La preocupación por la pérdida de biodiversidad global ha impulsado a más de 100 organizaciones sin fines de lucro, académicos y empresas a solicitar la adopción de una nueva certificación: el Estándar Global de Biodiversidad (TGBS). Esta certificación, que se lanzará oficialmente en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16) en Cali, Colombia, busca verificar la eficacia de las soluciones basadas en la naturaleza para conservar la biodiversidad y detener el greenwashing.
Al alinearse con los objetivos del Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal, establecidos en la COP15, el TGBS pretende proporcionar un estándar confiable y transparente que aborde esta práctica que ha socavado la credibilidad de muchas iniciativas ecológicas y manchado la reputación de diversas empresas. ¿Podrá esta medida lograr combatir el greenwashing e impulsar la restauración del medio ambiente? ¡Te decimos!
Un estándar con respaldo internacional
El Estándar Global de Biodiversidad ha sido desarrollado por una coalición internacional de expertos, y su trascendencia radica en el respaldo de científicos, académicos y empresas de todo el mundo. El TGBS ha sido probado en más de 120 sitios a nivel mundial y cuenta con aportaciones de cientos de científicos especializados en biodiversidad. Su objetivo es garantizar que las soluciones basadas en la naturaleza, como la plantación de árboles, no solo mitiguen el daño ambiental, sino que también contribuyan eficazmente a la restauración de los ecosistemas y a la preservación de especies en peligro.
Asimismo, la certificación ha recibido el apoyo de diversas organizaciones mediante una carta abierta en la que figuran las firmas de Waitrose, Wildlife Conservation Trust, la Universidad de São Paulo y la Universidad de Cambridge, entre otras.
La importancia de esta certificación radica en que muchos proyectos de restauración han fallado al no monitorear adecuadamente los resultados ecológicos o al no incluir a especies en riesgo. Según la directora general de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la doctora Grethel Aguilar, el TGBS brindará garantías tanto a financistas como a formuladores de políticas, asegurando que los esfuerzos en pro de la biodiversidad se realicen de manera efectiva y transparente, contribuyendo también a detener el greenwashing.
La crisis de biodiversidad sigue creciendo
La urgencia de adoptar un estándar como el TGBS se ve reflejada en los alarmantes datos sobre la crisis de biodiversidad. Según el informe Planeta Vivo de WWF, el tamaño de las poblaciones de vida silvestre ha disminuido un promedio del 73% en los últimos 50 años. Investigaciones de Botanic Gardens Conservation International (BGCI) revelan que una de cada tres especies de árboles a nivel mundial está en peligro de extinción. Ante esta situación, es evidente que los esfuerzos por restaurar los ecosistemas, aunque bien intencionados, no han sido suficientes.
A pesar de que muchas iniciativas de restauración de ecosistemas cuentan con objetivos basados en la ciencia, muchas de ellas, como la plantación masiva de árboles, a menudo no consideran factores cruciales, como la selección de especies nativas o la adaptación de las plantas al entorno local, lo que impide que estos proyectos den buenos resultados.
Además, muchas veces los resultados no se miden con precisión, lo que impide conocer el verdadero efecto de estos proyectos en la biodiversidad. El TGBS se presenta como una herramienta crucial para cambiar esta narrativa y contribuir a detener el greenwashing, ofreciendo un estándar que exige un monitoreo riguroso y un enfoque más científico en la restauración de los ecosistemas, tal como ha expresado el secretario general de Botanics Gardens Conservation International (BGCI), Paul Smith:
“Durante años, hemos observado cómo las soluciones basadas en la naturaleza, bien intencionadas, no han logrado restaurar eficazmente nuestros ecosistemas en declive. Esta norma cambiará eso”.
Paul Smith, secretario general de BGCI
La necesidad de mayor responsabilidad
El greenwashing ha sido una estrategia recurrente utilizada por empresas que buscan posicionarse como ambientalmente responsables sin hacer cambios reales en sus prácticas. Un estudio reciente revela que el 90% de las corporaciones más grandes del mundo involucradas en proyectos de restauración no informan adecuadamente sobre los resultados ecológicos ni cuantifican los impactos sociales o económicos en las comunidades locales.
La certificación TGBS podría ser una solución para detener el greenwashing, obligando a las empresas a seguir un estándar medible y auditable que asegure que sus acciones beneficien verdaderamente a la biodiversidad y no sean meras estrategias de marketing.
La participación de empresas, ONG y el respaldo académico otorgan legitimidad a la iniciativa, pero su éxito dependerá de la implementación rigurosa y el compromiso a largo plazo de todas las partes involucradas. La certificación no solo pondrá en evidencia a quienes practican el greenwashing, sino que también alentará a las empresas a adoptar soluciones más efectivas y responsables.
¿Solución al greenwashing?
El Estándar Global de Biodiversidad tiene el potencial de ser una herramienta efectiva para frenar el greenwashing y mejorar la eficacia de las soluciones basadas en la naturaleza. Su respaldo por parte de expertos y organizaciones internacionales, sumado a su alineación con el Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal, lo convierten en un paso importante hacia la restauración de los ecosistemas y la conservación de la biodiversidad.
Sin embargo, la clave para su éxito radica en la implementación y el cumplimiento riguroso del estándar. Las empresas y gobiernos deberán comprometerse a seguir estas pautas si realmente desean generar un cambio positivo y detener la degradación ambiental. En un mundo donde la biodiversidad está en riesgo, el TGBS ofrece una oportunidad crucial para combatir el greenwashing y proteger nuestro planeta para las generaciones futuras.
