente del fabricante, para 2030.
También ha manifestado sus intenciones de asociarse con otras empresas, organizaciones de la sociedad civil y gobiernos “para apoyar la acción cooperativa” sobre los desechos plásticos y que firmó declaraciones conjuntas en 2020 y 2022, instando a los Estados miembros de la ONU a adoptar un tratado global para abordar el problema “a través de un enfoque holístico de economía circular”.
«Nuestro apoyo a la COP27 está en línea con nuestro objetivo basado en la ciencia de reducir las emisiones absolutas de carbono en un 25% para 2030, y nuestra ambición de cero emisiones netas de carbono para 2050».
Coca-Cola Company.
Para los expertos, los patrocinios eclipsan un problema más grande detrás de escena: las compañías de combustibles fósiles que presionan e influyen en las conversaciones y negociaciones de trastienda.
Las negociaciones a puerta cerrada en la COP
Ante el revuelo, Elliott-Smith —una activista ambiental, que asistió a la COP26 del año pasado en Glasgow, Escocia, como observadora legal de las negociaciones— ha comentando que si bien no es ingenua sobre el cabildeo político-corporativo, estaba «realmente sorprendida por la cantidad de empresas que asistieron a la conferencia, y por la participación abierta entre los directores ejecutivos y las delegaciones de negociación climática en estas conversaciones».
Un caso particular fue la COP26, los minoristas, las empresas de tecnología y las marcas de bienes de consumo se inscribieron como socios, pero, según los informes, los organizadores británicos prohibieron el ingreso a las compañías de combustibles fósiles. Sin embargo, asistieron a más de 500 cabilderos vinculados con la industria, según investigadores de una ONG, que revisaron la lista de acreditación oficial.
Por ello, el anuncio del patrocinio de Coca-Cola en la COP27 podría estar enviando un mensaje de bienvenida a las compañías de petróleo y gas, en lo que se espera que el país a cargo destaque como región y atraiga a inversionistas del Medio Oriente y África del Norte, cuyas economías e ingresos gubernamentales dependen de los fósiles.
Cabe señalar que históricamente, Egipto se ha puesto del lado de las naciones en desarrollo que se resisten a la presión para reducir aún más las emisiones y que creen que no deberían de pagar el precio de las emisiones de dióxido de carbono de los países ricos. Ante este contexto, Rachel Rose Jackson, directora de investigación y políticas climáticas del grupo de vigilancia Corporate Accountability, destaca que el patrocinio de Coca-Cola en la COP27 debilita los esfuerzos por lograr un consenso fructífero que asegure un futuro sostenible para la humanidad y fortalece el greenwashing corporativo.
A veces no entiendo a los colegas ambientalistas. Todas la empresas contaminantes y que están trabajando para mejorar deben participar en estas reuniones. A lo mejor creen que cerrar Coca Cola a nivel mundial es un desarrollo sostenible.