Los efectos económicos de la pandemia de COVID-19 han dejado al descubierto muchas de las grietas estructurales de la sociedad, como los vacíos de los sistemas sociales y las desigualdades socioeconómicas entre comunidades privilegiadas y marginadas, en especial personas con discapacidad.
Mientras que los informes anteriores se han centrado en los efectos sanitarios inmediatos del virus en las personas discapacitadas debido a condiciones médicas preexistentes, un nuevo estudio considera su impacto económico.
¿Qué dice el estudio?
El estudio, publicado en la revista Oxford Academic Journal for Public Health, ha revelado que las personas con discapacidad en el Reino Unido han sufrido un mayor impacto económico, concretamente en términos de empleo y seguridad financiera.
El estudio, realizado por investigadores australianos, con financiación del Consejo Nacional de Salud e Investigación Médica de Australia, comparó los datos de la encuesta prepandémica con los tomados durante la pandemia, para personas en edad de trabajar con y sin discapacidad.
Los datos de la pandemia se tomaron mensualmente en abril, mayo y junio de 2020, durante los cuales el Reino Unido estuvo bloqueado con fuertes restricciones a la apertura de negocios no esenciales, a los viajes y al contacto social.
Las encuestas abordaron la pérdida de empleo (por despido o suspensión) y la reducción de las horas de trabajo, así como medidas de estrés financiero y seguridad, incluyendo la pobreza alimentaria y la deuda.
Se preguntó a los encuestados si habían tenido que recurrir a los bancos de alimentos o habían pasado hambre, y si se las arreglaban para pagar el alquiler, la hipoteca y las facturas del hogar. También se les pidió que autoevaluaran su situación económica entre «vivir cómodamente» y «tener dificultades».
El equipo de investigación, dirigido por Eric Emerson, profesor de salud de la población discapacitada de la Universidad de Sidney, descubrió que las personas con discapacidades se han visto notablemente más afectadas en estos términos económicos que las personas que viven sin discapacidades.
Resultados
Se descubrió que el 50% de las personas con discapacidades habían tenido que reducir sus horas de trabajo, en comparación con el 45% de las personas sin discapacidades.
- El 7% de las personas discapacitadas había recurrido a un banco de alimentos, frente al 1.,7% de las personas sin discapacidad.
- El 8.1% había pasado hambre en abril, frente al 4.4%.
- El 16.6% -frente al 9.1%- se había retrasado en el pago de las facturas.
- El 18% se describía a sí mismo como en una situación financiera difícil, frente al 8.4%.
Los autores también destacaron que las personas discapacitadas se enfrentan a más luchas socioeconómicas incluso sin los retos de la pandemia. Antes de COVID-19, el 55% tenía empleo, frente al 83% de los que no tenían discapacidades.
Esto atenúa un poco los resultados, pero también significa que, al producirse cambios tan significativos en una población relativamente pequeña, la pérdida de empleo y las dificultades económicas fueron aún más notables.
¿Qué dice la ONU?
«Los factores de estrés financiero«, como la pobreza de ingresos, la pobreza alimentaria y la inseguridad en el empleo, afectan a las personas con discapacidad incluso en tiempos normales, dicen los autores, señalando un artículo escrito por el secretario general de la ONU, António Guterres, en mayo.
Incluso en circunstancias normales, las personas con discapacidad tienen menos posibilidades de acceder a la educación, la atención sanitaria y las oportunidades de ingresos o de participar en la comunidad.
La pandemia está intensificando estas desigualdades, y produciendo nuevas amenazas.
También se sabe que el estrés económico causa problemas de salud y bienestar a largo plazo.
Guterres habló de la necesidad urgente de «una respuesta gubernamental que incluya a las personas con discapacidad» mientras los países de todo el mundo reconstruyen sus economías.
Insto a los gobiernos a que sitúen a las personas con discapacidad en el centro de los esfuerzos de respuesta y recuperación de COVID-19 y a que consulten y hagan participar a las personas con discapacidad.
António Guterres, secretario general de la ONU.
En su evaluación, los investigadores coinciden en que se trata de una «oportunidad para diseñar y construir sociedades más inclusivas y accesibles«. En el caso de Gran Bretaña, afirman que «estas peticiones no han sido atendidas o, si se han aplicado medidas, han sido hasta ahora ineficaces«.
El portal Fast Company comentó que un portavoz del gobierno del Reino Unido escribió que en primavera estrenará una Estrategia Nacional para las Personas Discapacitadas:
Sabemos que las personas discapacitadas se ven afectadas de forma desproporcionada por esta pandemia; por eso hemos trabajado duro para garantizar que tengan acceso continuo a las prestaciones por discapacidad, más apoyo financiero, alimentos, medicamentos, orientación y comunicaciones accesibles desde el inicio del brote.
Portavoz del gobierno del Reino Unido.
