Si alguna vez te has acercado a un área de pastoreo de ganado, seguramente percibiste algunos olores desagradables. Muy probablemente respiraste metano, un potente Gas de Efecto Invernadero cuyo poder de calentar el planeta es 80 veces mayor que las emisiones de carbono, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
A propósito de esto, un estudio de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) reveló grandes preocupaciones por limitar las emisiones crecientes de metano, ya que, si no disminuyen, amenazan con socavar los esfuerzos por mitigar el cambio climático, de acuerdo con The Washington Post.
Post pandemia aumenta emisiones contaminantes
Datos de la OMM señalan que las emisiones globales se han recuperado desde el levantamiento de los bloqueos relacionados con la pandemia de la COVID-19, registrando un aumento sistemático de los niveles de metano.
«Las concentraciones de metano no solo aumentan, sino que aumentan más rápido que nunca».
Rob Jackson, profesor de ciencias del sistema terrestre en la Universidad de Stanford.
El estudio llega al mismo tiempo que un nuevo informe de la ONU dice que los gobiernos del mundo no se han comprometido lo suficiente para reducir sus emisiones de carbono. Lo cual pone al planeta en camino a un aumento de 2.5 °C de la temperatura global para finales del siglo, cuando el objetivo climático anunciado en el Acuerdo de París señala 1.5 °C.
«Las decisiones y acciones gubernamentales deben reflejar el nivel de urgencia, la gravedad de las amenazas que enfrentamos y la brevedad del tiempo que nos queda para evitar las devastadoras consecuencias del cambio climático descontrolado».
Simon Stiell, secretario ejecutivo de la secretaría de las Naciones Unidas para el Cambio Climático.
Por otro lado, el informe de la ONU apunta a que el mundo se precipita a un futuro de calor extremo, desastres climáticos cada vez mayores, ecosistemas que se derrumban y hambre y enfermedades generalizadas.
¿De dónde viene el metano?
De acuerdo con PNUMA, las actividades derivadas de la agricultura son fuentes predominantes de metano. Las emisiones del ganado, provenientes del estiércol y de liberaciones gastroentéricas producen aproximadamente 32% de las emisiones generadas por la actividad humana.
Pero el metano de origen agrícola no solo proviene de los animales. El cultivo de arroz con cáscara, en el que los campos inundados evitan que el oxígeno penetre en el suelo, crea las condiciones ideales para las bacterias emisoras de metano. Este sector representa otro 8% de las emisiones de este gas vinculadas a los seres humanos.
La OMM aún estudia si los aumentos inusuales en los niveles de metano en la atmósfera son resultado de una «retroalimentación climática» de fuentes basadas en la naturaleza, como los humedales tropicales y los arrozales, o si son el resultado del gas natural y fugas industriales causadas por el hombre. Aunque todo apunta a que podría ser producto de la agricultura.
«Del total de emisiones de las actividades humanas durante el periodo 2011-2020, alrededor del 48% se acumuló en la atmósfera, el 26% en el océano y el 29% en la tierra».
Informe de la OMM.
COP27 y el llamado a limitar las emisiones de metano
Previo a la COP27, el informe subraya el enorme desafío global para que los líderes mundiales se fijen objetivos ambiciosos en línea con limitar las emisiones de metano, y evitar que aumenten las temperaturas globales en un futuro.
El año pasado, en el periodo previo a la conferencia sobre el clima en Glasgow, Escocia, Estados Unidos y la Unión Europea tomaron la iniciativa en la promoción del Compromiso Global de Metano, que fijó como meta una reducción del 30% en la atmósfera para 2030. Hasta el momento, 122 países se han suscrito al compromiso.
Pero para mantener vivo este objetivo se requiere que los gobiernos nacionales fortalezcan sus planes de acción climática para implementarlos en los próximos años, de lo contrario, no está claro si los países lograrán el objetivo climático de mantener el aumento de la temperatura en 1.5 °C, señaló Joeri Rogelj, científico climático del Imperial College London que se especializa en las vías del calentamiento global.
«Al esperar tanto tiempo para actuar sobre el cambio climático, la humanidad se ha negado a sí misma la oportunidad de hacer una transición lenta y ordenada hacia un futuro más seguro y sostenible».
Joeri Rogelj, científico climático del Imperial College London.
De acuerdo con este científico, «necesitamos ver más y más rápido». Los países deben seguir esforzándose por estirar más sus ambiciones, y no hacer modestas promesas que se actualizan cada cinco años. La situación crítica del planeta no puede esperar hasta que se hayan disminuido las emisiones de Gases de Efecto Invernadero. Por lo tanto, ninguna nación puede descansar tranquila hasta que todos los países logren limitar las emisiones de metano y otros gases que calientan el planeta.