Desde que inició la campaña presidencial, el ahora Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se habló sobre la construcción de una refinería en Tabasco, un hecho que poco a poco parece comenzar a ser una realidad.
Para su construcción, los consorcios estadounidenses Bechtel-Techint, el australiano Worley Parsons – Jacobs, además de la empresa francesa Technip y la estadounidense KBR, recibieron la invitación por parte de Pemex para participar en el proyecto de la séptima refinería en el país, para el cual el gobierno ha destinado 50 mil millones de pesos, este año.
Dichas compañías, recientemente han sido acusadas por actos de corrupción, a pesar de que el gobierno de AMLO dijo que no participarían empresas internacionales con antecedentes en este delito.
Cabe mencionar que en junio de hace 19 años, Technip acordó pagar 338 millones de dólares (mdd) y resolver las acusaciones en Estados Unidos por sobornos a funcionarios del gobierno de Nigeria, con el fin de obtener contratos de construcción de instalaciones de gas natural licuado.
Technip autorizó el joint venture para contratar a dos agentes, Jeffrey Tesler y una compañía japonesa y así pagar los sobornos a oficiales nigerianos.
El entonces CEO de KBR, Albert “Jack” Stanley, se reunió con funcionarios nigerianos para que designaran a un representante con quien la empresa debería negociar los sobornos.
Así que el consorcio pagó 132 millones de dólares a una corporación controlada por Tesler y más de 50 mdd a la empresa comercial japonesa durante el plan del soborno.
Por su parte, la firma constructora Bechtel, con ingresos por 25,900 mdd anuales, fue vinculada en un caso de corrupción en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos.
De acuerdo con información de Forbes, en 2016, la Oficina de Fraudes Graves (SFO, por sus siglas en inglés) de Reino Unido abrió una investigación en contra de la empresa Unaoil luego de que en 2010 alcanzara un acuerdo con Leighton Holdings que más tarde, en 2011, el grupo denunció como corrupción sobre un contracto por 500 mdd para un ducto en Iraq.
Sin embargo, unos documentos filtrados revelaron que las empresas Borghi y Unaoil podrían ganar cientos de miles de dólares si ayudaban al consorcio encabezado por WorleyParsons a ganar un contrato en el campo petrolero Kashagan, ubicado en Kazajstán, de acuerdo con el diario australianoThe Sydney Morning Herald. Además, KBR también fue involucrado en actos de corrupción con Unaoil.
En enero de 2019, Nahle aseguró que se eligió el esquema de la licitación restringida para evitar la participación de empresas con antecedentes de sobornos.
“Va a ser una licitación restringida porque vamos a invitar a las empresas especialistas, serias (…) estamos evitando empresas internacionales que tengan antecedentes de corrupción. Esa es una de las premisas que ha mandado el presidente”, declaró la funcionaria encargada de la política energética en el foro Energy México 2019 Oil & Gas Power.
También dijo que en apego a las instrucciones del gobierno federal, las bases de licitación contemplaron algunos requisitos como el contenido nacional, que está especificado con un mínimo de 50%, garantizará la transferencia tecnológica y que el personal que se contrate sea mexicano, además de un tiempo límite para su edificación en Dos Bocas.
Según Nahle, Pemex cumplió en tiempo y forma con la solicitud del permiso de refinación.
«Antes no era necesario el permiso de refinación, la última se hizo hace 40 años, de acuerdo con la Reforma Energética se planteó en la Ley de Hidrocarburos lo que se necesita para el permiso de refinación y Pemex cumplió con todo y se le otorgó el permiso de esta refinería».
El gobierno mexicano pretende que la megaobra de refinación procese 340,000 barriles diarios de crudo maya de 22 grados API y comience operaciones en 2021. Para lograrlo, la nueva administración gastará 8,000 millones de dólares (mdd).
Su objetivo es que la refinería ayude a terminar con las importaciones de combustible desde Estados Unidos, que hoy representan casi el 80% de la demanda nacional.