Los desastres naturales no respetan fronteras. Por igual se padecen sequias, inundaciones y huracanes que afectan a ciudadanos, gobiernos y empresas, lo mismo dañan a pueblos rurales que a grandes ciudades. Por ello, la resiliencia en infraestructura es una necesidad imponderable para la actualidad y el futuro.
De acuerdo con Naciones Unidas (ONU), en los últimos 20 años América Latina ha sido la región del mundo más golpeada por pérdidas economicas (53% del total global), a consecuencia de desastres naturales.
El cambio climático es un fenómeno multidimensional que requiere soluciones multifactoriales, sin embargo, el mayor problema es la falta de sinergias entre sectores sociales, públicos y privados.
Mami Mizutori, representante especial del Secretario General de la ONU para la Reducción de Desastres y jefa de la Oficina de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), dijo que los incidentes naturales van al alza debido al cambio climático y representan pérdidas globales de 520 billones de dólares.
“La sociedad civil, el gobierno y las empresas están en riesgo sistemático (…) las agendas globales no pueden implementarse de forma paralela, se deben establecer sinergias entre gobiernos con empresas para abordar los riesgos no reconocidos que ponen en peligro al crecimiento sostenible”, consideró.
De acuerdo con información de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 90% de las pérdidas económicas en México (2,147 millones de dólares) desde 1991 a 2018 se debe a los fenómenos hidrometeorológicos.
Por ello, las alianzas público-privada son esenciales para trabajar al unísono y lograr impulsar las innovaciones tecnológicas que exige la sociedad.
La funcionaria internacional detalló que las inversiones en nueva infraestructura que no midan los riesgos climáticos, propiciarán más pérdidas económicas en el futuro cercano.
“El sector privado es clave para establecer comunidades resilientes y las empresas deben involucrarse en discusiones locales, nacionales y globales para construir agendas municipales y nacionales en desarrollo sostenible”, mencionó.
Expuso que las empresas y sus planes de desarrollo deben ser más inteligentes, conocer a fondo el contexto donde se desenvuelven y promover la innovación económica.
“Las empresas realizan 80% de las inversiones en infraestructura de una nación y se requiere de su aportación con visión de largo plazo, sin perspectiva asistencialista, sino con aportaciones responsables a favor de sus propios mercados”, dijo.
Dio a conocer que la resiliencia necesita del involucramiento de las medianas y pequeñas empresas, aunado a que los gobiernos tienen que establecer leyes modernas que impulsen las inversiones privadas.
Detalló que “México es uno de los países que están haciendo un mejor trabajo en cuanto al cambio climático y que está comprometido con el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, adoptado en Japón en 2015”.
Por su parte, Robert Calvet, director general de la empresa AECOM, relato que debido al cambio climático los rangos tradicionales de los fenómenos naturales están fuera de control, repercutiendo en las decisiones empresariales que tienen que tomar en consideración los análisis de riesgo en sus actuales y futuras inversiones.
“El sector privado no es inmune a los riesgos e impactos por los desastres naturales, corren grandes peligros por los golpes climáticos que enfrentan junto con la sociedad”, comentó.
De no pensar en los desastres naturales en el futuro cercano, las empresas deberán aprender a vivir con baja productividad, falta de prosperidad, inversiones riesgosas, entre otras consecuencias, puntualizó.
Cifras en desastres nada halagüeños en desastres para México
Durante el Foro ARISE México, Resiliencia para todos: La importancia de comprender el riesgo, se informó que México cuenta sólo con 365 Atlas de Riesgo a nivel municipal (en el país existen 2,457 municipios), así como con 191 reglamentos municipales de construcción que contemplan parámetros de edificación ante riesgos climáticos.
México se ubica entre los primeros 20 países más vulnerables a desastres naturales (sequías, inundaciones, temblores, huracanes, etc.), según la ONU.
El Fondo Nacional de Desastres (Fonden), organismo del gobierno federal, tuvo en 2019 el presupuesto más bajo en ocho años, de tan sólo 3,644 millones de pesos, un monto 85% menor al 2018, y para el 2020 tieneb presupuestados 3,800 millones de pesos.
Euroclima y la organización alemana GIZ realizan un programa piloto en 9 naciones de Latinoamérica (incluido México), cuyas conclusiones al momento indican que la resiliencia requiere de: información transparente sobre cambio climático, agendas ambientales regionales, propuestas público-privado de validación en análisis de riesgo, compaginar un lenguaje entendible en negocios y riesgos, así como contar con acuerdos gubernamentales y empresarios en atención y prevención de desastres naturales.
Me alegra que sea Mexico uno de los paises que esté haciendo su labor en responsabilidad ambiental de america latina ante el cambio climático y la devastación que ha dejado