Kami es una pequeña de cinco años que vive en Sudáfrica y tiene el virus del VIH.
Ella tiene una historia muy grande qué contar respecto al padecimiento y por ello en Plaza Sésamo cuenta su historia y además educa a los niños sobre esta enfermedad, y así, poder eliminar el estigma en torno al padecimiento.
“Kami” llegó hace años a Plaza Sésamo muy nerviosa ante la posibilidad de que los demás no quisieran estar cerca de ella, sin embargo, su recibimiento fue muy cálido, pues el personaje no sólo educa respecto al virus, sino que también habla de aceptación, de hecho, su nombre proviene de la palabra setwana «kamogelo», que significa «aceptación».
Kami es una portadora saludable del VIH, padecimiento del que conoce mucho, pues su mamá falleció a consecuencia de la enfermedad, es por eso que su misión es informar al respecto y fomentar la aceptación de los niños hacia los portadores.
Cabe mencionar que en 2002, cuando fue su debut, ella fue nombrada por la UNICEF como la “campeona de los niños”, en un video donde aparece al lado del expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, para dar un mensaje acerca del VIH.
El títere ha enseñado a los niños que abrazar a personas con VIH es inofensivo, a cómo sobrellevar la enfermedad y les explica la muerte a los más pequeños, al mismo tiempo que es juguetona y cariñosa con sus compañeros del programa.
Plaza Sésamo rompe con tabúes
El programa Sésamo se ha caracterizado por romper tabúes y lo ha demostrado de diferentes maneras.
Hace unas semanas lo hizo al hablar del problema de adicciones y compartió un video en donde presentan a Karli, ella aparece Elmo, a quien agradece por haber cuidado de ella mientras su mamá se encontraba «en junta».
Elmo se imagina que esa junta es una reunión típica de amigos y asegura que a él también le encanta participar en este tipo de convivencias, sin embargo, Karli le confiesa que su madre acude a un grupo de ayuda contra la adicción a las drogas:
“Ella va diario para mantenerse saludable. Mi mamá necesita ayuda para poder cuidarse mejor así misma”.
Tener a este nuevo personaje es parte de la decisión de los productores al alinearse con la iniciativa Sesame Street en las comunidades, una plataforma digital que cuenta con herramientas multimedia en inglés y español para ayudar al desarrollo de los niños.
De la manera que están presentando a Kami, se puede decir que la serie está dando un paso importante en materia de inclusión con el fin de que los niños aprendan a aceptar a personas con esta enfermedad sin juzgarlas.
Kami apareció para ayudar a los tantos niños en Sudáfrica que viven la crisis del VIH/SIDA. Se cree que Sudáfrica tiene la más grande población de infectados con el VIH en el mundo – aproximadamente 5.7 millones de personas. Se estima que 280,000 de los infectados son menores de 14 años a menos y el virus ha causado la orfandad de 1.4 millones de niños.
Muchos blogueros, como el que escribe en Muppets and History, ven en Kami otro ejemplo de cómo Plaza Sésamo traspasa barreras.
Entre los blogueros se encuentra Steisha Pintado quien escribe en una de sus entradas de su blog que Kami le enseña a los niños que abrazar a alguien con VIH es inofensivo, y explica qué hacer si ella se corta el dedo o si tú te cortas el tuyo.
Le enseña a su joven audiencia sobre cómo sobrellevar la enfermedad y la muerte de alguien… Aunque nunca se emplea el término sexo cuando se explica la condición de Kami, algunas personas dicen que es inapropiado presentar un personaje con VIH en un programa infantil. Incluso hay una legislación que estipula que Plaza Sésamo perdería el auspicio del gobierno si se transmite el programa con dicho personaje en nuestro país. Me sorprendí tremendamente cuando escuché tales palabras. Los padres pasamos cada vez menos tiempo con nuestros hijos, lo que permite que la televisión los eduque cada vez más.
Entonces, muchos padres no estamos educando a nuestros hijos sobre conceptos como toma de consciencia y aceptación. Ya antes los padres permitimos que Plaza Sésamo presenté temas de aceptación de personas discapacidad o enfermas, y también con personas de distinta raza o religión. ¿Por qué esta vez es diferente?
