Persiste menor sueldo y exigencia de certificados de ingravidez.
Todavía hoy, en México las mujeres ganan menos que los hombres por desempeñar trabajo igual. Y aunque oficialmente el promedio es de apenas 5 por ciento de sueldo menor para ellas, según el Índice de Discriminación Laboral 2012, otras fuentes como el Informe sobre el Desarrollo Mundial 2012: Igualdad de Género, señalan que la brecha es más amplia y puede llegar al 20 por ciento.
El sueldo menor no es el único problema de discriminación en el trabajo por cuestión de género. La Encuesta Nacional de Relaciones en la Dinámica Familiar (Endireh) 2011 documenta que 5 millones de mujeres asalariadas fueron víctimas de violencia laboral (la que se comete y está relacionada con este ámbito por empleadores o patrones). Esta cifra representa a casi tres de cada diez asalariadas.
Según la Endireh, a ocho de cada diez les solicitaron la prueba de embarazo –lo que es ilegal- mientras que a otras por la condición de maternidad las despidieron, no les renovaron el contrato a su regreso tras la incapacidad o les otorgaron menor sueldo.
En México, 40 de cada 100 mujeres participan en algún tipo de actividad económica, refiere la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI. Muchas en condiciones precarias (menor a un salario mínimo), lo que las mantiene sumidas en la pobreza y 8.4 por ciento de ellas ni siquiera recibe remuneración por su trabajo fuera del hogar.
Por otra parte, los requisitos para emplear mujeres pasan por criterios como edad –menores de 35 años-, estado civil y hasta apariencia –talla y peso-. La Endireh señala que al 11.2 por ciento no las contrataron o las despidieron debido a su edad o estado civil y dos de cada diez se les negaron ascensos frente a los varones.
Sarahí, madre de tres hijos, labora en intendencia en un hospital. Con su sueldo de 5 mil pesos al mes debe hacer frente a la manutención de la familia. Tiene esposo que trabaja por su cuenta en reparaciones del hogar pero los ingresos son fluctuantes. “A veces le va mejor y hay otras que estamos muy apretadas con los gastos”, dice. Sobre ella recae además el cuidado de su madre diabética y la mayor parte de las tareas domésticas, anota.
Según el Censo de Población y Vivienda 2010 del INEGI, el 26.4 por ciento de los hogares son encabezados por una mujer, donde no sólo llevan el peso total de la economía sino del trabajo doméstico.
Fuente: Milenio