Nueve de cada diez personas reconoce que se discrimina por pobreza, refiere la EDIS-CDMX 2013, realizada por el COPRED. Rechazo y maltrato, la principal forma en la que se discrimina a personas pobres. La población callejera enfrenta rechazo extremo por estigmas y prejuicios.
En el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) señala que la pobreza limita el desarrollo de las personas, no sólo por la falta de acceso a servicios de salud, educación y vivienda, sino por los estigmas, prejuicios y estereotipos construidos que les rodean y los sitúan como grupo en alta vulnerabilidad.
Esta conmemoración se adoptó en 1993, a través de la Resolución 47/196 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en la que se convocó a los Estados “a presentar y promover, según proceda en el contexto nacional, actividades concretas de erradicación de la pobreza y la indigencia”. De esta forma, para 2015 el tema central es “Construir un futuro sostenible: unirnos para poner fin a la pobreza y la discriminación”.
En México, la Ley General de Desarrollo Social establece que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) debe establecer los criterios para medir la pobreza con la información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Según esta institución, para 2014 el 28.4% de la población del Distrito Federal se encontraba en situación de pobreza, el 26.7% en pobreza moderada y el 1.7% en pobreza extrema.
Es importante señalar que la principal carencia se refleja en el acceso a la seguridad social (46.3%) de la población; le sigue la carencia por acceso a los servicios de salud (19.9%) y después se encuentra la carencia por acceso a la alimentación (11.7%). La carencia por calidad y espacios en la vivienda tiene 5.4% y la carencia a los servicios básicos en la vivienda tiene el porcentaje más bajo: 1.7%. Adicionalmente, 8.2% tiene un nivel de ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo.
Desde el Consejo señalamos que además de estas carencias, las personas en situación de pobreza tienen que afrontar obstáculos motivados por los estigmas, los prejuicios y los estereotipos que existen sobre quienes se encuentran en esta condición.
A este respecto, la Encuesta sobre Discriminación de la Ciudad de México (EDIS-CDMX 2013) refiere que a las personas pobres se les niega el trabajo, se les ignora, maltrata, y humilla. En las menciones que los y las encuestadas emitieron, la segunda palabra asociada con discriminación es “pobreza”. En el extremo se encuentran las personas pertenecientes a la población callejera (aquélla que subsiste en la calle y en diversos espacios públicos), quienes enfrentan un rechazo social radical, pues “la gente no quiere que se les acerque”, ya que “causan desconfianza”, “no toleran su olor”, “piensan que son delincuentes” o “vagos drogadictos”.
Esta encuesta indica que la pobreza es la primera causa de discriminación, en tanto que la situación económica se ubica en 5° lugar y en décima posición la clase social. Aunado a ello, el 91.9% de la población reiteró que se discrimina a las personas pobres, y 80% indicó que se discrimina a quienes tienen un nivel educativo bajo.
La EDIS-CDMX 2013 incluye una parte testimonial. La ciudadanía de esta capital pudo expresar que en lo personal ha sido discriminada por pobreza, por lo cual la ubicó como la sexta causa mencionada (las primeras causas están ligadas a la apariencia) y 2.8% indicó conocer a una persona cercana que fue discriminada “por ser pobre”.
Por ello, desde el COPRED destacamos la importancia que reviste la propuesta del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Dr. Miguel Ángel Mancera, de incrementar el salario mínimo para cubrir el nivel mínimo de bienestar determinado por el CONEVAL, como una forma efectiva de reducir la pobreza y, por ende, la desigualdad y la discriminación de las personas que se encuentran en peor situación económica.
Comunicado de Prensa