· Estudiantes del CECyT 13 incursionaron en la moda ecológica
Alumnos del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT) 13 del Instituto Politécnico Nacional incursionaron en el llamado ecodiseño o moda ética, que incorpora aspectos medioambientales en la elaboración de ropa y diversos objetos para demostrar que algunos materiales de desecho pueden ser reutilizados.
Francisco Ogarro Ramírez, responsable del proyecto, expuso que «pretendemos hacer una campaña de sensibilización ambiental para los jóvenes sobre el valor del reciclaje en la reducción de la contaminación y sentar un precedente para la creación de nuevas empresas que se dediquen a la manufactura de prendas ecológicas».
Ello, indicó en un comunicado, impulsaría de manera significativa la economía y permitiría el desarrollo de jóvenes emprendedores.
En sus diseños reutilizan desechos de tela, envases de plástico, latas, tapas de lata, corcho, bases de sillas giratorias, cartón, utensilios de cocina, tubos y botellas para darles una segunda vida o un uso diferente en monederos, candeleros, cinturones, bolsas, pulseras, aretes, zapatillas, libretas y sillas, entre otros objetos.
«En un periodo de tres semanas recolectamos material de desecho y el resultado final fueron 10 prendas de vestir y más de 50 accesorios ecológicos», expuso.
Entre ellos, destacó, dos vestidos hechos con hojas de revistas, un pantalón de plástico poli burbuja, un conjunto de falda-vestido de plástico protector, una camisa de envolturas de frituras, un saco y unas pantuflas de papel periódico, una falda con clips, lentes elaborados con discos compactos, papel aluminio y hojas de la sección amarilla.
María Eugenia Huerta Bahena, titular de la Unidad de Desarrollo Sustentable del CECyT-13, explicó que el ecodiseño es una versión ampliada de las técnicas para el desarrollo de productos.
«Conduce hacia una producción sostenible y a un consumo más racional de los recursos».
Dijo que se trata de una metodología ampliamente probada y los resultados de proyectos que se han realizado en Europa y América Central prometen una reducción de 30 a 50% del impacto de la contaminación en el deterioro del medio ambiente, que a menudo se puede notar a corto plazo.
