Plantar árboles en los edificios ¿una alternativa sustentable?

Cada vez es más común encontrarnos con el calificativo de “verdes” al hablar de edificios alrededor del mundo que buscan a través de distintas acciones disminuir su impacto ambiental. Sin embargo, no todas las propuestas aparentemente ecológicas son viables, algunas veces quienes diseñan estos edificios pueden equivocarse seriamente en el afán de que la construcción haga evidente un diseño moderno y sostenible, al no tomar en cuenta todas las variables.

Un ejemplo de ello podrían ser los altos rascacielos que se han presentado como proyectos alrededor del mundo y que plantean árboles en las construcciones como parte de su propuesta de sustentabilidad. El científico y ecologista Tim De Chant sostiene que las razones que podría tener un arquitecto para colocar árboles en azoteas, terrazas y hasta balcones de los edificios serían meramente decorativas, ya que la fisiología de las plantas les impediría crecer sobre éstos, tomando en cuenta los fuertes vientos, el calor o frío extremos y una mayor velocidad de precipitación y sin dejar de lado la logística de riego, fertilización y poda a la que se encontrarían sometidos.

Es por ello que al pensar en construir una azotea verde, se deben tomar en cuenta diversos factores que van desde la altura y resistencia de la construcción en la que se desea instalar, hasta las características particulares de las plantas que habitarían ahí.

Consultar a un ingeniero que determine la viabilidad del proyecto y descarte futuros problemas estructurales, permitirá identificar también el tipo de superficie sobre la que deberán desarrollarse las plantas, para definir las características que deberán tener. Es recomendable elegir plantas que vayan acorde a las condiciones climáticas de donde crecerán y cuyas raíces no busquen demasiada profundidad, pero sean resistentes.

La lista de factores a considerar al momento de elegir este tipo de proyectos es larga, y cada uno de ellos es sumamente delicado, por lo que es muy importante basar estas decisiones en las opiniones de los expertos adecuados para no caer en errores que lejos de beneficiar al medio ambiente, afecten a las plantas que habiten en ese espacio.