En octubre cientos de miles de productos se pintan de rosa para apoyar a la lucha contra el cáncer de mama, esto no es novedad, pero la iniciativa de la empresa de energía Baker Huges (en alianza con la OSC Susan G. Komen for the Cure) sin duda se lleva el premio por ser la más inesperada y una de las más absurdas, ya que consiste en fabricar mil taladros rosas, que sirven para hacer facturación hidráulica o fracking.
Según la página web de la empresa estos taladros se distribuirán en todo el mundo y «sirven como un recordatorio de la importancia de apoyar la investigación, el tratamiento, la autoexploración y la educación para ayudar a encontrar una cura para esta enfermedad, que toma una vida cada 60 segundos.» Además de fabricar los taladros, Baker Huges hizo una donación de 100 mil dólares a la organización, una cantidad muy pequeña si tomamos en cuenta que se trata de la empresa de servicios petroleros más grande del mundo.
La cantidad donada es solamente uno de los problemas de esta alianza, ya que por supuesto un taladro rosa no es un buen vehículo para «crear conciencia». Pero lo más alarmante es que la práctica del fracking ha sido criticada por ser peligrosa para el medio ambiente y también se ha relacionado con el cáncer de mama y la leucemia. De hecho, el sitio web de Susan G. Komen for the Cure describe los riesgos asociados con dos de los químicos que se usan en la facturación hidráulica.
Las críticas a la campaña y a la organización no tardaron en llegar. Breast Cancer Action, otra OSC contra la enfermedad, lanzó un comunicado en el que expresa su desacuerdo, afirmando que «BCAction toma esta alianza como el ejemplo más atroz de pinkwashing que jamás ha visto». Además, su directora dijo:
Con todos los químicos tóxicos que Baker Huges está inyectando en el subsuelo, pensábamos a la empresa no le importaba la salud de las mujeres. Pero esta alianza con Komen deja claro la postura de ambas organizaciones en este tema.
Ante esta lluvia de cuestionamientos, una vocera de Komen le dijo a los medios que que la alianza surgió gracias a la participación de Baker Huges en una carrera contra el cáncer en Houston, y que «en este momento, la evidencia no establece una conexión entre el fracking y el cáncer de mama.»
No es la primera vez que Susan G. Komen for the Cure se enfrenta a críticas por sus alianzas. Ya antes otros activistas han cuestionado su asociación con marcas de agua embotellada, ya que las botellas también contienen un producto que podría ser cancerígeno. Además, sus campañas de marketing con causa han sido acusadas de falta de transparencia respecto a los fondos, y en 2012 dejó de apoyar con donaciones destinadas a mamografías a Planned Parenthood, una ONG que ofrece servicios de salud a mujeres en clínicas de bajo costo. Esta decisión estuvo ligada a que Planned Parenthood también realiza abortos. Como consecuencia del escándalo, Komen perdió seguidores y varios de sus líderes renunciaron, incluyendo a la CEO.