Por Alejandra Ramírez
Recientemente se han lanzado nuevas campañas con el fin de evitar que las personas, especialmente los jóvenes, tomen y manejen. Sin embargo, Ford está desarrollando un proyecto en el que los coches y el tequila mejorarán mucho su relación, y ayudará a combatir el calentamiento global.
Como varios saben, el tequila se produce con el jugo extraído de la planta de agave y esta tiene fibras que son utilizadas por las comunidades indígenas para costuras y tejidos tanto en ropa como en cuerdas. En la producción tequilera de José Cuervo, estas fibras normalmente son desechadas, pero ahora Ford piensa darles un nuevo propósito y crear con ellas un bioplástico que permita reemplazar los materiales sintéticos que se usan para reforzar el plástico en componentes automovilísticos como los conductos de aire acondicionado y las cajas de fusibles.
Este no es el primer intento de la compañía automovilística por utilizar materiales de origen natural en sus producciones. En 1940, Henry Ford desarrolló un plástico a base de soya para las refacciones. Décadas después, en el año 2010, la compañía comenzó a usar paja de trigo como material reforzante en plásticos para reemplazar al talco mineralizado.
De acuerdo al periódico The Guardian, un profesor asociado a la Universidad Estatal de Iowa, David Grewell, comentó: “Muchas compañías alrededor del mundo están tomando en cuenta las fibras de agave. Estas son relativamente flexibles, por lo que al atravesar el proceso de equipamiento, son capaces de conservar su solidez”.
Al respecto, Deborah Mielewski, líder técnica de productos sustentables de Ford, también declaró que la ventaja de usar agave en vez de fibras de vidrio es que el primero es más reciclable y, agregó, la fibra de esta planta no se quiebra al remodelarla por lo que tiene más potencial de reutilización.
Esta noticia no se ha visto libre de controversia. Expertos en el tema aseguran que no hay que confundir “bioplástico” con “reciclable” o “compostable” ya que este material puede seguir conteniendo plásticos derivados del petróleo y, por lo tanto, pueden ser contraproducentes con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes.
Frederick Michel, profesor asociado de la Universidad Estatal de Ohio, consideró importante resaltar que el nuevo material de Ford no es un verdadero bioplástico porque las fibras de agave están mezcladas con plástico a base de petróleo y no con productos naturales.
Por su parte, Mielewski compartió que en las pruebas realizadas la fibra de agave ha sustituido en un 30% a los materiales sintéticos. El porcentaje restante continúa siendo de fibra de vidrio o de talco, pero los beneficios ya son evidentes.
Mielewski explicó que un automóvil carga en promedio 400 libras de plástico, que son aproximadamente 181 kilogramos. Gracias a las fibras de agave, este peso disminuye en un 20% por lo que minimiza el consumo de combustible y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Según Darby Hoover, especialista en el Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales, al año se producen 5 billones de toneladas de deshechos agrícolas a nivel global, por lo que las acciones de Ford en utilizar residuos de la producción tequilera tiene un impacto importante en el bienestar del planeta.