Una de las instituciones más polémicas, aunque no lo parezca, es la Real Academia Española (RAE). Esta se encuentra enfocada en el ámbito cultural y dedicada a la regularización lingüística entre el mundo hispanohablante. Y recientemente ha dado de qué hablar al reconocer a la comunidad transgénero y al poliamor.
El español se caracteriza por ser una de las lenguas más complejas, su infinidad de variantes y modificaciones constantes causan furor no solo entre los expertos del lenguaje, sino en todos y todas. Hoy abre sus puertas, y después de algún tiempo de no avalar dichas palabras, ha anunciado una actualización que incluye casi 4 mil modificaciones en el diccionario.
¡Bienvenidos pansexualidad, cisgénero, transgénero y poliamor! ¿Bienvenida la diversidad?
Diversidad e inclusión en las palabras
Dicen que lo que: «De lo que no se habla, no existe», y es por ello que la comunidad que se identifica con ciertas identidades sexuales se ha sentido delegada, en este sentido. De un tiempo para acá, han surgido nuevos relativos a la sexualidad y el género, con los cuales cada vez más personas se identifican.
Estos no habían sido admitidos oficialmente por la RAE, lo que significó para dicha comunidad una falta de visibilidad, sin embargo, incluir nuevos términos en la institución no es tarea fácil.
¿Cómo se actualiza la RAE?
De acuerdo con la RAE, el Pleno de los académicos es el órgano encargado de tomar las decisiones que afectan al Diccionario. Para poder mantener al día su repertorio, el Pleno académico cuenta con la ayuda del Instituto de Lexicografía y de diversas comisiones.
Las comisiones académicas elaboran las propuestas de adición, supresión o enmienda que posteriormente examinará el Pleno para decidir sobre su aprobación. El Instituto de Lexicografía prepara los materiales que se discuten en comisión y documenta las propuestas.
Una vez estudiadas por las comisiones y el Pleno, las propuestas pasan a consulta de las academias americanas que propondrán sus observaciones para que la modificación pueda ser aprobada definitivamente.
La preparación de cada nueva edición del diccionario académico implica, por tanto, la identificación de nuevas palabras o nuevos significados y la revisión de las palabras que ya figuraban en él.
Por esta razón, es fácil comprender que la inclusión de nuevas palabras no se haga de la noche a la mañana, pero el hacerlo sí trae consigo grandes cambios en general en el lenguaje y en la percepción de las cosas.
El significado de esta actualización
El hecho de que esta terminología ya sea aceptada oficialmente es un gran avance en temas de diversidad sexual e inclusión: abre una nueva era de normalización de dicha terminología. Al momento en el que se da el «sí» a la inclusión de la RAE, las palabras podrán ser utilizadas en todo tipo de documentos, sin distinción.
Al existir una aceptación, no solo se acepta el término, sino a aquellas identidades que caracterizan a muchas personas en la actualidad.
Hablemos de las personas transgénero
Tan solo en México, el 11% de la población pertenece a la comunidad LGBTTTI+, según encuesta LGBT+ Orgullo 2021 elaborada por la consultora Ipsos.
Esto significa… ¡una gran cantidad de personas! Que si bien no todas las que se incluyen en dicha comunidad son transgénero, sí una parte proporcional, y el aceptar la palabra, reafirma la existencia de este grupo y su importancia en la sociedad.
Hecho que resulta fundamental tomando en cuenta que de acuerdo con información de El País, México es el segundo lugar del mundo con la tasa más alta de transfeminicidios, solo por detrás de Brasil, señala Transgender Europe.
Según reporta la organización Letra Ese, entre 2013 y 2018, hubo 473 homicidios de personas LGBT+ en México, 261 eran mujeres trans.
Por si fuera poco, entre 2008 y 2019, el 78% de los asesinatos de personas trans en el mundo se cometieron en América Latina: 2.608, señala el Observatorio de asesinatos trans de Transrespect.org. Por lo que la esperanza de vida media de esta parte de la población no supera los 35 años. ¿Importante hacerlos visibles? Urgente.
La RAE ha definido la palabra transgénero como: «Dicho de una persona que no se siente identificada con su sexo anatómico».
Y del poliamor…
Por otra parte, el poliamor es un neologismo que se usa para referirse a una relación amorosa, de manera simultánea, de tres o más personas, con consentimiento y conocimiento de todos los involucrados.
Esta relación ha sido juzgada en gran cantidad de lugares, sin tomar en cuenta que su práctica es realmente antaña. Con información de El País, se afirma que los primeros datos sobre no monogamia vienen del Paleolítico.
En los sesenta y setenta ya había artículos sobre la práctica de tener más de una relación sexual o romántica de forma consentida. En los ochenta estaba de moda ser swinger y el intercambio de parejas. Pero la primera vez que se usó la palabra poliamor fue en 1990 en un artículo, y hasta hoy el término «poliamor» ha sido aceptado oficialmente por la RAE.
Se dice, de hecho, que en la actualidad existen cada vez más personas que practican el poliamor y que quizá la monogamía se esté quedando atrás. Mientras tanto, visibilizar esta forma de relacionarse es un gran paso para la lengua y visibilizar las nuevas (o viejas) formas de convivir. Pero esto no ha sido todo, la pandemia y la tecnología también llegaron a la RAE.
La RAE la ha definido poliamor como: «Relación erótica y estable entre varias personas con el consentimiento de todas ellas».
Vestigios de la pandemia en el diccionario
La RAE comparte que la irrupción del coronavirus ha afectado a todos los aspectos de nuestra vida, lo que se ha reflejado también en nuestra lengua. La pasada actualización del DLE incorporó palabras que hoy están presentes en buena parte de nuestras conversaciones, como el propio término COVID.
A la actualización de 2021 se continúan añadiendo modificaciones directamente vinculadas a la situación sanitaria, como cubrebocas, hisopado o nasobuco, así como nuevas acepciones para términos como cribado,o las formas complejas burbuja social y nueva normalidad. También se han actualizado nuevos vocablos relacionados con el mundo de la sanidad, como triaje o vacunología.
¿Y en cuanto a lengua y tecnología?
La RAE dice: la digitalización y tecnificación de nuestras sociedades se refleja en la creciente incorporación al Diccionario de la lengua española de términos nacidos directamente del lenguaje de Internet, las redes sociales y las nuevas tecnologías.
En la actualización 23.5 del diccionario aparecen términos como bitcóin, bot, ciberacoso, ciberdelincuencia, criptomoneda, geolocalizar o webinario.
Otros con una entrada ya existente en el DLE se reinventan en la era digital e incluyen nuevas acepciones. Así sucede con audio, como mensaje sonoro que se envía digitalmente; compartir, para referirse a poner a disposición de un usuario un archivo, un enlace u otro contenido digital, o las nuevas acepciones de la jerga informática para los verbos cortar y pegar, a los que también se añade la forma coloquial cortapega.
Es un hecho que nuestro vocabulario y la lengua se han transformado desde que existen, y estos cambios son necesarios, forman parte de la misma evolución de la humanidad. Hoy la RAE abre nuevas puertas, ¿socialmente podremos hacer lo mismo?