En marketing, un imperativo es no sólo concentrarse en el target o segmento específico escogido, sino mirar también a los clientes a futuro. Tomemos como ejemplo la mercadotecnia deportiva: ¿Por qué las grandes marcas hacen ropa para niños? ¿Será porque se ven muy tiernos cuando los padres los llevan vestidos así al estadio? ¡Por supuesto que no! Es porque los pequeños son «esponjas» que se pueden condicionar y mañana serán quienes nos van a comprar. No es muy socialmente responsable decirlo así… pero es una de las verdades del marketing.
Ahora, ¿Puede la responsabilidad social utilizar el mismo condicionamiento y lograr actitudes positivas? En lo que reflexionamos sobre ello, PETA ya lo está haciendo, con su website para niños, PETAKids. En él, se inculca por supuesto el vegetarianismo y la convivencia respetuosa con los animales; incluso hay merchandising con leyendas referentes al tema como «Soy 100% libre de crueldad» o baberos con la imagen de un pollito y copys como «No soy un nugget» o «Amame, no me comas.» También es posible adquirir mochilas, libros, pulseras y otros accesorios.
Para muchos, PETA podrá ser excesivo en su activismo, sin embargo ¿No están dando cátedra de cómo inculcar la RS desde pequeños?, ¿No es éste un buen camino para lograr una mejor sociedad mañana? Esto es un buen aval e impulso para aquellas compañías que ejecutan jornadas de reforestación y otras acciones sociales o ambientales con niños; una práctica que debiera ser más frecuente y común.
