A la velocidad que vamos con el mal manejo y desperdicio de agua, hacia el año 2050 ésta será tan valorada como el oro, lo que probablemente causará conflictos sociales y políticos. Científicos trabajan para buscar fuentes alternas que puedan proveer de agua en el futuro e incluso en la actualidad a los que ya está afectando este problema.
Año con año se desprenden de los extremos de la Antártida miles de metros cúbicos de hielo, cantidad suficiente como para abastecer de agua potable a toda la población del mundo. Los investigadores de Iceberg Transport International pretenden llevar bloques inmensos de hielo hasta las zonas con más necesidad de agua, ¿acaso es esto posible?
En los años setenta se fundó esta organización, ideada por el príncipe Faisal de Arabia Saudí para comenzar a estudiar la viabilidad de hacer llegar un iceberg hasta el desierto. Sin embargo, la idea fracasó, ya que estos colosos helados se derriten con rapidez durante su transporte.
El problema principal que se planteaba era cómo transportar de forma eficiente una mole inmensa de hielo, cómo reaccionar ante su fractura, cuál sería el tamaño ideal y cómo evitar que se fundiera durante el transporte.
Todo ello debía calcularse sobre condiciones climáticas específicas, llegando a la conclusión de que probarlo sería muy costoso, por lo que la idea se aparcó durante muchos años.
Ahora, el ingeniero alemán Dietrich Sobinger pretende envolverlos en un plástico para que, al deshelarse, el agua quede atrapada en esas enormes bolsas y pueda así ser trasladada.
Cada temporada, 40 mil icebergs de agua dulce (potable) flotan en el mar. Además estos bloques encierran mucha energía, por lo que rescatar esta agua para abastecer a los lugares donde están más escasos suena una excelente y factible opción que probablemente pronto veamos desarrollada.
Fuente: cubadebate
