Por no cumplir con su deber al intentar contener el brote de peste porcina africana, las autoridades chinas han «castigado» a un total de 223 funcionarios. Desde su comienzo en agosto de 2018, se ha extendido a 23 provincias del país, según lo informa el portal de noticias económicas Caixin.
Por otro lado, según información del comunicado que fue publicado por una rama provincial del Partido Comunista de China (PCCh), 181 funcionarios de las regiones de Liaoning (noreste), 14 de Anhui (este) y 28 de Hunan (centro), han sido sancionados con deméritos, advertencias o, en algunos casos, despidos.
Y es que tras una investigación del Consejo de Estado (Ejecutivo), el proceso se llevó a cabo y se descubrió que en dichas provincias algunos funcionarios habían ignorado órdenes y prohibiciones y no habían cumplido con sus obligaciones.
Aparentemente todos los casos están relacionados y se ha extendido dada la falta de control sanitario. Hasta momento, se ha presentado 16,970 muestras para hacer el informe de análisis.
Este hecho no ha repercutido significativamente en los precios que, desde finales de julio hasta finales de agosto, se mantienen estables entre los 12,80 y 14 RMB el kilogramo de cerdo vivo, siendo el de Shanghai el más alto (RMB14.5/KG) y el de Liaoning el menor (RMB12.2/KG).
Fue en Liaoning, donde se detectó el primer caso del brote, algunos trabajadores públicos postergaron la aplicación de medidas preventivas o incluso ocultaron información deliberadamente.
Peste porcina en China
La peste porcina africana es de alta mortalidad entre cerdos y jabalíes -la tasa puede alcanzar el 100 %, según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).
Sin embargo, es inofensiva para humanos y otros animales. Se trata de una enfermedad hemorrágica altamente contagiosa que puede causar la muerte entre dos y diez días tras haber sido contraída.
La carne de este mamífero es una de las principales fuentes de alimentación del país que además se sitúa como el principal productor y consumidor mundial de la carne puerco.
Según Caixin, en China existen unos 700 millones de cerdos.
Por tanto, este brote -declarado el pasado 3 de agosto- ha supuesto una contracción del negocio de muchas cárnicas debido a las restricciones impuestas a la venta de productos porcinos.
En algunas regiones como Sichuan (centro) han prohibido la importación de carne fresca de cerdo para evitar que se extienda la enfermedad.
A finales de noviembre de 2018, las autoridades revelaron que la enfermedad había obligado a sacrificar a unos 600 mil cerdos, número que probablemente haya aumentado desde entonces ya que se han seguido registrando casos en diferentes partes del país.
El brote, pese a que revierte gran peligro por lo devastador de sus consecuencias en China (están afectados 430 millones de ejemplares), ya que no se dispone de vacuna ni cura para el virus, se sabe que no afecta a los humanos. Hasta el momento tanto el Gobierno Chino como la OIE están evaluando el posible impacto y las medidas internacionales que pueden afectar a la industria porcina mundial.