Por: María José Evia Herrero
Petróleo sangriento es una película intensa. En dos horas y media nos cuenta la historia de Daniel Plainview, un trabajador de minas que a finales del siglo 19 en Estados Unidos encuentra petróleo, convirtiéndose así en un millonario hecho a sí mismo con una compañía petrolera. Plainview es un personaje ambicioso y calculador, pero fascinante de observar.
Al inicio de la película, Daniel es un trabajador pobre que se ve de pronto con dinero y con un bebé, hijo de un compañero que muere en el trabajo. Estos dos elementos le permiten transformarse en un rico hombre de familia que le pide a comunidades donde hay petróleo que le vendan sus tierras.
La mayor parte de la acción transcurre en California, en una comunidad pobre que Daniel transforma en un centro petrolero próspero. Parece ser un jefe compasivo: evita que las familias golpeen a los niños, construye escuelas y les da una forma de vivir a los habitantes, que antes de su llegada estaban sobreviviendo precariamente.
Las dos fuerzas que controlan a la población son el petróleo y la iglesia, representada por Eli Sunday, un pastor que presiona a Daniel no solo por donaciones, sino por asistir a sus ritos. Estos dos personajes dependen del otro muy a su pesar: Daniel necesita el respeto de la población, y por lo tanto de su pastor, mientras que Eli necesita del dinero del empresario para expandir su influencia. Su lucha de poder es central a la historia, y las consecuencias afectan directamente a quienes los rodean.
La película muestra con detalle las condiciones de trabajo y los terribles accidentes que sucedían en los primeros años del boom del petróleo. Es muy interesante observar los inicios de la industria en la que se basa nuestra economía actual y el poder de Estados Unidos a través de la vida de un personaje ficticio como muchos de la vida real. El concepto de «hombre hecho a sí mismo» sigue siendo esencial para la cultura de ése país, pero no debemos olvidar que para la aparición de un magnate como estos fue y sigue siendo necesario el sacrificio de muchos otros.