Una nueva investigación ha revelado que la percepción del cambio climático está fuertemente influenciada por el lugar de residencia. A medida que nuestro planeta experimenta temperaturas récord y eventos climáticos extremos, la conciencia sobre el cambio climático está en constante aumento.
Sin embargo, no todos perciben esta amenaza de la misma manera. Los resultados del estudio titulado: «Lugar de apego y percepción del cambio climático como amenaza en zonas rurales y urbanas» (2023) indican que existe una clara diferencia en cómo las personas en diferentes lugares perciben el cambio climático, especialmente entre áreas urbanas y rurales, de acuerdo con The Conversation
Diferente percepción del cambio climático entre ciudad y áreas rurales
Las áreas urbanas se enfrentan a desafíos específicos relacionados con el cambio climático que difieren sustancialmente de los de las zonas rurales. Por ejemplo, se ha documentado que las áreas urbanas cuentan con menos superficies naturales, lo que conlleva problemas relacionados con el drenaje de aguas pluviales, un aumento en las temperaturas y una menor evaporación.
En contraste, las personas que habitan en áreas rurales tienden a establecer una conexión más profunda y arraigada con el entorno en el que residen. Están más en contacto con la naturaleza y suelen sentir un vínculo apasionado con ella, especialmente cuando sus medios de subsistencia dependen directamente de este entorno natural. Esto plantea una pregunta fundamental: ¿Cómo experimentan las personas que viven en entornos urbanos la amenaza del cambio climático en comparación con aquellas que residen en áreas rurales?
A partir de una muestra representativa que abarcó a 1,071 encuestados de todo el Reino Unido, se descubrió que las personas en áreas rurales exhibían niveles más elevados de apego al lugar en el que vivían, una observación que estaba en línea con las expectativas iniciales. Sin embargo, lo que resultó sorprendente fue la constatación de que la percepción de la amenaza del cambio climático en las zonas rurales más remotas era inferior.
Razones detrás de la perspectiva climática
Para comprender mejor este resultado inesperado, se llevaron a cabo investigaciones adicionales que condujeron a la identificación de tres explicaciones convincentes:
a) Conciencia:
Las personas en áreas rurales pueden no estar tan conscientes del cambio climático como las personas en entornos urbanos. Aunque esta afirmación ha sido válida en países como China, su aplicabilidad a los participantes de este estudio requería una evaluación más detenida. No obstante, al profundizar en el análisis, se reveló que el efecto estaba vinculado principalmente al nivel educativo en lugar de al lugar de residencia en sí.
La investigación indicó que, en general, en el Reino Unido, los niveles de conciencia sobre el cambio climático son considerablemente elevados. No obstante, esta conciencia no siempre se traduce en disposición para tomar medidas concretas o en cambios de comportamiento.
b) Experiencia: Las personas en áreas rurales pueden no experimentar el cambio climático de la misma manera que las personas en áreas urbanas. Esto se debe a que las zonas rurales generalmente cuentan con más espacios verdes que las áreas urbanas, lo que puede generar condiciones climáticas más tolerables, como temperaturas más frescas debido a la sombra proporcionada por los árboles.
Investigaciones previas han indicado que, históricamente, los habitantes rurales solían mostrar cierto escepticismo hacia el cambio climático, una actitud que podría estar relacionada con sus diferentes percepciones de la amenaza.
c) Resiliencia: Las personas que residen en áreas rurales pueden ser más resistentes al cambio climático. Este fenómeno ya ha sido observado en lugares como Ghana, donde el impacto del cambio climático en los medios de vida de los agricultores se acompaña de una baja vulnerabilidad al cambio climático y una alta resiliencia ante sus efectos. Aunque las personas en áreas rurales pueden estar conscientes del cambio climático y pueden experimentarlo de manera similar a las que viven en entornos urbanos, podrían haber desarrollado formas más efectivas de lidiar con sus consecuencias debido a su conexión más estrecha con la naturaleza. Esto podría haberles enseñado a ser más adaptables en su enfoque para enfrentar el cambio.
Así, aunque inicialmente resulta sorprendente que un mayor apego al lugar en personas que residen en áreas rurales no necesariamente se traduzce en una percepción más aguda de la amenaza del cambio climático, se puede discernir que existen razones fundamentadas para esta divergencia.
El cambio climático es, sin lugar a dudas, motivo de preocupación para la mayoría de las personas y, a menudo, se asocia con un aumento en la ansiedad. Es inevitable que las personas reaccionen emocionalmente ante eventos climáticos extremos que afecten sus vidas. No obstante, lo que verdaderamente importa es lo que hacen en su cotidianidad, en qué medida reconocen que las condiciones están cambiando y si están dispuestas a tomar medidas concretas.
Esto podría implicar modificaciones en sus propias rutinas diarias, participación activa en cuestiones políticas o medidas a nivel local para fortalecer su resiliencia frente a eventos climáticos extremos, como inundaciones, olas de calor o tormentas violentas. Si bien la percepción del cambio climático puede variar según el lugar de residencia, la necesidad de actuar es universal y apremiante.