El problema de la contaminación plástica en el mundo está superando ampliamente los esfuerzos para detenerla, lo que significa que el volumen de plásticos en los océanos a nivel mundial será cuatro veces más alto en 2040 que en 2016, según el resultado de una nueva investigación respaldada por la Fundación Ellen MacArthur.
Sarah George comenta en edie que la investigación denominada «Breaking the Plastic Wave», fue realizada por un consorcio de expertos de la Universidad de Oxford, la Universidad de Leeds, el Pew Charitable Trusts y la Fundación Ellen MacArthur, utilizando herramientas de las empresas innovadoras Systemiq y Common Seas.
Se descubrió que, a pesar del creciente número de promesas de empresas y gobiernos destinadas a frenar la contaminación por plásticos y de los altos estándares de dichas promesas, a la larga no lograrán resolver el problema.
En una trayectoria de continuidad, basada en los actuales paquetes de políticas y objetivos corporativos, el volumen de plástico en el mercado se duplicará en 20 años. Al mismo tiempo, el volumen de plástico que entra en los océanos y las vías navegables se triplicará, y las existencias mundiales de plástico oceánico se cuadruplicarán.
El documento de investigación pasa luego a establecer una trayectoria alternativa, en la que se crea una economía circular «integral» para los plásticos a nivel mundial. Estos sistemas no sólo pondrían un tope a la contaminación del plástico, sino que ahorrarían 200,000 millones de dólares (157,000 millones de libras esterlinas) en la reducción de los costes de los materiales, los costes sanitarios y los costes de limpieza de la contaminación; crearían 700,000 puestos de trabajo adicionales netos y reducirían la huella de los gases de efecto invernadero (GEI) del sector de los plásticos en una cuarta parte.
Según el informe, una economía circular integral para los plásticos está basada en tres pilares:
- Eliminación.
- Circulación.
- Innovación.
La eliminación haría que todos los plásticos «innecesarios» fueran eliminados de la economía global, con una disminución progresiva que iría más allá de los artículos simbólicos como las pajitas y los hisopos. Siempre que sea posible, los productos deberían entregarse a los clientes sin embalaje o en embalajes reutilizables y, en los casos en que sea necesario el embalaje de plástico, éste debería reciclarse ampliamente y contener una elevada proporción de contenido reciclado.
Una eliminación adecuada haría que el uso del plástico se redujera en un 50% en un plazo de 20 años.
La circulación consiste en rediseñar «rápidamente» todos los productos plásticos que aún no son ampliamente reciclables, compostables o reutilizables, y en aumentar la inversión en infraestructura y sistemas de reciclaje.
La inversión debería alcanzar los 30,000 millones de dólares (27,500 millones de libras esterlinas) por año para 2040 si se quiere cerrar las brechas de la infraestructura. Al mismo tiempo, los responsables políticos deben diseñar mecanismos que mejoren la economía del reciclaje y deterioren la economía de los vertederos, como los planes de Responsabilidad Extendida del Productor (RPE).
Si bien se elogian los progresos realizados hasta la fecha en el desarrollo de sistemas innovadores de recolección y procesamiento, en el informe se sostiene que no se han asignado suficientes fondos de I+D al diseño de nuevos productos y modelos empresariales que garanticen la eliminación y la circulación de los envases. Las industrias de plásticos y de gestión de residuos deberían aumentar el gasto en I+D hasta 100,000 millones de dólares anuales (78.600 millones de libras esterlinas), es decir, el cuádruple del nivel actual.
No hay una única solución, retrasar las acciones descritas en este informe por cinco años añadiría 80 millones de toneladas métricas de residuos plásticos a los 248 millones de toneladas métricas que se prevé que entren en el océano de 2016 a 2040, agravando los riesgos para las especies y ecosistemas marinos, nuestro clima y nuestras comunidades.
Informe
La Fundación Ellen Macarthur dijo que la investigación confirmó su anterior y muy citado hallazgo de que, sin una acción transformadora, habrá más plásticos en los océanos que peces en 2050, en base al peso.
Los resultados también coincidieron en gran medida con las conclusiones recientemente extraídas por el WWF, que advierte que otros 104 millones de toneladas de plástico se «filtrarán» en los ecosistemas para el año 2030 de «seguir como hasta ahora».
Vamos con la corriente
La publicación del análisis » Breaking the Plastic Wave» llega poco después de que estudios separados revelaran el alcance de la contaminación plástica en el río Támesis.
Realizado por investigadores de Royal Holloway, Universidad de Londres, en colaboración con el Museo de Historia Natural y la Sociedad Zoológica de Londres, el estudio encontró que 94,000 partículas microplásticas y 5,000 microbolas fluyen por el río en Greenwich cada segundo. Esta cantidad es mucho mayor que la registrada en ríos como el Danubio y el Rin.
Muchos animales están sintiendo los impactos adversos de esta contaminación plástica, según los estudios, con el 75% de los lenguados y el 95% de los cangrejos del Támesis habiendo ingerido plástico.
De los microplásticos analizados, la gran mayoría (93.5% se formaron a partir de artículos de plástico de mayor tamaño). La fuente más común fue el embalaje de alimentos, pero otros contaminantes frecuentes incluyeron toallitas húmedas, toallas sanitarias y embalajes de tampones, globos, bandas elásticas y bolsas de compras.
Acciones radicales, entendiendo que la causa es una desmedida y descontrolada forma de consumo, siendo dentro de la actividad económica responsabilidad activa, diseñar un protocolo para romper paradigmas ecológicos, atacando inicialmente como medida de control las causas y así detener como sistema de mitigación los efectos.