De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el mundo existen mil millones de personas con discapacidad, de las cuales el 80% está en una edad económicamente activa; sin embargo, pocas cuentan con un empleo. Debido a este panorama, la iniciativa de ley que está por aprobarse en México, podría ayudar a abrir más espacios para personas con discapacidad en el trabajo.
La instancia mundial también afirma que las mujeres con discapacidad son el sector más golpeado por esta baja permeabilidad: «se enfrentan a enormes barreras actitudinales, físicas y de la información que dificultan el disfrute a la igualdad de oportunidades».
Entender la discapacidad
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la discapacidad como las deficiencias, las limitaciones de la actividad y las restricciones de la participación. Este tipo de afecciones pueden estar relacionadas con la estructura o función corporal.
Dependiendo de cómo las experimente una persona, se pueden clasificar en:
- Discapacidad física: Puede ser temporal o definitiva, son las alteraciones más frecuentes como secuelas de poliomielitis, lesión medular (parapléjico o cuadripléjico) y amputaciones.
- Discapacidad sensorial: Se contemplan a personas con deficiencias visuales y auditivas o con dificultades de comunicación y lenguaje.
- Discapacidad intelectual: Consiste en la disminución de las funciones mentales, se consideran enfermedades mentales, psicosociales y algunas crónicas.
- Discapacidad psíquica: Es la que incluye alteraciones neurológicas y trastornos cerebrales.
Durante mucho tiempo se ha luchado por incorporar a quienes tienen una discapacidad a los aspectos sociales sin excepción, ya que todas las personas son parte de la comunidad y deben gozar de los mismos derechos.
Aunque según la clasificación de la OMS, la discapacidad puede provenir de una enfermedad, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha establecido que no es un padecimiento sino «una condición que puede desaparecer si eliminamos las barreras del entorno».
El panorama de las personas con discapacidad en el trabajo
Las personas con discapacidad representan el 15% de la población mundial, es decir, unos mil millones de individuos. Ellos deben enfrentar más obstáculos que quienes no tienen una condición similar.
En comparación con las personas sin discapacidad, las personas con discapacidad experimentan mayores tasas de desempleo e inactividad económica y están en mayor riesgo de una protección social insuficiente.
Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Además, esto los pone en una situación de doble vulnerabilidad, puesto que también suelen ser objetos de discriminación en dependencias legales y de salud. Aunado a ello, la falta de espacios laborales adaptables así como los prejuicios por parte de los empleadores suele aumentar la tasa de desempleo en esta población.
La pandemia agudizó esta problemática, ya que al menos en México “la primera línea de empleados que mandaron a casa fue a quienes tienen una discapacidad”, afirma Ernesto Rosas Barrientos, director de Enlace Interinstitucional de la Confederación Mexicana de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (Confe).
Las carencias en materia de derechos humanos intensifican el panorama para aquellos que por alguna condición física o congénita tienen otras necesidades para desarrollar actividades laborales.
Reforma a la Ley del Trabajo en México
Recientemente, reporta El Economista, el Senado de la República mandó a revisión una iniciativa de reforma a la Ley General del Trabajo que podría obligar a las empresas a que un 5% de su personal sean personas con discapacidad.
Uno de los temas más dolorosos y sentidos de las personas con discapacidad es precisamente no poder ser incluidos en las empresas para desarrollar un trabajo.
Patricia Mercado, secretaria de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado.
Sumado a esta medida (de ser aprobada por la Cámara de Diputados) la reforma implicaría que las corporaciones deberán diseñar criterios y procedimientos que favorezcan el reclutamiento y la permanencia de las personas con discapacidad, campañas de sensibilización de las y los reclutadores y adaptar los espacios para el desarrollo de funciones.
Mercado, asegura que «la aprobación de este dictamen no es una muestra de buena voluntad, sino de un acto indispensable de justicia». Ya que las personas con discapacidad son el 7% de los habientes mexicanos.
Es momento de derribar los muros que marginan a millones de personas del empleo, y con ello saldar la deuda que tiene el Estado con esa población.
Patricia Mercado, secretaria de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado.
Sin embargo, pocas organizaciones cuentan con políticas sólidas de inclusión, como lo comenta la senadora:
El 17% de las empresas son silenciosas en políticas de diversidad, equidad e inclusión; hacen muy poco, no tienen un plan de acción y tampoco comunican nada al respecto.
Patricia Mercado, secretaria de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado.
Empresas frente a la inclusión
De entrar en vigor la reforma, las compañías se verían forzadas a modificar sus estatutos, tanto de contratación como de funciones en los espacios, ya que para integrar de manera correcta a las personas con discapacidad en el trabajo se requieren más que esfuerzos burocráticos.
Lo cierto es que excluyendo a este sector poblacional se está perdiendo una valiosa fuerza de trabajo, además «la exclusión de personas con discapacidad representa para los países una pérdida de entre 3 y 7 por ciento del PIB«.
Las corporaciones deberán estar atentas a la decisión de la Cámara Baja, por ello es momento de implementar acciones que beneficien tanto a su estrategia Responsabilidad Social Empresarial (RSE) como a la posibilidad de tener que cumplir con la obligación de incluir a personas con discapacidad en el trabajo.
El Banco Mundial recomienda estas tres acciones para las compañías logren una mejor inclusión laboral de jóvenes con discapacidad que pueden aplicarse a la población de cualquier edad:
- Diseñar programas de formación sensibles a la discapacidad.
- Proporcionar entornos accesibles.
- Explorar otras formas de contratación.
Asimismo, la institución señala que se requiere desmitificar que los costos de contratación y de adaptación para integrar colaboradores con discapacidad son altas. «En Estados Unidos un estudio encontró que el 56% de los ajustes no tuvieron costo alguno, mientras que las adaptaciones restantes tuvieron un costo promedio de 500 dólares (en comparación con una inversión de 343 en la contratación de un empleado sin discapacidad)».
Por lo que no existe una gran diferencia entre alguien con y sin discapacidad, ante ello también hay que resaltar que la tarea de incluir a todas las personas que quieran hacerlo en los sectores productivos es una tarea urgente que puede aportar una mejora a toda la sociedad.
La reforma planteada por las autoridades de nuestro país demuestra su compromiso con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, de cual forma parte.
Incluso hay programas que ayudan a que la inserción laboral sea más eficaz, por ejemplo, el gestionado por Vida Independiente, Fundación Mexicana y FHADI, donde se «realizan actividades de regularización académica, capacitación laboral e inclusión laboral».
Aún falta mucho por hacer y aunque quizá la cuota de contratación y las especificaciones legales podrían contribuir a erradicar la discriminación y facilitar el accesos a una vida digna a las personas con discapacidad, también es cierto que se requiere hacer más.
